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Si fuera una ficción la realidad argentina resultaría tan cómica como cualquier película de Los Tres Chiflados. Lamentablemente no lo es. Supongo que cualquier observador ajeno puede encontrar divertido el sainete de la decadencia argentina, nosotros lo padecemos.
Como parte de ese show del grotesco, drama propio y risa ajena, la procesada por corrupción Cristina Fernández, equiparó la acusación del fiscal pidiendo 12 años de prisión para ella con un pelotón de fusilamiento.
Cabe explicarle a la "abogada exitosa" con ínfulas de faraona que una acusación en sede penal no es un paredón de fusilamiento. Le sugiero pues a Cristina Fernández, viuda horrorizada por el negociado de su corrupto difunto esposo con Magnetto (ahora sabemos de dónde sacó su títere la directiva de acusar a Fabiola) que preste mucha atención a la pared en la cual fusilaron al matrimonio Ceausescu.
Que recorra con su mirada cada uno de los orificios dejados por las balas, porque contra esos agujeros no hay apelaciones ni fueros.
Sobre estos comentarios que inicié en Facebook y Twitter, agradezco la cita que hace Marco Ortolan en este video de Tik Tok.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
