martes, 8 de septiembre de 2020

¡AGUANTE LA BONAERENSE! La reserva moral de Occidente.

El golpe de Estado iniciado el 19 de Marzo de 2020 con excusa de pandemia, para dejar la suma del poder público en las manos de Cristina Fernández, ha sido tan exitoso que en su avance arrollador corre el riesgo de arrollarse a sí mismo. El mamarracho es tal que se torna inmanejable. 

La calle sabe que el gobierno perdió legitimidad. También sabe que la Corte Suprema de Justicia de la Nación desertó de sus funciones y que la oposición cambiemita es una broma. 

La calle, de la que forman parte los policías, está pasando factura. Y en este contexto de desmadre institucional, el gobierno deslegitimado teme que una chispa pueda desatar un incendio de consecuencias imprevistas.

Policías Bonaerenses combatiendo al MTP en La Tablada

Así las cosas, la Policía Bonaerense, la fuerza policial más cuestionada del país, tan usada como abandonada, corrompida en la forzada convivencia de los buenos con los malos, maldecida con facilidad, elogiada a veces y menospreciada siempre, pero que nunca perdió el coraje, se perfila como la reserva moral de Occidente cuando ante la cobardía de las instituciones sus efectivos se plantan con sus reclamos sectoriales y en cuestión de horas doblegan al gobierno provincial y nacional. 

Rápidamente el kirchnerismo cedió a las demandas -lo que no significa que las vaya a cumplir-, porque en la realidad del escenario político, más allá de las apariencias, desde el golpe de Estado del 19 de Marzo, el gobierno de facto transita la etapa que va de subvertir el orden al poder total y eso significa atravesar una extensa tierra de nadie expuesto a que cualquier tropiezo sea el último. 

La debilidad de este gobierno de facto no viene entonces de la inexistente oposición, que lejos de oponerse se empeña en ser colaboracionista ofreciendo mesas de diálogo y mendigando buena voluntad a los totalitarios, ni de la ilegalidad de sus acciones: porque no hay un Poder Judicial que haga respetar de plano la Constitución Nacional. La debilidad del gobierno es la aceleración de su fuerza inercial que no encuentra resistencia. 

Si el conflicto policial escala, el gobierno queda expuesto en su falta de legitimidad si intenta recurrir a las fuerzas federales. No se necesita que funcione la intervenida Agencia Federal de Inteligencia (AFI), ni la paralizada Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC), para darse cuenta que una orden que implique posibilidad de enfrentamiento armado entre instituciones será analizada en su legitimidad antes de ejecutarse. Y el gobierno, más que estar flojo de papeles, los aventó por la ventana desde el 19 de Marzo. Una cosa para los oficiales jefes de las fuerzas federales es jugar al distraído, fingiendo la misma "normalidad" que fingen la CSJN y la oposición parlamentaria y otra, muy distinta, enviar a sus camaradas a empeñarse en la eventualidad de combatir para sostener un gobierno deslegitimado. 

Y luego, en atención al dominio de las instituciones que garantizan para el Estado el imprescindible monopolio de la violencia, el rol de las Fuerzas Armadas como resguardo final es ineludible. 

La Policía Bonaerense combatió hombro con hombro junto al Ejército Argentino enfrentando al terrorismo castrista, en los años de plomo y en la recuperación del cuartel de La Tablada. Han sangrado juntos el policía y el soldado para que la República Argentina no sea una dictadura comunista. Y la sangre no es algo que convenga olvidar.

Especialmente deben recordarlo los mandos superiores de las Fuerzas Armadas, porque mientras policías bonaerenses se plantaban frente al gobierno el Ejército Argentino incurría en la indignidad de pedir disculpas por decir una verdad. La lección que dejan los policía bonaerenses es que el kirchnerismo es un tigre de papel, se envalentona con los que le temen y arruga con los que no.




El 5 de Septiembre, en el aniversario del Combate de Potrero Negro durante el Operativo Independencia (1975), el Ejército Argentino publicó un tuit recordando al Subteniente Rodolfo Berdina y al Soldado Ismael Maldonado, bajo la consigna "honrar el valor, aliviar el dolor, cumplir con la Patria". 

Esa publicación, fiel a la historia y leal a la sangre de los camaradas caídos en combate, inobjetable desde la decencia, fue cuestionada ante el impresentable ministro de Defensa Agustín Rossi por partidarios del terrorismo castrista: la Asociación Madres de Plaza de Mayo, la APDH, HIJOS, la Asociación de DDHH del Sur de Tucumán, la Comisión de Derechos Humanos de Tafí Viejo y la Fundación Memorias e Identidades, la central de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos, y alguna que otra cosa de estilo comunista.

Ante ello el Ejercito Argentino incurrió en la indignidad de retirar el tuit, obviamente a instancias del ministro Rossi y sin que ningún general salvara al menos las apariencias pidiendo la baja por la afrenta a la verdad histórica que significa la orden de negar a los camaradas muertos.


Cuesta aceptar la liviandad con que el Ejército Argentino se somete al falseamiento histórico de los enemigos de la Patria, pues resulta falso que el tuit haya "ofendido a ciudadanos argentinos". No hay manera en que pudiera ser ofensivo. 

El tuit borrado menciona dos apellidos, Berdina y Maldonado. Por muchos años la madre del Subteniente Berdina dio batalla cultural al frente de FAMUS, la agrupación de Familiares y Amigos de Muertos por la Subversión. Fue un baluarte contra la mentira que hoy impera, y por eso la iracunda reacción. Berdina es un emblema, y como tal es peligroso para el proyecto totalitario de corrupción estructural del gobierno deslegitimado que los jóvenes militares lo tengan presente. Lo mismo que el Soldado Maldonado, porque una juventud con sentido del deber, como demostraron tenerlo los conscriptos que combatieron al ERP en Tucumán, no es la clase de juventud que favorece al gobierno, que prefiere se reserve el apellido Maldonado para la épica absurda del ahogado. 

Dije hace poco que la opinión de los generales importa muy poco en un Ejército donde la voz del sentido común la aporta una Soldado. Esto lo ratifica. Están traicionando la sangre derramada en combate, como lo hicieron Bendini y Milani. Es triste que el Ejército Argentino, caracterizado por dar muestras de coraje en el campo de batalla, esté destilando generales tan faltos de honor.

No pretende este ciudadano que el Ejército intervenga en la política doméstica, pero sí que haga respetar su historia de sangre derramada en defensa de la Patria, porque al fin de cuentas es el último sostén de la Constitución Nacional. Y poco aliento le queda a la República si la voluntad de combate del Ejército Argentino no alcanza ni para sostener un tuit.

Indignante, además porque el Ejército reniega de sus muertos el mismo día en que celebrando el "Día del montonero" miembros y simpatizantes de la organización terrorista Montoneros, esbirros de la dictadura castrista que tuvieron su comandancia militar en La Habana (en instalaciones dispuestas al efecto por el servicio de Inteligencia cubano), publicaron un comunicado reivindicatorio carente de toda autocrítica. 

Así, es una violenta mojada de oreja que el Ejército se humille mientras el enemigo celebra.

Habrá que asumir que el Ejército Argentino no tiene generales. 

¿Tendrá coroneles?

En cualquier caso, ahí está  La Bonarense, la última reserva moral de la Argentina.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López






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Ariel Corbat

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