La realidad argentina es un compendio de problemas no resueltos, alimentados a través de los años con cháchara y parches que pueden terminar cerrando un laberinto circular.
En algún momento, si queremos salir de ahí, habrá que hacerse las preguntas incómodas para, dándole la derecha a Ortega y Gasset, sincerarnos e ir por las cosas. Salvo que elijamos seguir como hasta ahora deslizándonos como al descuido por el tobogán de la decadencia.
Hay debates que debemos darnos inmediatamente y resolver, teniendo en claro que de ello depende buena parte de nuestro destino. El principal es si realmente estamos dispuestos a vivir bajo la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional.
Otro, inmediatamente prioritario y derivado del principal, es si vamos a generar riqueza o a seguir administrando pobreza y miseria. No soy afecto a los temas económicos, pero es ineludible definir certeza mínimas de proyección económica porque, finalmente, todas las decisiones, solucionen problemas o no, tienen un costo que hay que afrontar.
Luego, debatida y acordada tanto la filosofía (supremacía de la Constitución Nacional) como la billetera (rumbo económico), vienen los debates en las distintas áreas de gobierno. De esos debates hay uno que me duele particularmente, sobre Defensa, y otro con el que estoy específicamente comprometido que tiene que ver con Seguridad.
En materia de Defensa la dolorosa y brutal pregunta es si estamos en condiciones de sostener Fuerzas Armadas o una mera Guardia Nacional.
En materia de Seguridad, la cuestión pasa por decidir si vamos a seguir con una política de contención de los efectos del delito o sí, Inteligencia mediante, seremos capaces de ir a un esquema de perspectiva hacia las causas anticipando escenarios futuros. Lo he dicho antes, entre la zanja de Alsina y la ofensiva de Roca, la respuesta, siempre es Roca. Y estoy dispuesto a sostenerlo en cualquier ámbito de debate.
Para ir por los temas, con posibilidades de éxito, hay que poner los debates sobre la mesa. Y en ellos también, aquello otro de la ordinaria pero gráfica expresión que el lector, ahora mismo, tiene en mente.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López