miércoles, 18 de diciembre de 2024

MILEI/VILLARRUEL: CÓDIGO FÓRMULA ROTA EN LA OLA DE LA BOLUDEZ

"Es cosa de hombres,
el ser un boludo,
me dijo un boludo,
muy sabio una vez, 
pero vos querido,
has perdido el rumbo
estás abusando
de tu boludez".

Boludo - Lucio Arce.



Prometí un artículo sobre el modo idiota en que el Presidente Javier Milei está demostrando carencias de conducción política, dinamitando la relación con la Vicepresidente Victoria Villarruel, permitiendo así que sus obsecuentes hagan parecer al oficialismo una comparsa de alienados.

Como aclaración previa, yo voté una fórmula presidencial integrada por dos que separados me parecen mucho menos que juntos. Y me importa tres belines lo que vayan a decir los fanáticos de Milei o Villarruel exacerbados por la estupidez de la situación planteada. Luego léanse mis críticas como las de un oficialista, pues no esperaba un gobierno perfecto, ni siquiera prolijo, así que nada de esto me espanta. Para que alguna cosa me espante debería ser algo tan grave que me haga olvidar 20 años de régimen kirchnerista. 

Sabrán disculpar, mis pocos pero leales lectores, si el artículo prometido salió muy largo. Pero una de las paradojas de las boludeces políticas es que siendo simplemente boludeces nos llevan a largas reflexiones por lo mucho que nos afectan. Y por si quieren ahorrarse la lectura, todos tenemos días vagos, sintentizo todo este largo escrito en una frase corta: "El oficialismo está pecando de boludez". 


CÓDIGO FÓRMULA ROTA

Desde el más puro cálculo racional que resultaría de pensar con lógica la conveniencia del gobierno nacional, el ataque del Presidente Javier Milei contra la Vicepresidente Victoria Villarruel no tiene ninguna explicación entendible ni aceptable.

Por ende para comprender las motivaciones de semejante despropósito hay que pensar en motivaciones irracionales. La compleja personalidad de Javier Milei, sus contradicciones evidentes y su declarada autopercepción de jugador outsider devenido topo destructor, alimentan seguramente sus falencias como conductor político. Que no son pocas. 

El fenómeno Milei emergió desde su histrionismo siendo un catalizador de muchas militancias de resistencia al régimen kirchnerista. Sin esas acciones de resistencia Milei posiblemente no sería más que la anécdota de un tipo llamativo en algún que otro panel de televisión. Para poder ser efectivamente disruptivo perforando todos los estratos sociales con las ideas de la Libertad, fueron necesarias dos cosas, que nunca se callaran algunas voces (que ciertamente no son las de todos los que boquean hoy) y que el kirchnerismo llevara su idiotez a extremos intolerables, cosa que Alberto de la Fernández hizo sin ningún pudor; con el agravante de haber desnudado obscenamente la intención totalitaria del régimen con la infeKtadura surgida a partir del golpe de Estado del 19MAR20 contra la Constitución Nacional. Golpe todavía impune con más muertos que ningún otro.

Ocurrió entonces que buena parte de la sociedad decidió contrarrestar la locura del régimen, con la locura de Milei. Aclaro que debe leerse este párrafo como un elogio a Milei, porque los cuerdos eran los tibios del PRO que ya habían fracasado, lo que se necesitaba para romper la locura organizada que derramaba el régimen era un loco a lo Sarmiento. Y Milei encarnó a ese loco diciendo sus verdades incómodas, tal como el Padre del Aula llevaba los puños cargados de verdades. En ese sentido la personalidad de Milei fue determinante. Y efectivamente se está animando a hacer lo que ningún otro político se atrevía siquiera a intentar.

