Hay algunos libros que son imprescindibles, lecturas que la formación técnica o cultural impone como insoslayables en el contexto de cada persona. Desde luego libros así, necesarios, son los menos, porque es tal la extensión de la bibliografía disponible que no alcanzaría una vida para abarcar todo lo que uno quisiera leer. Por lo demás que un libro sea imprescindible no significa que su lectura sea grata.
Entonces se impone un proceso selectivo de las lecturas que vale la pena recomendar, lo que da lugar a la bella categoría de libros deseables. Son aquellos textos que otorgan un plus de conocimiento cuya gratificación no está en aprender lo necesario, sino en el disfrute; por ejemplo, el de ahondar lo sabido. El libro de Carlos Gigliotti "Amanecer de un 3 de Febrero", historia del combate de San Lorenzo, merece indudablemente la consideración de deseable.
En la composición del acervo cultural de los argentinos pocos hechos tienen más significación que esa carga de los Granaderos al mando de José de San Martín. Desde antes de las primeras letras solemos aprender ese pasaje de nuestra historia, sabemos así, por el sólo hecho de ser argentinos, que se trató de una victoria contra los realistas españoles en cuyo transcurso San Martín cayó de su caballo y fue salvado por el Sargento Juan Bautista Cabral. Lo sabemos y lo afirmamos cantando la gráfica descripción del combate que ofrece la Marcha de San Lorenzo, casi un segundo Himno Nacional.
Con prosa amena el Profesor Gigliotti, especialista en historia militar, ofrece al lector la posibilidad de conocer en detalle las circunstancias y protagonistas del violento combate con el que comenzó la leyenda del Regimiento de Granaderos a Caballo. El libro alumbra y emociona sin dejar de sorprender por el modo en que el destino puso la vida de esos hombres bajo el comando de San Martín. Si hay veces que la historia quiere, no caben dudas que en el caso de los Granaderos quiso con ganas.
"Amanecer de un 3 de Febrero", hermoso título por cierto, es un libro deseable destinado a pasar de mano en mano antes que a quedarse en algún estante de biblioteca: leerlo es querer compartirlo.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López
