Tenemos los argentinos varios problemas que aunque sabidos son silenciados por el conjunto de la dirigencia política. Uno de ellos, generador de muchos otros problemas es que el organigrama del Poder Ejecutivo no es funcional. La incógnita es si el Presidente se propone corregirlo luego de las elecciones.
Hay demasiados ministerios, cada uno organizado en forma deficiente y paradojal. Se superponen funciones por lo que se duplican esfuerzos que se anulan recíprocamente. La estructura del Gobierno necesita armonizarse desde la simplificación, porque las funciones deben ser claras al punto de ver el organigrama y entender evidente las competencias de cada quien. Cosa que hoy no ocurre. Cuando hay que explicar cada "raviol" de un organigrama con una sanata insoportable es que eso no funciona.
Creo firmemente en la máxima que reza "sólo los planes sencillos garantizan el éxito", y la organización del Estado es en sí mismo un plan que debe estar puesto al servicio de la población, con especial respeto por el tiempo y el dinero de quienes lo sustentan con sus impuestos, es decir los contribuyentes. En estos dos años no hubo reforma útil del Estado. Al contrario, se aumentó el número de ministerios ya excesivo que dejó el régimen, y de paso hasta se mantuvo un ministro K.
Áreas que tienen un rango de actuación conjunta dependen de distintos ministerios; peor aún: algunas de ellas se encuentran sometidas e un encuadre legal que lesiona su propia naturaleza jurídica contrariando su razón de ser.
Áreas que tienen un rango de actuación conjunta dependen de distintos ministerios; peor aún: algunas de ellas se encuentran sometidas e un encuadre legal que lesiona su propia naturaleza jurídica contrariando su razón de ser.
La reforma del Estado es la gran cuestión ausente en las propuestas de la elección de medio término que se define el domingo 22 de Octubre de 2017. La campaña electoral tiene por tabú a la reforma del Estado desde que el diccionario escrito por la izquierda, para uso del progresismo, reduce la cuestión al "ajuste" como herramienta "neoliberal" y por ende execrable.
La falta de debate demuestra que los doce años del régimen dañaron las instituciones, degradaron la cultura y llegaron a afectar la capacidad intelectual de los argentinos. Sólo así puede entenderse que no sea uno de los ejes de campaña la reformulación de una burocracia ineficiente.
La irrestricta supremacía de la Constitución Nacional, tampoco forma parte de los discursos de campaña y eso también es preocupante. Son dos cosas relacionadas, porque desde 1983 a la fecha nunca se pensó organizar al Estado en la estricta funcionalidad que surge de la Constitución Nacional. Ningún gobierno trabajó para la Nación, para la ciudadanía, sino que anteponiendo sus propios intereses obraron sin la más elemental conciencia sobre lo transitorio del poder. La consecuencia es este cuadro de Estado sobredimensionado e ineficiente, con capas geológicas de distintos gobiernos.
Los problemas que se eluden suelen ser los más graves. Esta campaña electoral tiene silencios alarmantes. Desde luego al votar por CAMBIEMOS, como opción real para evitar la perpetuación del kirchnerismo, sabíamos que el menú venía con sapos para más de dos años. Mis presos siguen presos, por ejemplo; y de ellos tampoco se habla. Igual votaremos otra vez por CAMBIEMOS, porque siempre son más tóxicos los batracios rojos.
Quizás el Presidente venga meditando con su almohada la necesidad de reformular el Estado. Tal vez José Luis Espert de tanto machacar contra el gradualismo, pueda haber despertado alguna que otra conciencia sobre el problema. Mi enfoque en cualquier caso no es economicista, por algo soy el liberal que no habla de economía. En cualquier caso no alcanza. Sé que no alcanza, porque seguir dependiendo de la decisión de un Presidente, cualquiera sea, no habla de República.
Acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", los argentinos podremos hablarnos en serio con la verdad cuando recuperemos la representatividad de los partidos políticos, participando en ellos a través de elecciones internas de afiliados. Porque ciudadanía es voz y voto real de la gente, no comparsa de camarillas arreada a las PASO.
Hasta que eso no ocurra seguiremos perdiendo tiempo con cuestiones que no dejan de ser secundarias, ruidos de coyuntura, distracciones de lo esencial. Hasta que no nos hagamos cargo del compromiso ciudadano, la política seguirá siendo tan vacía de contenido como cualquier propaganda de perfume.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
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