Pero por mucho que sus fanáticos embriagados de obsecuencia quieran creer que Milei ganó él solo las elecciones, Milei no ganó solo las elecciones; ni la presidencial ni el balotaje. Más aún, para muchos que votaron al loco Milei, el acompañamiento de Villarruel con una personalidad también compleja pero distinta, obró como garantía de sentido común. Algo que ratificaba el acuerdo con los amarillos para la segunda vuelta, mostrando un político capaz de generar consensos más allá de las barbaridades que se dijeron con Bullrich durante la campaña. 

La Presidencia de Milei no es pues un milagro, ni cosa por el estilo, es sencillamente lo que parió con sus circunstancias de coyuntura la realidad política de la muy vapuleada Nación Argentina.

Sobre esta introducción, voy a intentar explicar brevemente las consecuencias para el gobierno de la absurda ruptura de Javier Milei con su compañera de fórmula Victoria Villarruel.

Al gobierno le convenía ratificarse frentista alentando a Villarruel a organizar su propio partido. Recuérdese que Villarruel militaba en el Partido Demócrata, del que Milei nunca fue parte.

Por eso fue ridículo el enojo y resquemor de los mileístas cuando celebrando el triunfo electoral flamearon banderas de una agrupación referenciada con Villarruel. 

Al no venir de un mismo partido, conservar la opción frentista era de suma y multiplicación. En cambio reducirse a un sólo partido, como quiere el Presidente que sea La Libertad Avanza, no solamente resta sino que facilita el entrismo amarillo de Bullrich.

El miedo libertario a la ambición de Villarruel es, y voy a decirlo en refinados términos puramente técnicos: una boludez propia del amateurismo político.

Por lo pronto hay una regla de hierro que echa por tierra cualquier fantasía conspirativa: Presidente que tiene éxito reelige. Y Milei está teniendo éxito, tanto que Pepe Albistur, el fulano aquel que iba a comer pochoclo esperando la pronta caída de Milei, ya debe tener un serio problema de nutrición alimentándose a pochoclo desde hace mas de un año...

Todas las operetas destituyentes del kirchnerismo se disolvieron con una facilidad no prevista, no les dio la nafta ni para bajar a la calle. Son y siempre fueron un tigre de papel, que sólo existe por el miedo o el descuido de los demás. Pero, esto es importante tenerlo muy muy claro, todavía no está puesto el último clavo en el cajón del kirchnerismo y sería un grave error darlo por muerto antes de tiempo o, peor aún, jugar a mantenerlo en pie para polarizar creyendo que las elecciones serían un show como aquellos de Nerón en la arena frente a inválidos disfrazados de gladiadores. Kicillof mantiene como bastión del régimen la Provincia de Buenos Aires, hay que trabajar desde la política para que lo pierda sin poder salir de ahí. 

Claramente, si Milei tiene algún enemigo no es Victoria Villarruel. Por el contrario, las diferencias de pensamiento que vienen desde antes de ser fórmula presidencial y siempre estuvieron, lejos de debilitar al Presidente lo fortalecían al dar contención dentro del mismo espacio del oficialismo a parte de conservadores, nacionalistas e incluso liberales, que tienen posturas críticas hacia distintas políticas del gobierno. 

Contrariando su propio interés y acaso (hermosa palabra la palabra "acaso") por haber delegado más de lo recomendable, Milei ha dejado de tener una comunicación fluida con la vicepresidente y las consecuencias de ese absurdo son todas malas.

A juzgar por declaraciones del mismo Milei y lo que emana de su círculo íntimo a través de voceros satelitales, Victoria Villarruel estaría conspirando para ocupar el cargo del Presidente. Sin embargo esa acusación no evidencia tener ningún otro fundamento que la alta imagen positiva que las encuestas confieren a la vicepresidente. 


¿ROMA NO PAGA SCIOLI'S, MILEI?

