A través del mail, sorprendiéndome otra vez por la difusión del blog, un lector me comenta que durante el mes de Febrero tiene lugar la "Fiesta de El Palenque", evento que se realiza en ese pueblito de origen ferroviario en la Provincia de Entre Ríos, muy cerca de Cerrito.
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Asegura que logran reunir alrededor de mil personas compartiendo bailes y un sabroso "asado con cuero", cuya fama se agiganta cada año prometiendo alcanzar categoría de interés provincial.
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Leyendo ese mail tuve el impulso de viajar, luego dudé. Quisiera ir, pero... ¿Cuánto de lo idealizado a través del tiempo se resquebrajaría volviendo a estar físicamente allí? ¿Cómo estarán "las casas" y la Estación? ¿Cómo será hoy la gente de El Palenque?
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Podría decir que lo estoy pensando, argumentar que tal vez o quizá... No. La verdad es que nunca volveré. El Palenque es ya un lugar en mi mente, el de los mejores recuerdos, el sitio en el que ocasionalmente me refugio del mundo: cierro los ojos, siento el fresco de las baldosas en la galería, veo las plantas, los rombos del alambrado, las vías y el maizal al otro lado, lo mismo dan amaneceres o atardeceres con las semillas de girasol en la boca, allí donde mi padre miraba el horizonte con los ojos más hermosos que he visto jamás y la voz de mamá narraba cuentos de misterios campestres.
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No, no puedo arriesgarme a perder aquellas cosas.
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Y sin embargo... Por favor, no dejen de contarme que tal ese asado.
