viernes, 20 de diciembre de 2024

LA PELUQUERÍA DE DON JAVIER




Perpetrado el secuestro por parte de la dictadura de Venezuela del Cabo Primero de la Gendarmería Nacional Nahuel Gallo, era de esperar que la conducción política argentina hiciera lo razonable: concentrarse en lograr su pronta liberación sano y salvo. 

Tarea esa de por sí difícil, porque se confronta con un sátrapa comunista, Nicolás Maduro, quien junto con secuaces criminales de la talla de Diosdado Cabello (encargado de financiar por encargo de Cuba focos de conflicto como el secesionismo mapuche) se niega a abandonar el poder. Otra vez el viejo truco de los castristas: "revolución" mata democracia.

Ante ese cuadro complejo se supone un trabajo coordinado de diplomacia e Inteligencia, dos artes que requieren tanto de coraje como de prudencia. Y por prudencia léase, al efecto de este artículo: silencio de radio. No todo se resuelve alzando la voz. 

Reiteradamente en distintos artículos he cuestionado el estilo comunicacional de la ministro de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich. Y el 17 de Diciembre, luego que Bullrich cometiera la torpeza de soltar otra de sus bravatas, al ¿intimar? a Diosdado Cabello boqueando: "Libera a Nahuel o atenete a las consecuencias", a través de un posteo en X volví a señalar esa falencia suya en estos términos: 

"Parece que @PatoBullrich  no tiene en su staff a nadie que le enseñe a mantener la boca cerrada cuando hay que guardar silencio.

Esta bravuconada estéril no beneficia en nada la situación del gendarme secuestrado por la dictadura".

Anteriormente, el 14 de Diciembre, después que la senadora provincial bonaerense Florencia Arietto dijera en TN que debían ponerse todas las opciones sobre la mesa incluyendo la "extracción" del gendarme mediante un operativo de rescate, también critiqué esa declaración posteando que: 

"En teoría, como tantas cosas que luego no se materializan, puede intentarse. Pero las chances de éxito son pocas.

Además estas acciones no se anuncian salvo que tengas tal poderío que la sola amenaza fuerce la solución. No es el caso. 

Y hay que saber callar @florenciarietto".

(Relacionado con esto y para no cortar el hilo argumental dejo al final nota al pie).

La senadora provincial primero y la ministro de Seguridad después hablaron de más, como buscando un protagonismo que no les cabe, y para que el cotorreo fuera completo, tuvo el poco tino la Vicepresidente Victoria Villarruel de sumarse a la desubicación manifestando que ella jamás hubiera autorizado a un gendarme a ir a Venezuela. 

La desubicación azuza la desubicación y la ministro Bullrich no perdió otra oportunidad de quedarse callada (a veces quien calla gana con su silencio) por lo que contestó ampliando la discusión al manejo del Senado. Como mi abuela que patea calefones.


Dos desubicadas que ostentan grandes responsabilidades en la comparsa de desubicados donde el líder, Javier Milei, demuestra serias carencias de conducción política por no saber armonizar su gobierno y poner límites a sus funcionarios.

El caso del gendarme demuestra que muchos funcionarios políticos están hablando de más, pero también que el estilo disruptivo de soltar opiniones buscando impacto (tan propio del opositor) está agotado, se requiere prolijidad porque al oficialismo tanto bardo innecesario le terminará por dificultar la gestión. 

Una lectura del Martín Fierro no les vendría mal...

No faltó en todo este bochornoso cotorreo de señoras la frutilla del postre, porque la diputada nacional Lilia Leimone, obsesionada con ser la más obsecuente mileista en la interna declarada contra la Vicepresidente Villarruel, saltó presta a avivar los enconos declarando su amor a Bullrich y probando así que el amor como el odio van y vienen; hoy un juramento mañana una traición.

Mientras tanto hay un gendarme secuestrado por la dictadura venezolana y ningún funcionario debería abrir la boca hasta que sea liberado.

Luego, más allá de lo obvio, se revisará y analizará lo que pueda aprenderse de la situación planteada.


