"El coma andante quiere que yo lo aplauda
después de hablar su mierda delirante"
El Comandante, canción de "Porno para Ricardo"
Con la designación del tirano Raúl Castro al frente de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), la región quita toda esperanza de pronta Libertad al pueblo cubano. Es incomprensible que se elija a un dictador para representar a países que, supuestamente, tienen gobiernos con vocación democrática.
"Yeneral González", dictador de Costa Pobre, una genial parodia de Alberto Olmedo. |
Más de cincuenta años de dictadura consolidan así la condición de infrahumanos que Latinoamérica le atribuye a los nacidos cubanos que no conocen otra cosa que la vida de corral, que siguiendo a Orwell es decir: en la granja de los cerdos. Todos los discursos con que los presidentes latinoamericanos elogian la democracia quedan en nada cuando, avalando una dictadura, condenan a los cubanos a continuar privados de derechos universales, como elegir su propio gobierno, formar partidos políticos, entrar y salir del país, contar con prensa libre, decidir la educación de sus hijos, etcétera, etcétera y la larga lista de etcéteras con que la dictadura tutela la vida pública y privada de los hombres y mujeres en la Isla de Martí. A los cubanos, con más de medio siglo de miedo sistemático calado en los huesos, los gobiernos latinoamericanos les están diciendo ahora que deben seguir viviendo, bajo la tutela de los hermanos Castro.
Claudicación democrática de América Latina y el Caribe: el dictador Raúl Castro preside la CELAC. |
Oprobiosa mancha para todas las democracias latinoamericanas, y particularmente triste en el caso de la Argentina, porque aquí vencimos con las armas en la mano a los esbirros de la dictadura cubana que quisieron imponernos su mal llamada "Revolución"; un régimen de vida, si es que puede llamarse vida a la subsistencia bajo un sistema totalitario, en el que la obediencia ciega al "amado líder" resume todo el rol destinado al pueblo.
Dictador Raúl Castro, presidente de la CELAC. |
La extrema hipocresía del gobierno de Cristina Fernández ya no queda al descubierto, pasea su desnudez con desenfado en la evidencia clara que, cuando aquí se desgarran las vestiduras por una dictadura que dejó de existir hace casi treinta años no es por convicción sino por el negocio de los derechos humanos. Si la Presidente tuviera un mínimo de convicción democrática no se abrazaría con dictadores, ni prestaría el país a la humillación de integrar un espacio dirigido por un tirano que representa una de las dictaduras más antiguas y rancias de las que sobreviven en el mundo actual.
Risas de las familias gobernantes en Cuba y Argentina. |
Latinoamérica le ha mostrado al mundo que sigue siendo esa región pintoresca, y atrasada, de bananas y dictadores al gusto de Woody Allen.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López