Las elecciones mostraron lo estéril de la
diáspora liberal y sus esfuerzos desperdigados. La única verdad es la realidad y
así no va. Cada uno a su suerte es la desgracia de todos. No tengo ganas de
perder tiempo analizando lo obvio, ni reiterar lo sabido. Tampoco quiero
aturdirme en la catarsis inconducente de otro cacerolazo. Hoy no me interesa lo
que hacen los demás, interesa lo que hagamos los liberales.
Como el Tango al volver al barrio,
respetuosamente pero sin pedir permiso, este
liberal del llano proclama que es la hora del Movimiento Liberal. No hay
tiempo para dejar que los técnicos se pongan a corregir esa coma del plan
perfecto, ni margen para pechos fríos. El momento es político, urgentemente
político, y hay que priorizar sobre la mesa la voluntad de hacer; a lo
Sarmiento.
Desde el histórico Partido Liberal de
Corrientes al bisoño Partido Liberal Libertario, pasando por Unión Por Todos,
ateneos y agrupaciones varias, restos de la UCEDE, otras opciones partidarias
afines al liberalismo, y líneas internas como PRO-Libres, es imprescindible dar
cuerpo al Movimiento Liberal. Todos crecerán más fuertes siendo parte del
Movimiento.
El liberalismo tiene
como referente nacional a Ricardo López Murphy; Presidente de la Red Liberal de América
Latina, que integra también la Diputada Nacional Patricia Bullrich. Bajo ese
liderazgo es que vuelvo a insistir con la propuesta de constituir al Movimiento Liberal, estructurándolo a
partir de la conformación del Gabinete
en las Sombras del Liberalismo que, teniendo a López Murphy como Jefe de
Gabinete, sirva en principio para dar cuerpo y voz a las ideas liberales.
El rol de cualquier ministro en las sombras es
realizar el seguimiento de lo obrado por su par del Gabinete Nacional, y siempre
que sea posible confrontar abiertamente a través de los medios de comunicación
social. Así, los derrapes discursivos y operativos del oficialismo no quedarán
sin costo político, percibiendo la sociedad que hay otra opción posible, ideológicamente
coherente y preparándose para gobernar.
Por aquello de que la organización vence al
tiempo, con la instalación del Gabinete en las sombras es primordial sostener
la voluntad política desde el trabajo de los distintos equipos; dando
participación abierta, con voz y voto, a todos los liberales que quieran
contribuir al esfuerzo de tener presencia en el escenario político, tanto a
nivel nacional como provinciales y municipales.
La instrumentación del Gabinete en las sombras
del Movimiento Liberal será un claro signo de planificación, una herramienta
primordial para nuestro país en su necesidad de superar la improvisación. No
hay de momento partidos políticos nacionales organizados realmente como tales,
y esa falencia del sistema argentino -aunque mal de muchos consuelo de
tontos- relativiza la debilidad liberal
porque, en definitiva, ninguna de las
opciones opositoras ofrece un desarrollo institucional que no podamos alcanzar
en un plazo relativamente breve.
Obrar con espíritu movimientista, potenciando
recíprocamente las distintas experiencias grupales y de compromiso personal en
defensa de la Libertad, sin pedirle a
nadie que renuncie a su identidad partidaria, constituye el primer paso
hacia una organización superadora de la fragmentación.
La carrera al 2015 ya comenzó. Mostremos que aprendimos
del peronismo lo que había que aprender, vayamos por el poder. Recuperemos los
votos que por claridad ideológica nos corresponden, aquellos que hemos
“prestado” y esos muchos de quienes son liberales sin saberlo.
El liberalismo debe ser militante, y al instrumentar
su Gabinete en las sombras estará comunicando, construyendo y ofreciendo a la
ciudadanía una nueva forma de institucionalidad política: un movimiento con
claros principios republicanos poniendo en acción las ideas de la Libertad.
Los obstáculos son muchos, no digo que será
fácil. Bajar los brazos, o dejarlos cruzados, eso sí es fácil. Algunos vienen
agotados por hacer grandes sacrificios en la campaña electoral, otros son
escépticos por naturaleza, muchos guardan rencores y desconfianzas por cuitas
del pasado. A todos les pido mirar al mañana, ese mañana que depende
exactamente de lo que hagamos hoy.
Recuerden al bravo Martín Viñales que
combatiendo en la Guerra del Paraguay, tras ser herido en Curupaytí, dijo al
saber que le amputarían un brazo: “Poca cosa, la Patria merece más”.
Liberales, no importa lo que debamos dejar en
el camino: ¡La Patria merece más!
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López