Es notable la facilidad que tiene la República Argentina para generar masas de expertos en las cuestiones más diversas. Así, de repente, abundan entre nosotros los conocedores del complejo negocio petrolero. Pediré disculpas por mi ignorancia, porque sólo sé que no sé nada.
Desde mi no saber, sinceramente, la cuestión de YPF me genera más dudas que certezas. Siento que estamos en medio de una sanata propia de Fidel Pintos, y que este negocio chino puede terminar en un chiste de gallegos protagonizado por argentinos. La Presidente Cristina Fernández que el 07 de Diciembre de 2010 (ver video) se desbocó en elogios para Sebastián Eskenazi, celebrando su incorporación a YPF por "la transformación que ha tenido la producción en la Argentina", recalcando además los beneficios de la tecnología aportada por REPSOL, sostiene unos cuantos meses después que la petrolera debe ser expropiada para impedir su vaciamiento. No me cierra.
El problema que veo, como abogado que a pesar mío soy, es que este video va a ser una de las pruebas aportadas por REPSOL cuando demande al Estado Argentino ante el CIADI; entonces las edulcoradas palabras de la Presidente, tan elogiada por su oratoria (capacidad que le reconozco), nos van a costar muy caro; me atrevería a decir que bastante más caro de lo que calcula el guitarrista del modelo Axel Kicillof.
En el imaginario de la claque que aplaude esta pretendida recuperación de la soberanía hidrocarburífera, incluyendo a buena parte de la oposición, YPF es un pedazo de gloria nacional y factor primordial para el desarrollo, pero en el actual contexto jurídico lo que estamos comprando es el espejismo de un pasado irrepetible y mal recordado.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López