Todo termina al fin.
Los reportes del "corresponsal de guerra" fueron herramienta de catarsis para sobrellevar con humor la profundización de la decadencia argentina bajo el régimen kirchnerista, pero a esta altura ya no me hace gracia reírnos de nuestra propia calamidad.
Y no me hace gracia porque el grueso de la sociedad, lejos de reaccionar, permanece idiotizada en una pasividad de pensamiento mágico que supone que tal o cual providencialmente podrá "salvarnos". Nadie puede salvarnos, solamente nosotros recordando quienes somos; o quienes fuimos...
Fue divertido hacer cada reporte, como fue placentero compartir risas con amigos y extraños; pero si no sirve para ponernos serios no suma nada.
Lo diré claramente una vez más y todas las que sean necesarias: hay que derrocar a este régimen infame de traidores a la Patria y gobierno títere.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.