Qué gran invento la guillotina.
Y todavía tiene mucho que ofrecerle a la Libertad.
Hace unos días, el 9 de Julio de 2022, tuvo lugar una marcha denominada "banderazo" para manifestarse contra el régimen kirchnerista. He participado en muchas marchas cívicas, pero no adherí a esta por considerarla un mero acto de catarsis distractiva que no contribuye a organizar la resistencia republicana para derrocar al régimen kirchnerista.
Es que todo lo que venga de la mano de los tibios de Juntos por el Cargo, que se aferran a las formalidades huecas de una democracia subvertida, viciada en sus fines y vaciada en sus contenidos, no es más que complicidad para dejar que el régimen kirchnerista con su gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista siga destruyendo lo que va quedando del país causando daños irreversibles.
Por si no ha quedado claro: sostengo que la Nación Argentina necesita una Revolución Republicana para evitar extinguirse en la decadencia por la que la casta política la lleva a un final de sometimiento venezolano.
Organizar esa revolución es ciertamente una empresa difícil pues cabe reconocer que el enemigo, aunque vencido por las armas, hizo bien su trabajo de socavar vía subversión cultural la voluntad de ser y prevalecer de la Nación Argentina. Aquí están presos los vencedores del terrorismo castrista, con lo cual Argentina es hoy la más rotunda confirmación de una verdad de pura lógica: quienes con desagradecimiento condenan a sus defensores entregan su futuro al enemigo.
Expuestas las razones por las que no participé de la marcha del 9 de Julio, es preciso responder a la falsa indignación con que el kirchnerismo en su conjunto busca victimizarse frente a algunos ciudadanos que decidieron expresar su descontento llevando la réplica de una guillotina francesa a la Plaza de Mayo.
Entonces desde C5N, como desde otras usinas del régimen, se dijo: "Repudiable actitud en el banderazo opositor: llevaron una guillotina a la marcha", a lo cual es preciso contestar: ¿Y qué es lo repudiable?
Quienes siembran odios y se apropian de privilegios a expensas de las privaciones de otros merecen la guillotina de una revolución republicana. Lo repudiable es que sea de juguete y sólo una expresión de deseo.
Es realmente cómico escuchar y leer a los kirchneristas, admiradores de la dictadura castrista que anhelan una "Cristina eterna" a la que ven como encarnación del Estado, fingirse horrorizados boqueando que la guillotina es un símbolo del totalitarismo. No lo es.
La guillotina representa Libertad, Igualdad y Fraternidad, desde el fin del absolutismo y el rodar de la cabeza de Luis XVI, monarca absolutista de quien no hay registro que haya dicho alguna vez: "Sólo hay que tenerle temor a Dios y a mí, un poquito".
La guillotina, y esto es lo que en verdad horroriza a la casta política, responde a la más pura esencia de la igualdad ante la ley. La única igualdad que cabe imponer a las personas. Aquella hoja afilada y oblicua implicó cambiar métodos de ejecución brutales que llevaban el privilegio de pocos hasta en la forma de morir por un método igualitario y en teoría indoloro, humanitario.
¿Que sirvió también para marcar un período de terror? Sí, claro. Cualquiera que se tome el trabajo de conocer los planes de Moreno y de Belgrano entenderá que un proceso revolucionario requiere la determinación mortal que tuvo nuestra Revolución de Mayo como casi todas las revoluciones. Y han sido todas sangrientas, sin excepción, las "revoluciones" hechas por los enemigos de la libertad: ¿O es que nunca vieron las fotos del Fidel Castro, Raúl Castro y Ernesto Guevara fusilando cubanos? Y les dio resultado, esa dictadura todavía sigue infectando América.
Es una creencia común atribuir al Dr. Joseph Ignace Guillotin la invención de la guillotina, pero el mecanismo ya era conocido cuando en 1789 lo propuso para que los condenados a muerte fuesen ejecutados sin sufrimiento y sin discriminación de clase (leer: "La guillotina, el invento infernal de la revolución")
Determinó la guillotina un avance en la historia de la humanidad. Un freno a la brutalidad de los privilegios desmedidos propios de aquel absolutismo y los totalitarismos modernos, esas diferencias irritantes como en farsas de juicios condenar contra la irretroactividad de la ley penal y omitiendo las garantías del debido proceso, realizar fiestas en Palacio mientras la población está privada de libertades, dejar morir en el piso de un hospital público a los enfermos o impedirles desplazarse mientras los funcionarios se atienden en hospitales privados, requerir al pueblo sacrificios que nadie en el gobierno afronta, e incluso llevar esas odiosas distinciones más allá de la muerte construyendo tumbas faraónicas que contrastan con la sencillez del cementerio.
Y digo, no sé si todo eso pasaba en Francia, pero es lo que vemos en la Argentina bajo el régimen kirchnerista. Miente entonces Página/Bolche al titular que "El Ku Klux Klan salió de paseo por Plaza de Mayo", porque los linchamientos del Klan representan todo lo contrario de la igualdad y por ende de la guillotina. Cómica, además, la mención al KKK por la abundancia de K, ya que el fanatismo ignorante de fondo es el mismo del militante kirchnerista. El KKK, más que parecerse a las personas hartas que llevaron una guillotina inofensiva a Plaza de Mayo, se parece, y mucho, a los montoneros y erpianos que salían a matar gente por la espalda.
Afecto a la memoria selectiva el dedito acusador del kirchnerismo reparte calificativos que van mejor en su propia frente. El discurso de odio del kirchnerismo es una constante que pinta la hipocresía de cualquier intento suyo por victimizarse. Desde escupir opositores, hasta reivindicar a organizaciones terroristas, pasando por llamar al sabotaje contra el campo y responsabilizar a otros de cualquier mal, el kirchnerismo ha saturado todas las posibilidades del odio.
Por eso la guillotina simboliza aquí y ahora una declaración política en ejercicio de la libertad de expresión para reclamar por la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional y con ello, en especial, la igualdad ante la ley.
Claramente toda alusión a la guillotina es una demostración metafórica del hartazgo que provoca el régimen con sus privilegios y prebendas. También es un homenaje a la Revolución Francesa que en buena parte hace al origen de lo que hoy consideramos "democracia" y que el régimen kirchnerista ha subvertido y pervertido sembrando odios desde 2003. No tienen pues ningún derecho a patalear por lo que cosechan.
SI ES POR QUERER...
Si es por querer elijo ser,
Nación de Mayo debe ser.
Yo quiero una revolución
con guillotina y paredón,
una República de pie;
y en pie de guerra, corazón.
Que en la Bandera brille el sol
sin esta infame corrupción.
Si es por querer elijo ser,
Nación de Mayo debe ser.
¡Vive Patria de Himno y honor!
Líbrate de todo traidor.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.