Los argentinos estamos en otro momento mitrista de nuestra historia. Nuevamente la frase de Don Bartolomé Mitre advierte y describe: “Cuando todo el mundo se equivoca todo el mundo tiene razón”.
Son días difíciles para razonar, porque los datos se entremezclan con los deseos y las alquimias del pensamiento mágico están a la orden del día. Empiezo por aclarar, entonces, que yo mismo puedo estar equivocado, al fin de cuentas si había alguna bola de cristal que permitía leer el futuro de la Argentina hace tiempo que se descompuso.
Hice mi lectura de las PASO (El gobierno está muerto: que la República no sea vencida) y recibí tal abanico de respuestas emocionales, algunas muy agresivas, que el ámbito de discusión amable y racional se redujo considerablemente.
A esta altura del partido ser acusado de kirchnerista o lavagnista no puede más que hacerme reír. Pero el punto no es mi reacción personal frente a ello, sino la dificultad de entablar diálogos conducentes a un mínimo entendimiento.
El voto es una responsabilidad en la conciencia de cada ciudadano. Y si entendemos eso sabremos que nadie es dueño del voto de otro. Así respeto a quienes votan distinto que yo, tolero todas las opiniones y aprecio las que tienen un buen fundamento, aunque disienta con la argumentación.
Pero más allá de este momento de incertidumbre, intento discernir cuál debería ser la reacción republicana pasadas las elecciones y suponiendo el peor escenario posible.
Si el kirchnerismo regresa al poder no ensayará ningún gradualismo como el que nos estancó y consumió durante el macrismo, irán por todo desde el primer día, tal y como si estos cuatro años no hubieran existido. Hay que estar preparados para resistir ese embate.
La clave matemática de la resistencia republicana será un tercio más uno para abrazar y sostener la Constitución Nacional.
Se requiere mayoría de dos tercios de los miembros del Congreso de la Nación para habilitar cualquier reforma constitucional, y eso significa que reuniendo un núcleo duro de un tercio más uno podemos frenarlos. Es la última línea de defensa constitucional y requiere un reordenamiento político con nuevos liderazgos.
Estoy promoviendo la formación de un "Tercio más uno por la Resistencia Republicana", organizado a partir de un Gabinete en las sombras, que sirva como usina de acción política en defensa de la Constitución Nacional.
Y esta resistencia sólo puede lograrse reuniendo fuerzas del centro a la Derecha. El Tercio tiene que ser un espacio abierto pero duro, a prueba de progres y vacilantes, centrado en defender y alcanzar el estilo de vida propuesto por la Constitución Nacional. Porque lo que vendrá será tan duro que hay que redoblar la apuesta ganando la iniciativa desde el vamos: erigirnos en bastión y conciencia republicana para mantener a raya al kirchnerismo. No será nada fácil, pero hay que hacerlo.
¡Constitución o muerte!
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López