Nota al pie

Desde el año 2017 impulso el Proyecto CoFFE (Coordinación Federal de Fuerzas Especiales), que consiste en dotar a las Fuerzas Especiales de las Fuerzas Federales con la capacidad de operar en conjunto. Capacidad de la que hoy carecen. En el proyecto han trabajado numerosos profesionales. Una de las hipótesis de empleo que contemplamos es operar en el exterior para rescatar ciudadanos argentinos secuestrados por organizaciones criminales/terroristas en países donde, por el motivo que fuere, no pudiera confiarse en que lo resuelvan las autoridades locales. Tal como señalo en la nota, los dichos de Arietto, inconducentes en el actual contexto, son acertados desde el punto de vista teórico, con lo cual de haberse implementado el Proyecto CoFFE, y para utilizar la misma expresión utilizada por la senadora provincial, se dispondría de una opción más sobre la mesa. 

Quien quiera más información sobre el proyecto CoFFE puede encontrarla en el siguiente enlace: https://deyseg.com/strategic-issues/1032

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

MILEI/VILLARRUEL: CÓDIGO FÓRMULA ROTA EN LA OLA DE LA BOLUDEZ

"Es cosa de hombres,
el ser un boludo,
me dijo un boludo,
muy sabio una vez, 
pero vos querido,
has perdido el rumbo
estás abusando
de tu boludez".

Boludo - Lucio Arce.



Prometí un artículo sobre el modo idiota en que el Presidente Javier Milei está demostrando carencias de conducción política, dinamitando la relación con la Vicepresidente Victoria Villarruel, permitiendo así que sus obsecuentes hagan parecer al oficialismo una comparsa de alienados.

Como aclaración previa, yo voté una fórmula presidencial integrada por dos que separados me parecen mucho menos que juntos. Y me importa tres belines lo que vayan a decir los fanáticos de Milei o Villarruel exacerbados por la estupidez de la situación planteada. Luego léanse mis críticas como las de un oficialista, pues no esperaba un gobierno perfecto, ni siquiera prolijo, así que nada de esto me espanta. Para que alguna cosa me espante debería ser algo tan grave que me haga olvidar 20 años de régimen kirchnerista. 

Sabrán disculpar, mis pocos pero leales lectores, si el artículo prometido salió muy largo. Pero una de las paradojas de las boludeces políticas es que siendo simplemente boludeces nos llevan a largas reflexiones por lo mucho que nos afectan. Y por si quieren ahorrarse la lectura, todos tenemos días vagos, sintentizo todo este largo escrito en una frase corta: "El oficialismo está pecando de boludez". 


CÓDIGO FÓRMULA ROTA

Desde el más puro cálculo racional que resultaría de pensar con lógica la conveniencia del gobierno nacional, el ataque del Presidente Javier Milei contra la Vicepresidente Victoria Villarruel no tiene ninguna explicación entendible ni aceptable.

Por ende para comprender las motivaciones de semejante despropósito hay que pensar en motivaciones irracionales. La compleja personalidad de Javier Milei, sus contradicciones evidentes y su declarada autopercepción de jugador outsider devenido topo destructor, alimentan seguramente sus falencias como conductor político. Que no son pocas. 

El fenómeno Milei emergió desde su histrionismo siendo un catalizador de muchas militancias de resistencia al régimen kirchnerista. Sin esas acciones de resistencia Milei posiblemente no sería más que la anécdota de un tipo llamativo en algún que otro panel de televisión. Para poder ser efectivamente disruptivo perforando todos los estratos sociales con las ideas de la Libertad, fueron necesarias dos cosas, que nunca se callaran algunas voces (que ciertamente no son las de todos los que boquean hoy) y que el kirchnerismo llevara su idiotez a extremos intolerables, cosa que Alberto de la Fernández hizo sin ningún pudor; con el agravante de haber desnudado obscenamente la intención totalitaria del régimen con la infeKtadura surgida a partir del golpe de Estado del 19MAR20 contra la Constitución Nacional. Golpe todavía impune con más muertos que ningún otro.

Ocurrió entonces que buena parte de la sociedad decidió contrarrestar la locura del régimen, con la locura de Milei. Aclaro que debe leerse este párrafo como un elogio a Milei, porque los cuerdos eran los tibios del PRO que ya habían fracasado, lo que se necesitaba para romper la locura organizada que derramaba el régimen era un loco a lo Sarmiento. Y Milei encarnó a ese loco diciendo sus verdades incómodas, tal como el Padre del Aula llevaba los puños cargados de verdades. En ese sentido la personalidad de Milei fue determinante. Y efectivamente se está animando a hacer lo que ningún otro político se atrevía siquiera a intentar.

