La izquierda salió a ejercitar su violencia. Y dejó claro que atrasa dos décadas queriendo repetir otro 2001, fantaseando traer anarquía para hacerse del poder con "asambleas populares". No le salió entonces, porque Duhalde, ni le va a salir ahora, porque no hay remake.
La historia, decía Carlos Marx, se repite una vez como tragedia y otra vez como farsa, lo cual aplica perfectamente a la farsa que intenta montar el Partido Obrero con la adhesión del kirchnerismo. Y digo "intenta" en lugar de "intentó" porque lo del miércoles 12 de Marzo de 2025 fue solamente un ejercicio al que le seguirán otros, creen en la construcción de la anarquía como etapa necesaria de su "revolución".
Y hay que verlos ahora a los idiotas del PO y demás zurdaje "exigiendo" la renuncia de Patricia Bullrich. La expresión QBSLC! (¡Qué Boludos Son Los Comunistas!) es bien gráfica para explicar que Bullrich no hubiera podido encontrar unos idiotas útiles tan idiotas útiles como los del Partido Obrero para asegurar su continuidad en el Ministerio e influencia sobre el Presidente.
La reafirmación de la ministro Bullrich por parte del Presidente Javier Milei era absolutamente previsible y el único resultado lógico de una protesta que se anunció violenta. Algo que lamento porque imposibilita un recambio que supere a una gestión que considero agotada.
La ministro Bullrich se beneficia de la comparación con sus antecesores kirchneristas, Sabina Frederic y Aníbal Fernández, quienes dejaron la vara de la gestión por debajo del piso. Comparada contra ellos su gestión siempre es mejor, porque esa comparación disimula los graves desaciertos de Bullrich. Y es que si la comparación se hiciera contra el óptimo profesional la gestión de Bullrich no pasa de mediocre.
Sus falencias conceptuales como metodológicas y las torpezas de su constante autobombo como entendimiento de la gestión están sobre la mesa, son muchas y a la vista de cualquier analista, por lo que sería beneficioso para el gobierno y la sociedad discutirlas racionalmente a fin de aspirar a una gestión de calidad superior.
Pero son acciones como las de la izquierda, que cargan de violencia, intolerancia e irracionalidad a la política, las que impiden ese debate. Sumando a ello, ciertamente, que poco ayuda a la defensa de las instituciones y su mejor desenvolvimiento que el Congreso de la Nación Argentina sea un zoológico de irresponsables.
En este contexto la Vicepresidente Victoria Villarruel, asumiendo una postura de coqueteo con la neutralidad, hizo declaraciones de por sí cuestionables y más aún siendo que la relación con el Presidente Milei está rota. Absurdamente rota.
Villarruel equiparó a los heridos como si todos pudieran ser lo mismo, olvidando en ello que recibir heridas no necesariamente convierte al herido en víctima ni objeto de solidaridad. Y luego, lo más grave, ignoró adrede la intención antidemocrática y destituyente de la manifestación, porque no puede desconocer lo explicitado al respecto por la diputada del PO Vanina Biasi y otros.
Publicar estas mismas observaciones en las redes sociales generó respuestas diversas. Por un lado las nada novedosas amenazas de izquierdistas, como un par que prometieron colgarme en la Plaza de Mayo. Por otro lado, también divertido aunque patético a la vez, partidarios de Milei lo mismo que de Villarruel me atribuyeron estar alineado con el otro. Y ese es todo un tema porque pareciera ser que en el oficialismo se perdió la costumbre de pensar y expresarse por uno mismo.
Actualmente no estoy afiliado a ningún partido político, ni participo de ninguna agrupación política, ni siquiera integro grupos de Whatsapp. Sí, obviamente, apoyo al gobierno; aunque mis críticas sean interpretadas como que no por tantos paranoicos obsecuentes que necesitan encontrar enemigos dentro del mismo oficialismo.
Podría decirse que en la radio está sonando Orion´s, para recordarme sigo siendo "como un ladrillo de cinco lados / que no cabe en ningún hueco / y no queda en ningún costado". Entonces desde algún lugar de mi mente viene hasta mí la figura de Don Bartolomé Mitre, que al acercarse saluda alzando el chambergo con su diestra mientras dice: "Cuando todo el mundo está equivocado, todo el mundo tiene razón". Lo entiendo, lo que indica Don Bartolo es que no pretenda ser quien los haga entrar en razones; está fuera de mi alcance hacerlo. En ese punto de ensoñación es cuando Séneca, cual si yo fuera Lucilio, me aconseja y desea: "Consérvate bueno".
Y eso intento.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.