Luego nadie de ese círculo íntimo, ni ninguno de sus satélites, parece tener la decencia de decirle al Presidente que se convierte en un hazmerreír cada vez que repite "Roma no paga traidores", porque para largar la carcajada basta con ver en el gobierno a Daniel Scioli, ese traidor entre traidores que fue videlista, menemista, kirchnerista, felpudo kirchnerista y por ahora mileísta. Por ahora. ¿Roma no paga Scioli's, Milei? Y no es el único, casi que todos los días se suman al gobierno funcionarios que tienen historial panqueque, lo que se confirma viendo que a la par del nuevo salto de garrocha de Patricia Bullrich dejando el PRO y a Macri para aterrizar dentro de La Libertad Avanza, ayer nomás se nombró al sucesivamente peronista, kirchnerista, massista, macrista, Diego Kravetz como número dos de la Secretaría de Inteligencia de Estado. ¿Roma no paga Kravetz, Milei? Como registra una muy conocida anécdota de Bilardo que el Presidente Milei, declarado bilardista, seguro conoce: "¡Ah! si se la siguen pasando a los de amarillo vamos a perder". 

Desde luego, escribo esto manteniendo lo que sostengo hace mucho tiempo: en política sin conversos no hay victoria. Pero debe haber límite para el lugar que se les da a los conversos y no es aceptable darles cabida mientras se dispensa trato de traidores a los leales, ya que la lealtad es una relación de ida y vuelta. No existe la lealtad en un solo sentido, porque eso es obsecuencia no lealtad. No vaya a ser cuestión que, como tantas veces ha pasado, quien grita y señala "¡traidores! ¡traidores!", sea justamente el traidor.

Lo absurdo de toda esta situación no puede atribuirse a nadie más que al Presidente Javier Milei, ya que por ser el referente máximo del oficialismo y quien tiene la máxima responsabilidad de gobierno es quien tiene a disposición todos los recursos necesarios para evitar el mamarracho. No necesita pues el Presidente una "guardia pretoriana" armada con celulares para hacer ruidos molestos, le basta su propio celular para hablar directamente con quien debe hacerlo, como es el caso de su vicepresidente.

Luego es preocupante que la peor práctica de Edgar Hoover al frente del FBI, aquí conocida como "carpetazo", sea reivindicada por fanáticos oficialistas en su afán estúpido de atacar a la Vicepresidente. Y frente a ello destaco que la respuesta de Villarruel fue impecable: publiquen.

El "carpetazo" sólo es efectivo cuando la política se dirime entre sucios, quienes están limpios no se doblegan ante esas prácticas extorsivas.

La sola amenaza del carpetazo anuncia la intención de que la política siendo siga mugre por parte de quienes amenazan. 


EL GROSERO ERROR DE VILLARRUEL

La falta de diálogo directo entre Milei y Villarruel, los ataques del Presidente, la campaña de difamación en su contra montada en redes por obsecuentes mileístas, determinaron finalmente que Victoria Villarruel cometiera el error de hacer una aclaración tan innecesaria como desafortunada.

A través de un tuit en el que recuerda su trayectoria junto a Javier Milei Villarruel declara que "No estoy participando de ningún armado político y cuando lo haga, lo haré donde el Presidente Milei me lo pida". Un acto de sumisión innecesaria, celebrado por algunos mileístas como una "domada" del Presidente.

Victoria Villarruel es un político con una procedencia partidaria distinta de la de Javier Milei, y como todo político tiene ambiciones legítimas de poder, a las cuales sólo se puede aspirar a dar cumplimiento mediante un armado político. 

Que Villarruel se autoimponga no ser parte de ningún armado político sin la venia del Presidente y abandonándose al rol que aquel le conceda, es algo que, tal como se explicó antes debilita al oficialismo porque deja de dar contención a conservadores, nacionalistas y liberales críticos del gobierno. Y es cierto que hoy por hoy no encontrarían un espacio al que migrar, pero los espacios aparecen, se crean y a veces hasta crecen. 