Pero por mucho que sus fanáticos embriagados de obsecuencia quieran creer que Milei ganó él solo las elecciones, Milei no ganó solo las elecciones; ni la presidencial ni el balotaje. Más aún, para muchos que votaron al loco Milei, el acompañamiento de Villarruel con una personalidad también compleja pero distinta, obró como garantía de sentido común. Algo que ratificaba el acuerdo con los amarillos para la segunda vuelta, mostrando un político capaz de generar consensos más allá de las barbaridades que se dijeron con Bullrich durante la campaña. 

La Presidencia de Milei no es pues un milagro, ni cosa por el estilo, es sencillamente lo que parió con sus circunstancias de coyuntura la realidad política de la muy vapuleada Nación Argentina.

Sobre esta introducción, voy a intentar explicar brevemente las consecuencias para el gobierno de la absurda ruptura de Javier Milei con su compañera de fórmula Victoria Villarruel.

Al gobierno le convenía ratificarse frentista alentando a Villarruel a organizar su propio partido. Recuérdese que Villarruel militaba en el Partido Demócrata, del que Milei nunca fue parte.

Por eso fue ridículo el enojo y resquemor de los mileístas cuando celebrando el triunfo electoral flamearon banderas de una agrupación referenciada con Villarruel. 

Al no venir de un mismo partido, conservar la opción frentista era de suma y multiplicación. En cambio reducirse a un sólo partido, como quiere el Presidente que sea La Libertad Avanza, no solamente resta sino que facilita el entrismo amarillo de Bullrich.

El miedo libertario a la ambición de Villarruel es, y voy a decirlo en refinados términos puramente técnicos: una boludez propia del amateurismo político.

Por lo pronto hay una regla de hierro que echa por tierra cualquier fantasía conspirativa: Presidente que tiene éxito reelige. Y Milei está teniendo éxito, tanto que Pepe Albistur, el fulano aquel que iba a comer pochoclo esperando la pronta caída de Milei, ya debe tener un serio problema de nutrición alimentándose a pochoclo desde hace mas de un año...

Todas las operetas destituyentes del kirchnerismo se disolvieron con una facilidad no prevista, no les dio la nafta ni para bajar a la calle. Son y siempre fueron un tigre de papel, que sólo existe por el miedo o el descuido de los demás. Pero, esto es importante tenerlo muy muy claro, todavía no está puesto el último clavo en el cajón del kirchnerismo y sería un grave error darlo por muerto antes de tiempo o, peor aún, jugar a mantenerlo en pie para polarizar creyendo que las elecciones serían un show como aquellos de Nerón en la arena frente a inválidos disfrazados de gladiadores. Kicillof mantiene como bastión del régimen la Provincia de Buenos Aires, hay que trabajar desde la política para que lo pierda sin poder salir de ahí. 

Claramente, si Milei tiene algún enemigo no es Victoria Villarruel. Por el contrario, las diferencias de pensamiento que vienen desde antes de ser fórmula presidencial y siempre estuvieron, lejos de debilitar al Presidente lo fortalecían al dar contención dentro del mismo espacio del oficialismo a parte de conservadores, nacionalistas e incluso liberales, que tienen posturas críticas hacia distintas políticas del gobierno. 

Contrariando su propio interés y acaso (hermosa palabra la palabra "acaso") por haber delegado más de lo recomendable, Milei ha dejado de tener una comunicación fluida con la vicepresidente y las consecuencias de ese absurdo son todas malas.

A juzgar por declaraciones del mismo Milei y lo que emana de su círculo íntimo a través de voceros satelitales, Victoria Villarruel estaría conspirando para ocupar el cargo del Presidente. Sin embargo esa acusación no evidencia tener ningún otro fundamento que la alta imagen positiva que las encuestas confieren a la vicepresidente. 


¿ROMA NO PAGA SCIOLI'S, MILEI?

