Dice Julio Bárbaro, autor de frases que revelan una gran sensatez, que si hay grandeza en la oposición Daniel Scioli no puede ganar. Suscribo.
Y añado por mi cuenta lo que entiendo por grandeza: con un pacto por la República que parta de Sergio Massa bajando su candidatura a Presidente y María Eugenia Vidal su candidatura a gobernadora, se evitaría la continuación del kirchnerismo en la Nación y en la Provincia de Buenos Aires.
Massa y Vidal, por imperio de las circunstancias, están en condiciones de sacrificarse para decretar la defunción del régimen. Un sacrificio que, ciertamente, no es para desaparecer de la política sino para ganar un inmediato protagonismo en el nuevo escenario que se instalaría tras el naufragio de Scioli.
El régimen deja un país tan vaciado institucionalmente que un simple acuerdo de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional aparecería como un avance de trascendencia mayúscula. Acordar lineamientos políticos a seguir no es entonces un obstáculo insalvable, estamos en situación de trazos gruesos hasta lo grosero, el resto son matices.
En concreto hay que ganar las elecciones y se pude hacer. La lectura de esa gran encuesta nacional que son las PASO revela el error estratégico de no haber coincidido el PRO y el Frente Renovador en un mismo espacio. Sin ese error, hoy estaríamos asistiendo a la feliz desbandada del kirchnerismo.
Como bien indican los estudios militares, la gravedad de un error estratégico radica en que no se corrige por eventuales aciertos tácticos. De allí que esta situación, en la que escrutado 97,84% de los sufragios son 1.828.835 los votos con que Daniel Scioli aventaja a Mauricio Macri, impone un replanteo estratégico crudo y radical.
Sin margen para los caprichos del ego, los números son elocuentes:
TOTAL NACIONAL ESCRUTADO: 97,84% |
Entiéndase que además de principios política es negociación, cálculo y especulación. Si Massa mantiene su candidatura aunque retenga pocos votos pone en riesgo la chance de la segunda vuelta presidencial. Vidal hizo muy buena elección, pero no supera al FPV y en la elección del gobernador bonaerense no hay segunda vuelta.
Así las cosas, CAMBIEMOS y UNA, con todos sus componentes, tiene frente a sí la oportunidad concederse mutuamente Nación por Provincia o de perderlo todo. No me hará gracia votar a Felipe Solá, pero es preferible a dejar Buenos Aires en manos de Aníbal Fernández.
Frente al proyecto totalitario la democracia necesita este pacto, extensivo a todo el país, por eso los principales líderes de la oposición deben sentarse a negociar los cargos del futuro gobierno de coalición, con total desenfado, sobre la mesa y bajo la luz pública. Si en lugar de ello obran con soberbia o mezquindad vamos a tener que bancarnos otros cuatro años de esto mismo pero peor; con Scioli Presidente y Fernández Gobernador.
Grandeza es evitar un futuro miserable.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López