Las amenazas nucleares, lanzadas por la dinastía de enanos comunistas en Corea del Norte, dejan en evidencia que la dictadura no es un problema coreano, es un asunto humanitario. Cualquier dictador con botones rojos a la mano es un peligro para la vida en nuestro planeta. Más vale entenderlo temprano que tarde: volarle los sesos no es una opción, es un deber, igual que desmantelar el arsenal del que disponga.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
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