La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, cuya cuenta oficial de Twitter me tiene bloqueado, lo mismo que el secretario Horacio Pietragalla Corti, persiste en la campaña dirigida a conscriptos (colimbas) que hayan prestado servicio entre 1975 y 1983 para alimentar los juicios de revancha terrorista contra los militares.
La victimización y reivindicación de los terroristas que hace el kirchnerismo para el curro de los derechos humanos -desdibujando con ello la identidad nacional- necesita omitir, ocultar, silenciar y tergiversar la parte de la historia que explica contexto e intensidad de la guerra antisubversiva.
Ahora bien, como esto no es nuevo tampoco es nuevo lo que escribo a continuación: lo publiqué en este mismo blog el 1° de Julio de 2012. Diez años atrás.
Que pueda pegar y copiar lo escrito hace una década sin que pierda una coma de vigencia nos ratifica que vivimos empantanados de pasado.
CANUTO CAÑETE Y LOS COLIMBAS DEL 75 AL 83
Supongamos que un colimba, lo llamaremos Canuto Cañete, hizo la conscripción entre 1975 y 1983. Sabemos que en esos días terribles vio cosas que no hubiera querido ver, y estaría buenísimo que le dieran espacio para contar su verdad.
Pensemos que estuvo en Formosa cuando Montoneros mató a 12 de los nuestros intentando copar el Regimiento de Monte 29, que también participó de la defensa del Batallón de Monte Chingolo frenando a los apátridas del ERP, que supo de bombas de la guerrilla urbana que mataban por doquier y que fue uno de los victoriosos soldados que sacaron la mugre guevarista que pretendía hacer flamear un sucio trapo rojo en el monte tucumano.
Sí, ciertamente sería interesante para la verdad histórica se reconozcan los méritos de los soldados conscriptos que combatieron contra los terroristas de Montoneros y el ERP. Algún día la mano presidencial debería poner medallas en esos pechos. La República Argentina lo debe.
Pero si Canuto Cañete se comunicara con los responsables de la campaña "Si fuiste colimba entre 1975 y 1983", para contar que tiene el orgullo de haber combatido contra los guerrilleros que querían imponer en la Argentina una dictadura eterna, sin lugar a dudas le responderían que no, que su caso no aplica, que lo que buscan son colimbas traidores como Mayol o Invernizzi, cualquiera que vaya a decir que el cabo tal o el subteniente cual eran feos, sucios y malos.
Canuto Cañete, hermano en armas del heroico Soldado Hermindo Luna, vio cosas que no hubiera querido ver: vio guerrilleros que lo querían muerto. Por suerte los vio a través de la mira de su fusil.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía
Estado Libre Asociado de Vicente López