"Si hay miseria que no se note", reza un viejo dicho popular cuya razón no radica en el ocultamiento como fin en sí mismo sino en ser parte del esfuerzo para superar la adversidad. La frase, en su saber de pueblo, alude a la conservación de la dignidad; es una declaración de rebeldía que brega por mantenerse en acción frente a la dejadez y abatimiento que consolida la miseria. Significa que (siempre) mantenerse sobrio, limpio, ordenado y diligente, reporta mayores posibilidades de salir adelante. En su aplicación práctica es una postura ética, porque refiere la conducta a seguir frente a la miseria.
"Si hay miseria que no se note" es un mensaje positivo cuando desde el reconocimiento de la realidad se trabaja para superar la miseria. No es eso lo que ocurre hoy en la Argentina.
Desde la llegada al poder de Néstor Kirchner hasta el presente, la realidad fue sistemáticamente desvirtuada a partir del relato falso de la historia. Con criterio orwelliano, cuanto más empeño se ponía en fijar parcialmente la mirada sobre el pasado mayor iba siendo la desfachatez para montar el decorado sobre la situación presente. Otros países nos muestran grados más avanzados del proyecto totalitario detrás de procesos similares de desmemoria colectiva, Venezuela es el ejemplo más cercano y unos pasos adelante siguen Cuba y Corea del Norte. La mansedumbre de la miseria es el final del recorrido, un camino por el que se avanza gracias a los ciegos vocacionales que se niegan a verlo.
Hoy el kirchnerismo oculta la miseria y la sangre de los pobres a los que dice beneficiar con sus acciones. Lo explico muy brevemente.
Respecto de la miseria, el Ministro de Economía Axel Kicillof afirma que "es ridículo pensar que si se duplicó el PBI, aumentó la pobreza” y que existe "una clara intencionalidad política", en quienes "quieren negar los logros alcanzados respecto de la baja de pobreza, desempleo y desigualdad" en los últimos 10 años. Ese es el relato, también esgrimido por el Jefe de Gabinete Jorge Capitanich diciendo que "mediante las políticas de Estado impulsadas se ha mejorado sustancialmente la calidad de vida de los argentinos".
Pero como el relato no alcanza a tapar la realidad, al mismo tiempo el desprestigiado INDEC cancela la publicación de los índices de pobreza. Vaciado de sus funciones institucionales para ser parte del aparato de propaganda y control social del kirchnerismo, el último dato disponible del INDEC sobre pobreza e indigencia en el total de aglomerados urbanos y regiones estadísticas se remonta al primer semestre del 2013, y como todo documento producido bajo directivas del régimen no es confiable. En cualquier caso basta salir a las calles y verlo por uno mismo.
Si la realidad económica excede la capacidad del Gobierno para tapar la pobreza que genera, la violencia termina de demostrar el criterio cretino con el que también intentan tapar la sangre. La de todos, pero en especial la de los marginados por causa de la creciente pobreza. Muy suelto de cuerpo, y ante la preocupante pasividad de toda la oposición política, el Ministro de la CSJN Eugenio Zaffaroni dijo públicamente que si las estadísticas de homicidios se depuran de los muertos en barrios de emergencia el país se equipara con los registros propios de países europeos, y por eso considera a la inseguridad una sensación creada por los medios de comunicación. Aceptar el razonamiento discriminador de Zaffaroni implica convalidar la idea del ghetto y que las vidas de los que viven allí no valen nada.
Esa es la verdad detrás del decorado, ¿Argentina te incluye?
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
Desde la llegada al poder de Néstor Kirchner hasta el presente, la realidad fue sistemáticamente desvirtuada a partir del relato falso de la historia. Con criterio orwelliano, cuanto más empeño se ponía en fijar parcialmente la mirada sobre el pasado mayor iba siendo la desfachatez para montar el decorado sobre la situación presente. Otros países nos muestran grados más avanzados del proyecto totalitario detrás de procesos similares de desmemoria colectiva, Venezuela es el ejemplo más cercano y unos pasos adelante siguen Cuba y Corea del Norte. La mansedumbre de la miseria es el final del recorrido, un camino por el que se avanza gracias a los ciegos vocacionales que se niegan a verlo.
Hoy el kirchnerismo oculta la miseria y la sangre de los pobres a los que dice beneficiar con sus acciones. Lo explico muy brevemente.
Respecto de la miseria, el Ministro de Economía Axel Kicillof afirma que "es ridículo pensar que si se duplicó el PBI, aumentó la pobreza” y que existe "una clara intencionalidad política", en quienes "quieren negar los logros alcanzados respecto de la baja de pobreza, desempleo y desigualdad" en los últimos 10 años. Ese es el relato, también esgrimido por el Jefe de Gabinete Jorge Capitanich diciendo que "mediante las políticas de Estado impulsadas se ha mejorado sustancialmente la calidad de vida de los argentinos".
Pero como el relato no alcanza a tapar la realidad, al mismo tiempo el desprestigiado INDEC cancela la publicación de los índices de pobreza. Vaciado de sus funciones institucionales para ser parte del aparato de propaganda y control social del kirchnerismo, el último dato disponible del INDEC sobre pobreza e indigencia en el total de aglomerados urbanos y regiones estadísticas se remonta al primer semestre del 2013, y como todo documento producido bajo directivas del régimen no es confiable. En cualquier caso basta salir a las calles y verlo por uno mismo.
Si la realidad económica excede la capacidad del Gobierno para tapar la pobreza que genera, la violencia termina de demostrar el criterio cretino con el que también intentan tapar la sangre. La de todos, pero en especial la de los marginados por causa de la creciente pobreza. Muy suelto de cuerpo, y ante la preocupante pasividad de toda la oposición política, el Ministro de la CSJN Eugenio Zaffaroni dijo públicamente que si las estadísticas de homicidios se depuran de los muertos en barrios de emergencia el país se equipara con los registros propios de países europeos, y por eso considera a la inseguridad una sensación creada por los medios de comunicación. Aceptar el razonamiento discriminador de Zaffaroni implica convalidar la idea del ghetto y que las vidas de los que viven allí no valen nada.
Esa es la verdad detrás del decorado, ¿Argentina te incluye?
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
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