Luego nadie de ese círculo íntimo, ni ninguno de sus satélites, parece tener la decencia de decirle al Presidente que se convierte en un hazmerreír cada vez que repite "Roma no paga traidores", porque para largar la carcajada basta con ver en el gobierno a Daniel Scioli, ese traidor entre traidores que fue videlista, menemista, kirchnerista, felpudo kirchnerista y por ahora mileísta. Por ahora. ¿Roma no paga Scioli's, Milei? Y no es el único, casi que todos los días se suman al gobierno funcionarios que tienen historial panqueque, lo que se confirma viendo que a la par del nuevo salto de garrocha de Patricia Bullrich dejando el PRO y a Macri para aterrizar dentro de La Libertad Avanza, ayer nomás se nombró al sucesivamente peronista, kirchnerista, massista, macrista, Diego Kravetz como número dos de la Secretaría de Inteligencia de Estado. ¿Roma no paga Kravetz, Milei? Como registra una muy conocida anécdota de Bilardo que el Presidente Milei, declarado bilardista, seguro conoce: "¡Ah! si se la siguen pasando a los de amarillo vamos a perder". 

Desde luego, escribo esto manteniendo lo que sostengo hace mucho tiempo: en política sin conversos no hay victoria. Pero debe haber límite para el lugar que se les da a los conversos y no es aceptable darles cabida mientras se dispensa trato de traidores a los leales, ya que la lealtad es una relación de ida y vuelta. No existe la lealtad en un solo sentido, porque eso es obsecuencia no lealtad. No vaya a ser cuestión que, como tantas veces ha pasado, quien grita y señala "¡traidores! ¡traidores!", sea justamente el traidor.

Lo absurdo de toda esta situación no puede atribuirse a nadie más que al Presidente Javier Milei, ya que por ser el referente máximo del oficialismo y quien tiene la máxima responsabilidad de gobierno es quien tiene a disposición todos los recursos necesarios para evitar el mamarracho. No necesita pues el Presidente una "guardia pretoriana" armada con celulares para hacer ruidos molestos, le basta su propio celular para hablar directamente con quien debe hacerlo, como es el caso de su vicepresidente.

Luego es preocupante que la peor práctica de Edgar Hoover al frente del FBI, aquí conocida como "carpetazo", sea reivindicada por fanáticos oficialistas en su afán estúpido de atacar a la Vicepresidente. Y frente a ello destaco que la respuesta de Villarruel fue impecable: publiquen.

El "carpetazo" sólo es efectivo cuando la política se dirime entre sucios, quienes están limpios no se doblegan ante esas prácticas extorsivas.

La sola amenaza del carpetazo anuncia la intención de que la política siendo siga mugre por parte de quienes amenazan. 


EL GROSERO ERROR DE VILLARRUEL

La falta de diálogo directo entre Milei y Villarruel, los ataques del Presidente, la campaña de difamación en su contra montada en redes por obsecuentes mileístas, determinaron finalmente que Victoria Villarruel cometiera el error de hacer una aclaración tan innecesaria como desafortunada.

A través de un tuit en el que recuerda su trayectoria junto a Javier Milei Villarruel declara que "No estoy participando de ningún armado político y cuando lo haga, lo haré donde el Presidente Milei me lo pida". Un acto de sumisión innecesaria, celebrado por algunos mileístas como una "domada" del Presidente.

Victoria Villarruel es un político con una procedencia partidaria distinta de la de Javier Milei, y como todo político tiene ambiciones legítimas de poder, a las cuales sólo se puede aspirar a dar cumplimiento mediante un armado político. 

Que Villarruel se autoimponga no ser parte de ningún armado político sin la venia del Presidente y abandonándose al rol que aquel le conceda, es algo que, tal como se explicó antes debilita al oficialismo porque deja de dar contención a conservadores, nacionalistas y liberales críticos del gobierno. Y es cierto que hoy por hoy no encontrarían un espacio al que migrar, pero los espacios aparecen, se crean y a veces hasta crecen. 

Para peor, en este contexto de enfrentamiento buscado con la Vicepresidente, el Presidente Milei ha declarado que "El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido, es expulsado". Si bien es cierto que todo partido político requiere de disciplina partidaria, es difícil pensar un partido político liberal, o tan sólo democrático, donde el disenso sea vedado. Parece que así como el eslogan: "Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre" murió tempranamente a las puertas del balotaje, en un año de gobierno agonizó y crepó también aquella consigna de "los liberales no somos manada". 

También está con fiebre alta aquella otra frase de "No vengo a guiar corderos, vengo a despertar leones".

