viernes, 13 de junio de 2025

INTELIGENCIA, SE BUSCA...



El mundo es hoy para la Argentina un poco más peligroso que ayer; pero menos que mañana.

La guerra por la invasión rusa a Ucrania es algo que sigue su curso con la falsa normalidad de lo que se percibe lejano y no gana las tapas de los diarios. Claro que, por mucho que se la ignore, esa guerra conlleva el permanente riesgo de expandirse, aunque hasta ahora parecen haber convenido las partes una suerte de control de daños preventivo, algo así como un cerco de limitación pactado para que ningún actor colateral -que hay muchos- se involucre de lleno. Y por ahora funciona.

La situación de Israel es mucho más preocupante para la Nación Argentina. En lo que tal vez muestre una falencia de los servicios de Inteligencia argentinos, suponiendo que exista realmente algo como eso más allá de la formalidad burocrática, o en su defecto una arriesgada decisión presidencial de dudoso balance entre costo y beneficio que el tiempo habrá de dilucidar, el Presidente Javier Milei se encontraba en Israel cuando ya estaba tomada la decisión para que las fuerzas israelíes guiadas por el Mossad pusieron en marcha el dispositivo de la "Operación León Naciente" (se supone que sin alusión a la política argentina). Dicha operación se ejecutó exitosamente abatiendo múltiples objetivos en Irán, incluyendo la eliminación de mandos militares.

Cabe esperar entonces la réplica iraní, frente a lo cual no se puede caer en la liviandad de suponer que vaya a concentrarse exclusivamente sobre territorio israelí.

Luego de los atentados en Buenos Aires contra la Embajada de Israel y AMIA, el conflicto entre Irán e Israel es muy obviamente una cuestión sensible de las que deben monitorearse de manera constante. No sólo porque la agresión tuvo como respuesta el fortalecimiento de los lazos argentino israelíes, sino también porque posteriormente Irán, durante años y a través del kirchnerismo, destinó recursos a operar en territorio argentino. Algunos de esos recursos se movieron torpemente, conforme a la torpeza de los elementos humanos captados al efecto, léase Luis D'Elía, Fernando Esteche y Jorge Kahil, pero a pesar de la torpeza de obrar groseramente involucraron a funcionarios de la primera línea del gobierno kirchnerista como el entonces canciller Héctor Timerman y la Presidente Cristina Fernández. Como ocurre en estos casos lo que debe preocuparnos no es tanto lo que ha quedado expuesto, sino lo que desconocemos.

Lo que expuso y lo que no llegó a exponer por su muerte el fiscal Alberto Nisman sobre el memorando de entendimiento con Irán no se comprende sin interpretar en los hechos la presencia de agentes iraníes operando en Argentina durante largos años. Las redes de espionaje tendidas por países con políticas exteriores agresivas responden al pie de la letra a los lineamientos de los "libros de Inteligencia" escritos durante la Guerra Fría. Se manejan con los mismos principios funcionales y planificaciones de largos plazos que signaron la actividad de Inteligencia durante la época dorada del espionaje. Para los incrédulos que creen que esas cosas son ficciones novelescas, vimos hace muy poco a Vladimir Putin, hombre formado en la KGB, recibiendo con honores a espías rusos asignados a la Argentina.

Me atrevería a aventurar que a partir del 2007 / 2008, ya en la primera Presidencia de Cristina Fernández, al acelerarse el declive de los servicios de Inteligencia (llevados a su total colapso en 2014 dando lugar la farsa de reemplazar la Secretaría de Inteligencia por la AFI, que nunca hizo Inteligencia) la Inteligencia iraní escapando de nuestra Contrinteligencia operaba año tras año con mayor facilidad.

Así se dan las cosas cuando se juega dando al oponente las ventajas de una larga inoperancia. Frente a ello, establecer cuántos agentes iraníes operan hoy en Argentina, su conformación y despliegue de redes es una tarea que debiera estar entre las prioridades del Sistema de Inteligencia Nacional. 

Ahora bien, como todas las acciones de Inteligencia responden a contextos, no puede descartarse interferencias de esos agentes extranjeros en el complejo cuadro de la política local, donde aquella que siendo Presidente les sirvió de aliada ha sido condenada a prisión por defraudación al Estado y sus militantes fantasean generar un caos a la Boliviana para lograr la caída del gobierno de Milei evitando que Cristina Fernández sea encarcelada.


