En la calle Sturiza 557 de Vicente López la agrupación kirchnerista La Cámpora pretendió hacer funcionar, en una Unidad Básica del Frente Para la Victoria, su "Centro de Artes Batalla Cultural". Si bien un local partidario no requiere habilitación, si la requiere toda actividad comercial. A los efectos de entender los hechos, la presunción de ser una unidad básica se cayó cuando comenzaron a vender alcohol. Eso es algo que administrativamente amerita clausura.
La extraña idea de la "cultura" sostenida por el kirchnerismo explica que llamen "centro cultural" a un lugar donde se vende alcohol por las noches ocasionando molestias a los vecinos. Consecuentemente con las denuncias por ruidos molestos, peleas callejeras y venta de alcohol llegó la inspección municipal y la clausura, que al ser entorpecida requirió el auxilio de la fuerza policial para proceder al desalojo (ver nota).
Queriendo sacar rédito político de sus propias faltas, afirman los kirchneristas que fueron "reprimidos", pero en los vídeos que ellos mismos han publicado no se ve otra cosa que militantes haciendo escándalo, insultando al personal policial y entorpeciendo el desalojo, ninguna prueba de abuso de autoridad o brutalidad policial. Al contrario, se observa con claridad que personal femenino de la Policía obra con total racionalidad en el tironeo provocado por una camporista.
Por otra parte, no es creíble el principal dirigente de La Cámpora de Vicente López, Gustavo Matías, al denunciar malos tratos por parte de la policía. Hace poco, en octubre, protagonizó una pelea callejera en la esquina de Caseros y Bouchard, Olivos, por lo que los vecinos llamaron a la policía de Vicente López. Al momento de revisarlo le encontraron una pistola Bersa, forcejeó con los policías y un efectivo resultó herido. Una vez en la comisaría, el dirigente camporista, quien responde a la stalinista Diana Conti, movió influencias. Llegaron otros dirigentes, un abogado y varios militantes. La Policía tuvo que movilizar varios patrulleros para contener la situación.
Viendo las lesiones exhibidas a cámara por algunos de los camporistas, sin que surja elemento alguno que pueda atribuirlas al accionar policial, conviene recordar que desde la Organización Mundial de la Salud se recomienda para el tratamiento de las lesiones autoinfligidas la reducción del acceso a las bebidas alcohólicas, entre otras medidas.
Por tanto, resulta verosímil la versión de los hechos dada por las autoridades del Estado Libre Asociado de Vicente López.
Sin hacer míos sus prejuicios, vale la ironía de parafrasear a Cristina Fernández cuando habló en Harvard; por eso les digo a los camporistas:
“Chicos, estamos en Vicente López, por favor:
esas cosas son para La Matanza”.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López