El piloto suizo Yves Rossy, conocido como "Jet Man", es el primer hombre en idear y construir alas a reacción que permiten vuelos estables y prolongados con velocidades de hasta 300 km/h. Su dispositivo no cuenta con ningún tipo de sistema para despegar o aterrizar si no es ayudándose de una aeronave para su elevación y comienzo del vuelo, así como de varios paracaídas para el aterrizaje.
En el siguiente video se lo ve volar en compañía de Vince Reffet, un eximio paracaidista, por los cielos de Dubai.
Desde Argentina, en tiempos de mezquindades políticas y constantes insultos al sentido común, cuando casi todo parece emperrado en acentuar la decadencia, esta proeza nos recuerda lo que es el potencial humano mostrándose en su máximo esplendor, maravilloso, no solamente por los dos tipos volando sino por lo que se supo construir en el desierto.
Al verlo pensé en Jorge Newbery, porque es evidente que queda cielo para conquistar. Newbery, padre de la aviación argentina, buscaba esa gloria de ciencia y tecnología que anhelaban ver alumbrar en la República tanto Sarmiento como Alberdi, pero a diferencia del científico o el técnico que hace fructificar sus estudios sin poner en riesgo evidente su propia integridad física, el intrépido Newbery llevaba su cuerpo al límite de lo hasta entonces posible. No cuesta nada imaginarlo hoy volando a la par de Rossy.
A estos muchachos en el cielo de Dubai deberíamos hacerles llegar sendas estatuillas de Jorge Newbery, nuestro pionero del aire y primer Héroe Civil de la República Argentina, agradeciéndoles su contribución a mantener la fe en la humanidad y darle alas a los sueños.
Tienen la estirpe de los conquistadores del espacio que desafiaban a la muerte y adentrándose en los cielos luchaban por dominar los elementos de la naturaleza. Así ganaban la admiración popular Newbery, Teodoro Fels, Raúl Goubat y tantos otros, despertando sueños de maravillas futuras.
Eso tan maravilloso que vemos en el video.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López
