domingo, 29 de octubre de 2023

MILEI O MASSA, NO EXISTEN LOS NEUTRALES



Toda República es fuerte si sus ciudadanos votan con libertad de conciencia.

Si coincidimos en eso piense entonces: ¿Cuál opción del balotaje dedicó 20 años a subvertir valores republicanos y malversando recursos estatales asegurarse votos cautivos?

Ante un sistema representativo corrompido, con un gran caudal de voto cautivo de la dádiva estatal, todo voto en blanco o cualquier modalidad de abstención favorece al oficialismo. 

Por eso no es cierto, objetivamente, que se pueda ser neutral. En esta elección es Sergio Massa o Javier Milei, no existen los neutrales.

Es incomprensible que una fracción de Juntos por el Cambio, su ala progre (radicales, socialistas) luego de años diciéndose opositores al kirchnerismo vayan ahora a darle al régimen la posibilidad de perpetuarse. 

Tan increíblemente estúpido o perverso como concederle a Massa la misma calidad de "moderado" o "no kirchnerista" que cuatro años atrás se le quiso creer a Alberto de la Fernández. 

Massa es kirchnerismo en su máxima expresión, a tal punto que el propio Néstor Kirchner lo elogiaba por ser "un hijo de puta", o sea el más parecido a él de todos su secuaces.

En esta hora hay dos candidatos, Massa o Milei, régimen o República, ninguna alternativa a esa opción de hierro. 

El fenómeno Milei es mucho más que un emergente del hartazgo de la ciudadanía argentina porque, hace décadas, la política dejó de estar al servicio del país para estar al servicio del régimen kirchnerista. El fenómeno Milei, debe comprenderse, es el resurgir de la política con la posibilidad de un nuevo y sanador consenso republicano. Y el no contar con gobernadores ni mayorías parlamentarias, lejos de significar una preocupación, es justamente lo que garantiza el fortalecimiento de las instituciones; debilitadas por gobiernos que sí tuvieron mayorías de gobernadores y legisladores. 

Milei no podrá aspirar en ningún escenario a la suma del poder público como lo hace y por momentos consiguió el kirchnerismo, ya durante presidencias de Cristina Fernández como hasta bajo el intrascendente Alberto de la Fernández; cuando pretextando pandemia derogó de facto la Constitución Nacional, con complicidad de la CSJN y el Congreso de la Nación.

Y así como la ciudadanía desencantada que se sentía lejos de la política acompaña con nuevas esperanzas al fenómeno Milei, todo lo espurio juega a favor de Sergio Massa, porque lo espurio lo necesita y porque Massa carece de cualquier prurito republicano. La ambición de poder de Massa, igual que la de Kirchner y su viuda, no tiene escrúpulos.

Esa falta de escrúpulos hace que la corrupción del sistema político colonice factores de poder por fuera del mismo. Por ejemplo: Hay infinidad de medios periodísticos y periodistas. Algunos son independientes. Muchos dependen de la pauta oficial. Masa les ofrece seguir con la felicidad de la pauta. Milei eliminarla en nombre de la Libertad de Expresión. ¿Adivine cuál candidato está blindado y a cuál le cuestionan todo?

Luego las cifras de las respectivas campañas marcan con su brutal asimetría la dimensión del modo en que el régimen kirchnerista se ha ido fagocitando a la República.

Porque si formalmente la campaña de Massa son 962 millones de pesos, y eso ya de por sí duplica los 455 millones de pesos en la campaña de Milei, el verdadero costo de la campaña de Massa es el que surge de sumar esos 962 millones de pesos a los 380.000 millones de pesos de déficit primario destinados, obscena malversación mediante, a tratar de esconder la ruinosa situación económica del país tras un decorado de cartón y papel pintado.

El llamado "Plan Platota", de inventar placebos y a cualquier precio patear todo problema para más adelante, no solamente es una tragedia económica, es antes que nada una tragedia moral.

380.962 millones de pesos destina el régimen kirchnerista, a expensas de los contribuyentes y perjuicio de próxima generaciones, para intentar ponerle freno al "fenómeno Milei" con sus austeros 455 millones de pesos. 

Y el contraste entre esos 380.962 millones con los 455 lejos de mostrar la fortaleza del régimen lo que evidencian es su debilidad, porque aún así no le alcanza a Massa para asegurarse el triunfo. 

Para que quede claro: por cada peso gastado en la campaña de Milei el kirchnerismo gasta 846 en la campaña de Massa. 846 a 1. 

Y por si 846 a 1 fuera poco ¡toda una maquinaria de fraude electoral!

Así las cosas lo de Milei es heroico, casi como cualquiera de nuestros pilotos en Malvinas lanzándose al ataque contra la flota inglesa.

No hay neutrales, aquí se elige entre la épica republicana que coyunturalmente encarna Javier Milei o la perpetuación del régimen kirchnerista de corrupción estructural con Sergio Massa. Entre darle a la política la oportunidad de sanearse, o dejarla anquilosar en la mugre que ya no oculta la alfombra. 

Aquellos que se declaran neutrales están mintiendo No son neutrales sino aliados del régimen, un régimen que ha hecho de la dádiva y el soborno su modo de acumular poder. 

Como en tantas otras cuestiones, no debo, no puedo, ni quiero ser neutral en esta encrucijada de la Patria. 

Yo voto por el fortalecimiento de la República. Yo voto por Milei / Villarruel.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.







¿Qué es la Derecha?

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La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

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