Para peor, en este contexto de enfrentamiento buscado con la Vicepresidente, el Presidente Milei ha declarado que "El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido, es expulsado". Si bien es cierto que todo partido político requiere de disciplina partidaria, es difícil pensar un partido político liberal, o tan sólo democrático, donde el disenso sea vedado. Parece que así como el eslogan: "Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre" murió tempranamente a las puertas del balotaje, en un año de gobierno agonizó y crepó también aquella consigna de "los liberales no somos manada". 

También está con fiebre alta aquella otra frase de "No vengo a guiar corderos, vengo a despertar leones".

Claramente hoy gobierna una coalición y se interpreta que aspira el Presidente a cambiar eso conformando el gobierno de un partido, lo cual es legítimo, el punto será cuántas líneas internas será capaz de tolerar ese nuevo partido sin perder la presupuesta coherencia ideológica entre una sobreactuada "lealtad al líder", el aluvión de la garrocha amarilla y la ausencia de esa parte de la Derecha que contenía Villarruel. Como el gobierno mismo, que apenas empieza, aquello es un experimento político que habrá que ver como evoluciona. Veremos en el tiempo si los leones que despertaban rugen o roncan nuevamente mientras duermen contando ovejitas.


EN EL MISMO LODO TODOS MANOSEADOS

Si lo hasta aquí analizado contempla el daño que se autoinfringe el gobierno con una interna que no tienen razón de ser, la pérdida de discreción y tacto político para resolverla (se resuelve con dos cafés en una misma mesa) lleva el daño más allá del gobierno a la institucionalidad republicana.

El affaire Kueider ratificó lo que todos sabemos: si es kirchnerista es corrupto. Pero también hizo que el Presidente Milei asuma una posición extraña, en la que habiendo sido durante la campaña la voz del hartazgo y la rebeldía frente a la corrupción de la casta (otro calificativo que se ha ido "lijando" al paso de los meses), critica ahora que el corrupto senador Edgardo Kueider haya sido expulsado de la Cámara Alta.

Detenido en Paraguay por andar de valijero (esa tradición kirchnerista de mover bolsos con dinero sucio), conducta que claramente daña la imagen internacional del país y afecta lo poco de Honorable que conserva el otrora Honorable Senado de la Nación Argentina, Kueider fue bien expulsado por sus pares. Ocurre que los senadores, como la mujer del César, no solamente deben ser honestos también deben parecerlo (sí, ya sé que se están riendo a carcajadas). 

Lo que quiero decir es que el caso Kueider, surge de un hecho indecoroso a todas luces reprochable y que por su condición de bochorno (internacional, además) no requiere aguardar un pronunciamiento judicial. Y tampoco es uno de esos casos donde una mayoría circunstancial pretende echar a un legislador para dejar sin representación política a una parte de la ciudadanía, como fueron los casos de Bussi y Patti, o como es el intento de expulsar de la Legislatura Bonaerense a Guillermo Castello porque dijo esa verdad que kirchos y otros zurdos quieren censurar: Rodolfo Walsh fue un asesino terrorista. 

Kueider está bien echado. Sin embargo el Presidente Milei, como renegando de sus convicciones y dando pasto para que se diga que tenía comprado al senador kirchnerista, basándose en la desprolijidad administrativa alrededor de su viaje presidencial a Italia, salió a decir que la sesión es inválida. 

Y para que el mamarracho sea todavía más grotesco, los partidarios de Milei y Villarruel empezaron a cruzar acusaciones desde sus trincheras virtuales, con dislates que iban desde afirmar acefalía por culpa de la hermana del Presidente a pedir la renuncia de la Vicepresidente, todo ello a gusto y placer de los kirchneristas que con otros zurdos y progres quieren anular la Ley Bases.

Pues bien, preciso es decir que tanto la sesión en la que se expulsó a Kueider como aquella en la que se aprobó la Ley Bases son indubitablemente válidas y están fuera de toda posibilidad de revisión. 

