jueves, 16 de enero de 2025

SLOKAR Y LIJO, DOS QUE NO DEBERÍAN OCUPAR CARGO DE JUEZ.

Atraviesa la República Argentina un momento político particularmente extraño: 

El hartazgo de buena parte de la sociedad respecto de la mentira de los 30.000 desaparecidos, piedra basal del relato kirchnerista, sigue alimentando la creciente conciencia sobre que el régimen K montó un enorme negociado con los derechos humanos haciendo pasar a terroristas por víctimas. Por ese motivo se observa un escenario como nunca antes propicio para avanzar a paso firme contra toda la estafa con los desaparecidos e ir contra los "jueces" del prevaricato sistematizado.

El prevaricato sistematizado de esas farsas llamadas "juicios de lesa", es la parte esencial de toda la corrupción montada desde 2003 sobre la mentira y el falseamiento histórico mediante el uso faccioso de los recursos del Estado para el adoctrinamiento y la desmemoria.

Constituye la mas escandalosa corrupción de la historia judicial argentina, un entramado de intereses espurios que ya no puede ocultarse y en la desesperación por disimularlo los jueces prevaricadores no vacilan en quedar expuestos queriendo modificar el clima de fin de época para el curro de los DD.HH. que, sin dejar de crecer, se fortaleció con la llegada a la Presidencia de Javier Milei.

Así dos "jueces" emblema del prevaricato sistematizado, Alejandro Slokar y Ariel Lijo, han salido a hacer alarde de su parcialidad y complicidad con sectores de la izquierda que, como es el caso de las madres de Plaza de Mayo (madres de terroristas) pudieron parasitar el Estado gracias al proyecto totalitario de corrupción estructural iniciado por Néstor Kirchner.


Desde hace muchos años no hay ninguna duda que los militares y demás personas llevadas al circo tribunalicio de esa Justicia  impostora por haber vencido al terrorismo castrista, no tienen chance de defensa; aunque cada tanto para salvar las apariencias alguno sea absuelto. La inconstitucionalidad de esos juicios, la mendacidad de los testigos, la parcialidad de los "jueces" y la complicidad activa o idiota de distintas fuerzas políticas, hacen que el poder judicial sea un poder prevaricador y por lo tanto la República se encuentre mutilada.

Dos casos de las últimas horas demuestran la parcialidad de los "jueces".  Primero el integrante de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, Alejandro Slokar (al mismo tiempo que las arriba mencionadas madres de terroristas declaraban su apoyo al dictador Maduro), frente a decisiones del Ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona tuvo el descaro de declarar: “Estamos ante una instancia que conforma una suerte de bestiario en términos de políticas públicas en materia de Derechos Humanos. Pero también, ante todo, diría yo, frente a un ultraje de los elementos constitutivos de la democracia, que busca una suerte de rol de antagonista. ¿Con quién? Con un sujeto histórico como las Madres y las Abuelas”.

Según delira Slokar, Argentina le debe a las madres de los terroristas, "la reconstrucción ética y hasta política-democrática". Dado que se reputan por todos conocidos los hechos de corrupción de esas admiradoras de dictadores comunistas, cabe concluir que tiene Alejandro Slokar una idea extraviada de lo que es la ética y los valores de la política en democracia. Idea que de tan extraviada es incompatible con la honestidad que cabe esperar de verdaderos jueces y deja motivo más que suficiente para ir por su destitución. 

Luego Ariel Lijo, el incomprensiblemente propuesto por el Presidente Milei para la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dictó una resolución reclamando a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación garantizar la dotación de personal "capacitado" para que los "espacios de memoria" sigan funcionando.

Vale reiterar que en cada uno de esos espacios se falsea la historia y se homenajean terroristas castristas que, intentando importar la dictadura cubana, mataban argentinos indiscriminadamente, ya sean niños, civiles, policías, con la violenta pretensión de hacerse del poder por la vía del terror. Tanto así que hicieron algo que nuestros militares nunca hicieron: matar uno de los jueces que los juzgó y condenó.

El Juez Quiroga, asesinado por el ERP, era Juez cuando para ser Juez además de honorable se debía ser valiente, no como la sarta de cobardes en este siglo que juegan a ser jueces y condenar "represores" porque se da la paradoja que esos "represores" ganaron la guerra. Si hubieran ganado los otros, Firmenich o Santucho, no existiría la República y cualquier Juez que pretendiera juzgar los crímenes de los vencedores iría directo a estampar su sangre contra un paredón.

La sociedad se hartó de ser estafada por el kirchnerismo, de sentir una culpa artificial por haber eliminado terroristas, de pagar privilegios a "jueces" que revuelven el pasado lejano y demoran años en resolver causas presentes. Y en ese hartazgo debe operar la acción política para sanear el Poder Judicial sin lo cual la República es ficticia.

La evidencia está a la vista de todos: ningún país con mayoría de jueces honorables, probos y eficientes, llega a padecer el daño institucional, la degradación cultural y hasta la miseria intelectual que el régimen kirchnerista le causó a la Nación Argentina.

Incluso con minoría parlamentaria están dadas condiciones que permiten impulsar el debate sobre la necesidad de sanear el Poder Judicial y promover políticas para ello. Pero ¿cómo avanzar contra la corrupción judicial promoviendo al prevaricador Lijo a la CSJN? No hay manera. Esa es la garantía de blindaje para todos los "slokars".

De modo incomprensible el Presidente se apunta para dispararse un tiro al pie con la postulación de Lijo al máximo tribunal, porque con "jueces" de esa calaña todos los cambios que Milei emprende no dejarán nunca de ser precarios. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.


¿Qué es la Derecha?

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La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

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