El domingo 10 de Septiembre de 2023 Maximiliano Pullaro obtuvo una contundente victoria electoral y se consagró gobernador electo de la Provincia de Santa Fe. Juntos por el Cambio sigue así sumando gobernaciones que arrebata al kirchnerismo.
Podría suponerse que esa victoria sería capitalizada por Patricia Bullrich en su intención presidencial, pero la sucesión de elecciones viene demostrando que los votantes eligen separadamente candidaturas provinciales y nacionales. En tal sentido, si algo quedó claramente establecido en las PASO fue que el "fenómeno Milei" es de carácter nacional.
Por supuesto, como es de rigor en estos casos, buena parte de la dirigencia que comparte espacio con el vencedor del escrutinio acudió para la foto a su lado, así se vio a Martín Lousteau, a Horacio Rodríguez Larreta y por supuesto a Patricia Bullrich, la candidata presidencial en campaña de Juntos por el Cambio que naturalmente buscó la centralidad en la foto.
La presencia del ex ministro kirchnerista Lousteau y de Rodríguez Larreta, derrotados en las PASO, podría leerse como una señal de unidad. Pero no es la única lectura posible en el juego de la política, donde la previsión de escenarios futuros es tan constante como la ambición de poder. Los derrotados imaginan, o calculan, que la interna que pareció definirse en las PASO volverá a fojas cero tras las presidenciales.
Es que la interna de Juntos por el Cambio es de trama compleja para darse por resuelta con unas PASO. Hay demasiadas colisiones ideológicas en la coalición, además de intereses opuestos y egos enfrentados por prevalecer.
Algo similar ocurre en el kirchnerismo, con la diferencia que al oficialismo lo une el espanto de perder el poder, mientras que a los cambiemitas no los asusta seguir siendo oposición. Por el contrario, sus gobernadores saben que tendrán menor desgaste si los problemas pesados, que son los nacionales, quedan como responsabilidad de otro espacio.
Todas esas consideraciones vienen debilitando progresivamente la candidatura presidencial de Patricia Bullrich. Porque la interna cambiemita llevó dos nombres a las PASO, pero cualquiera fuera el resultado ya tenía asegurada la etiqueta de victoria pírrica. Hoy el voto de Juntos por el Cambio es menos que la suma del voto a Bullrich y Larreta. Bullrich no contiene a sus vencidos, ni tampoco a la parte de sus votantes que votaron contra Larreta y para ver qué pasaba.
Se conocen algunas encuestas que muestran ese declive. Las encuestas han demostrado no ser confiables y no me guío por ellas, pero que dirigentes cambiemitas, como Pullaro o Monzó, estén discutiendo abiertamente si votar a Massa o a Milei indica que la candidatura de Patricia Bullrich ya sería meramente testimonial.
Pullaro, que anticipó antes de las elecciones santafesinas que votaría por Milei en un balltoage con Massa, volvió a subrayar el punto ni bien fue electo gobernador al decir: “Me preocupa más un triunfo de Massa que de Milei”, porque “Peor que con el kirchnerismo no nos puede ir”.
Por la opuesta, Emilio Monzó manifestó que "Si Patricia no entra al ballotage se rompe Juntos y voto a Massa". El argumento del diputado nacional Monzó para preferir votar a Massa es que se considera de centro y "Voy a estar con quien proponga acercarse al centro".
Es interesante esa definición de Monzó porque da sustento a la viabilidad de lo que podríamos denominar "Plan Alberto II", que consiste en volver a maquillar de moderado al kirchnerismo. Parece que todavía encuentra crédulos el relato kirchnerista. Interesante, además, porque Sergio Massa, vaya uno a saber respondiendo a cual de sus caras, pero seguramente obligado por la necesidad de no perder votos en la Provincia de Buenos Aires que son de Kicillof, no viene dando muestras de moderación. Así, ante el fallo que condena el despropósito de la expropiación de YPF e impone a la Argentina el pago de 16.000.000.000 de dólares, Massa declaró su decidido apoyo a Axel Kicillof.
A esta altura de la historia los desastres del kirchnerismo son de una evidencia obscena, ya a prueba de incrédulos y distraídos. Tanto que Sergio Massa y Axel Kicillof no deberían tener ninguna chance de ganar las elecciones. Pero hay votantes como Monzó gracias a los cuales eso podría pasar. Y esa es la tragedia mayor, que tengan chances de mantener al país bajo el proyecto totalitario de corrupción estructural que es el kirchnerismo.
Esa abierta discusión sobre lo que votarán los cambiemitas, dando por seguro el ballotage entre Sergio Massa y Javier Milei, desde luego no ayuda a que Patricia Bullrich pueda retener votos. No tuvo ese efecto la incorporación de Carlos Melconián como su postulado ministro de Economía ni consiguió perforar la indiferencia con otros nombres para otras áreas de gobierno. Sus votos se siguen filtrando con creciente rapidez.
Descartada por los propios la posibilidad de competir en la segunda vuelta, cambiemitas que repudian lo dicho por Monzó van migrando su apoyo a Milei ilusionados con que gane en primera vuelta. Ese drenaje no se daría con la misma fuerza hacia Massa porque la chance de ganar en primera vuelta sólo la tiene Milei.
Es un hecho que en Juntos por el Cambio de manera pública -y con mayor crudeza cuando se habla bajo reserva-, la posibilidad de colocar a Patricia Bullrich en segunda vuelta se da por descartada. No es ajeno a ese ánimo derrotista los cuestionamientos de diversa índole a Mauricio Macri, cuyo apoyo a Bullrich no se caracteriza por lo entusiasta, siendo la duda si su lejanía es para satisfacer a los radicales que lo consideran un salvavidas de plomo y lo quieren retirado o porque ve con agrado un triunfo de Milei.
Desde luego hay alrededor de Bullrich núcleos fanatizados, como en todos los espacios, donde se vive un microclima de autosugestión eufórica; pero hasta en ellos la esperanza que se conserva es la de "una remontada".
Los datos dan fundamento para afirmar que ya la candidatura presidencial de Patricia Bullrich es meramente testimonial, lo que no es tan fácil discernir es sobre que estaría dando testimonio.
Si repasamos las otras candidaturas testimoniales que se presentan en octubre podríamos suponer que, por saberse testimoniales desde el vamos, tienen algún matiz particular sobre el cual dar testimonio. Eso no queda tan claro en el caso de Bullrich.
Acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", lo que Patricia Bullrich va a terminar testimoniando presentándose en octubre sea simplemente su voluntarismo. No es la voluntad como virtud, sino como torpreza; la deformación de la voluntad por falta de método. Su característica definitoria.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía
ESTADO LIBRE ASOCIADO DE VICENTE LÓPEZ