En la Provincia de Santa Fe, cuatro policías fueron detenidos acusados de pretender incriminar a un detenido "plantándole" pistolas utilizadas en seis ataques intimidatorios ocurridos entre el 12 de diciembre de 2023 y el 22 de enero de este año. (ver nota).
Más allá de lo que la justicia determine en este caso, es de público y notorio que la Policía de la Provincia de Santa Fe está infiltrada por organizaciones criminales.
La pregunta es si la Provincia puede sanearla por sí. Creo que no.
Sostengo hace años que está plenamente justificada una Intervención Federal a la Provincia de Santa Fé.
No sobre los tres poderes, sino específicamente sobre el pleno del sistema de seguridad santafesino, sumamente deteriorado durante la gobernación de Omar Perotti.
Esa posible intervención era inviable con Alberto de la Fernández, por complicidad con Perotti. Nunca les interesó mejorar la seguridad de los santafesinos, ni de los rosarinos en particular. Mucho menos sanear institución alguna.
Perotti al designar a Marcelo Saín ministro de Seguridad traicionó su promesa electoral de orden: No cumplió, la empeoró y quedó empantanado de fracaso. Sobre el final del mandato, Claudio Brilloni poco pudo hacer para revertir el desastre.
El largo manoseo de Policía Santafesina por parte de la política no fue por errores de gestión, sino por la deliberada intención de corromperla. Vale para el caso lo que expuse en otro artículo referido a la Policía Bonaerense: QUE UNA NUBE DE MERCA NO TAPE QUE: LA CORRUPCIÓN POLICIAL ES POLÍTICA.
Al decir "la política santafesina", refiero un conjunto de abarca mucho más que al gobierno de turno. Y excede a Pullaro como a cualquier otro.
Ciertamente no es este el mejor contexto político para jugar la carta de la intervencion federal al sistema de seguridad santafesino, que requiere además una planificación muy precisa, pero debe ser considerada una opción por Maximiliano Pullaro, Patricia Bullrich y Javier Milei.
Como siempre que refiero a la Policía de Santa Fe, aclaro aquí también que revistan en sus filas muchos honestos con vocación de servicio.
Trabajé con ellos, los vi afrontar condiciones que desanimarían a cualquiera.
Entonces no generalizo: no son todos iguales.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.