Al respecto no es aceptable pasar por alto las expresiones de solidaridad de Evo Morales calificando de "proscripción" la condena de Cristina Fernández, justo en momentos en que intentando impedir las elecciones presidenciales bolivianas y derrocar al Presidente Luis Arce, sus acólitos realizando cortes de ruta causaron violentos enfrentamientos en los que murieron tres policías, un bombero y un campesino que manipulaba explosivos. Tómese nota que uno de los policías fue asesinado mediante la salvajada de hacerlo estallar con dinamita adherida al torso. 

Caos en Bolivia, la revuelta que los kirchneristas y
el resto de la izquierda quieren replicar en Argentina.

Al observar estos hechos, téngase presente los lazos que Irán ha establecido con Venezuela, Cuba y Bolivia, entre otros países de la región sin excluir a Brasil dada la iniciativa BRICS, lazos que responden a finalidades estratégicas de Teherán por encima de personajes de coyuntura que se pretenden revolucionarios como Nicolás Maduro, Evo Morales y Cristina Fernández. 

La posición abiertamente a favor de Israel sostenida por el gobierno del Presidente Javier Milei, guarda total coherencia con sus promesas de campaña respecto a proyectar a la Argentina como aliado de Estados Unidos e Israel. En tal sentido no puede haber cuestionamiento como decisión de fondo, porque ese lineamiento de política exterior estuvo claro desde el vamos y fue lo que la ciudadanía votó.

Donde sí caben cuestionamientos es en los aspectos instrumentales de esa alianza. Inteligencia, diplomacia, defensa y negocios, son artes que tienen reglas establecidas no por capricho sino por efectividad. En todas ellas se aprende, porque lo enseña la historia, que el coraje va del brazo con la prudencia.

Aunque lo tilden de loco, aunque sostenga el personaje confrontativo, aunque pretenda mostrarse como un hombre sin miedos, está probado que el Presidente Javier Milei no desconoce el significado de la prudencia. Fue por prudencia que dejó de viajar en aviones de línea. Pero esa prudencia que en tanto jefe de Estado demostró en relación a su persona, también debe manifestarla en relación al país que preside.

Siendo Presidente, su admiración por Israel y cualquier otro país extranjero debe mostrarse siempre moderada. Del mismo modo, si su camino espiritual lo ha llevado a abrazar el judaísmo es una cuestión personal que no debe condicionar sus decisiones como Jefe de Estado. Cosa que vale para cualquier presidente cualquiera sea la religión que profese, e incluso si no profesara ninguna. El Presidente tiene la función y obligación de anteponer en toda circunstancia el interés de la Nación Argentina a sus propios intereses. 

Nadie duda, por caso, que Estados Unidos es algo así como el respaldo de Israel, la alianza entre ambos países tiene décadas de sostenido compromiso, sin embargo el Presidente Donald Trump, pudiendo guardar silencio, eligió hacer público que Estados Unidos no tuvo participación en el ataque contra Irán. Porque Trump comprende que al interés de su Nación no le serviría ninguna bravata. 

A mi modo de ver, no fue valiente ni prudente en nuestras condiciones de ya endémica debilidad en materia de Inteligencia, Defensa y Seguridad, que el Presidente Javier Milei haya estado en Israel en la inminencia del ataque. 

Pero cabe diferenciar dos situaciones: Si fallaron nuestros servicios de Inteligencia en advertirlo, habrá que replantear varias cosas incluyendo los lazos con los servicios de Inteligencia israelíes. Si en cambio siendo informado Milei de la posibilidad de un recrudecimiento del enfrentamiento tomó la decisión de acudir igual, fue una decisión política de la que asume el riesgo que el mismo incrementa y cargará con las consecuencias en caso que las hubiera. 

Empero, se sabe que el riesgo en abstracto es más fácil de asumirse que el daño en concreto. Al menos, vale destacarlo, razonablemente desde el gobierno se han incrementado ahora los niveles de alerta para prevenir algún tipo de represalia. Cuanto hay en esa alerta de mera formalidad y cuanto de realización práctica es una incógnita. Ocurre que la confianza en la eficiencia de los sistemas en alerta es dudosa, recuérdese el "paseo" por nuestro país de Shahram Dabiri Oskuei, vicepresidente de asuntos parlamentarios en Irán, que entró al país como médico en plan turista. Echado del cargo a su regreso a Irán por considerarse su viaje como una ostentación extravagante, nadie en el gobierno argentino parece haber sido anoticiado a tiempo de la presencia en el país de un funcionario iraní de alto rango. 

La escalada del conflicto entre Israel e Irán acrecienta los riesgos para la Seguridad Nacional. Para la Argentina, dada su posición, capacidades y vulnerabilidades, esta es la hora de la prudencia. 

Y acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", sepan nuestros funcionarios esforzarse honrando aquella consigna que salva vidas: 

"No en mi guardia".

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
Ariel Corbat