Me resultaba muy difícil encontrar las palabras que pudieran expresar el sentimiento de repudio que merece el viaje a Malvinas de la delegación de izquierdistas, miembros de la llamada Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, encabezada por Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas, cuya intención denigrante es asimilar a los combatientes de Malvinas con los desaparecidos.
Afortunadamente no tuvo esa dificultad el Poeta imprescindible de este tiempo que es Oscar Ledesma.
Enrolado en la categoría de los poetas guerreros, hay una controversia abierta respecto a Ledesma: para algunos, dada su actuación en la Guerra de Malvinas, es un gran soldado que además es un gran poeta, para otros, entre los que me incluyo, es primero un gran poeta y luego un gran soldado. Polémicas al margen, leí su poema en Facebook y me sentí mejor. Lo tomé de su muro y lo reproduzco a continuación.
HEREDAD DESCONOCIDA
(Al impresentable Nobel y su gavilla)
"El viento en la turba y la gloria eterna, no están hecha para farsantes, para ellos el templo sagrado será la maldición, que le cabe a todo hereje"
Fuimos acrisolados en infiernos
templados en fuegos
contemplados en ruegos
y abandonados a la suerte.
Atemperados en años
ignorados en milenios
no entienden nuestro pasado,
menos aún de la posguerra.
Hay ciclos que se repiten
no como causa o castigo,
es secuela de lo padecido
y no por eso es dura condena.
Pongo a tus pies mis combates
mis marchas y extravíos,
mis manos manchadas de patria
mis odios y desvaríos.
Después no vengas aterido
temblando y con reclamos,
cada uno porta sus clavos
y no acepta devoluciones.
©Oscar Ledesma
Arte: ©Alan Fioravante