Ciertamente hubo una desprolijidad en el traspaso de mando que correspondía por el viaje presidencial, pero sólo fue eso: una desprolijidad. Ni el país quedó acéfalo, ni se cometió delito alguno, ni hay causal para invalidar la sesión del Senado que presidió Villarruel. Se equivoca el Presidente, por sí o mal asesorado, al decir que es inválida, con el agravante que el corrupto Kueider utiliza ese desacierto de Milei en su intento por recuperar la banca que deshonró. Pareciera así que el Presidente intentara proteger al kirchnerista. ¿Roma no paga traidores, Milei?

En cuanto al traspaso en sí, sobre la demora del escribano de gobierno para hacer firmar a la Vicepresidente el acta de rigor, vale acotar que la interpretación de las normas jurídicas excede la literalidad y contempla cambios de época.

El texto de la Constitución Nacional que trata esta cuestión es un buen ejemplo. Con supuestos que se contemplan desde 1853, la disposición reforma constitucional mediante reubicada en el Artículo 88, entiende como causas de acefalía la enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del Presidente.

Ciertamente una enfermedad incapacitante, la muerte, renuncia o destitución del Presidente son hechos conmocionantes que generan una situación institucional de acefalía que debe resolverse con urgencia. 

Pero, cualquiera puede comprender que no es igual lo que implica salir "de la ciudad" o viajar a Europa en 1860 que en 2024 con tecnología de globalización. Hoy a nadie se le ocurre pensar que el país está acéfalo si el Presidente se encuentra visitando Jujuy o la Antártida. Incluso volando a bordo de un avión sobre el océano en aguas internacionales el Presidente de la Nación dispone de instrumentos de comunicación suficientes para tomar decisiones tal como lo haría en su despacho de la Casa Rosada. Es ya un mero ritual, basado en costumbre antes que necesidad, que el Vicepresidente lo reemplace en casos de viajes al exterior. Porque sin incertidumbre ni conmoción no hay urgencia de traspaso. 

Luego, la necesaria firma del acta para formalizar el traspaso temporario puede demorarse sin consecuencias, porque no hay riesgo de acefalía cuando no hay urgencia ni conmoción. Como podría surgir en el hollywodense caso en que fuera secuestrado el avión en el que viaja el Presidente, por decir. Y por el contrario, ese acta tan necesaria en contexto de rutina propia de la función de gobierno, deja de ser necesaria y opera de inmediato el traspaso presidencial sin aguardar la firma de acta alguna en los casos de urgencia y conmoción, donde sí hay riesgo de acefalía. Nunca ocurrirá que a la muerte del Presidente funcionario alguno con dos dedos de frente se vaya a negar a acatar órdenes del Vicepresidente devenido Presidente en tanto no se cumplimente el acto formal, porque es más que claro el sentido en el que opera la previsión de los constituyentes.

Superada por mucho la época de las carretas y chasqui o el telégrafo, a nadie se le puede ocurrir que el país quede acéfalo porque el Presidente está de viaje a bordo de un avión. De ahí que la vicepresidente no se haya ido a meter a la Casa Rosada antes de firmar el acta, máxime siendo de público y notorio para el escribano de gobierno el lugar en el que se encontraba.

Esto es simplemente mi opinión jurídica volcada a boca de jarro, sin mayor elaboración, seguramente habrá otras y podríamos perder tiempo discutiendo el procedimiento de la suplencias presidenciales, ya que todo abogado encontrará por aquella media biblioteca, argumentos para tal o cual postura, pero no es el punto, ni en esta cuestión ni en ninguna de las otras que trata este escrito de mi pluma.

EL PUNTO ES QUE MILEI Y VILLARRUEL TIENEN QUE VOLVER A SER UN DÚO ARMÓNICO.

El punto es que hay que aflojar con las boludeces que hacen del oficialismo un cambalache, porque esto recién empieza. Y hasta ahora, a pesar de los esfuerzos de muchos por romper la fórmula presidencial, lo cierto mal que les pese es que todavía no se rompió nada que no pueda arreglarse. Son diez minutos lo que demanda cortar con tanta boludez.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
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