Claramente hoy gobierna una coalición y se interpreta que aspira el Presidente a cambiar eso conformando el gobierno de un partido, lo cual es legítimo, el punto será cuántas líneas internas será capaz de tolerar ese nuevo partido sin perder la presupuesta coherencia ideológica entre una sobreactuada "lealtad al líder", el aluvión de la garrocha amarilla y la ausencia de esa parte de la Derecha que contenía Villarruel. Como el gobierno mismo, que apenas empieza, aquello es un experimento político que habrá que ver como evoluciona. Veremos en el tiempo si los leones que despertaban rugen o roncan nuevamente mientras duermen contando ovejitas.


EN EL MISMO LODO TODOS MANOSEADOS

Si lo hasta aquí analizado contempla el daño que se autoinfringe el gobierno con una interna que no tienen razón de ser, la pérdida de discreción y tacto político para resolverla (se resuelve con dos cafés en una misma mesa) lleva el daño más allá del gobierno a la institucionalidad republicana.

El affaire Kueider ratificó lo que todos sabemos: si es kirchnerista es corrupto. Pero también hizo que el Presidente Milei asuma una posición extraña, en la que habiendo sido durante la campaña la voz del hartazgo y la rebeldía frente a la corrupción de la casta (otro calificativo que se ha ido "lijando" al paso de los meses), critica ahora que el corrupto senador Edgardo Kueider haya sido expulsado de la Cámara Alta.

Detenido en Paraguay por andar de valijero (esa tradición kirchnerista de mover bolsos con dinero sucio), conducta que claramente daña la imagen internacional del país y afecta lo poco de Honorable que conserva el otrora Honorable Senado de la Nación Argentina, Kueider fue bien expulsado por sus pares. Ocurre que los senadores, como la mujer del César, no solamente deben ser honestos también deben parecerlo (sí, ya sé que se están riendo a carcajadas). 

Lo que quiero decir es que el caso Kueider, surge de un hecho indecoroso a todas luces reprochable y que por su condición de bochorno (internacional, además) no requiere aguardar un pronunciamiento judicial. Y tampoco es uno de esos casos donde una mayoría circunstancial pretende echar a un legislador para dejar sin representación política a una parte de la ciudadanía, como fueron los casos de Bussi y Patti, o como es el intento de expulsar de la Legislatura Bonaerense a Guillermo Castello porque dijo esa verdad que kirchos y otros zurdos quieren censurar: Rodolfo Walsh fue un asesino terrorista. 

Kueider está bien echado. Sin embargo el Presidente Milei, como renegando de sus convicciones y dando pasto para que se diga que tenía comprado al senador kirchnerista, basándose en la desprolijidad administrativa alrededor de su viaje presidencial a Italia, salió a decir que la sesión es inválida. 

Y para que el mamarracho sea todavía más grotesco, los partidarios de Milei y Villarruel empezaron a cruzar acusaciones desde sus trincheras virtuales, con dislates que iban desde afirmar acefalía por culpa de la hermana del Presidente a pedir la renuncia de la Vicepresidente, todo ello a gusto y placer de los kirchneristas que con otros zurdos y progres quieren anular la Ley Bases.

Pues bien, preciso es decir que tanto la sesión en la que se expulsó a Kueider como aquella en la que se aprobó la Ley Bases son indubitablemente válidas y están fuera de toda posibilidad de revisión. 

Ciertamente hubo una desprolijidad en el traspaso de mando que correspondía por el viaje presidencial, pero sólo fue eso: una desprolijidad. Ni el país quedó acéfalo, ni se cometió delito alguno, ni hay causal para invalidar la sesión del Senado que presidió Villarruel. Se equivoca el Presidente, por sí o mal asesorado, al decir que es inválida, con el agravante que el corrupto Kueider utiliza ese desacierto de Milei en su intento por recuperar la banca que deshonró. Pareciera así que el Presidente intentara proteger al kirchnerista. ¿Roma no paga traidores, Milei?

En cuanto al traspaso en sí, sobre la demora del escribano de gobierno para hacer firmar a la Vicepresidente el acta de rigor, vale acotar que la interpretación de las normas jurídicas excede la literalidad y contempla cambios de época.

El texto de la Constitución Nacional que trata esta cuestión es un buen ejemplo. Con supuestos que se contemplan desde 1853, la disposición reforma constitucional mediante reubicada en el Artículo 88, entiende como causas de acefalía la enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del Presidente.

Ciertamente una enfermedad incapacitante, la muerte, renuncia o destitución del Presidente son hechos conmocionantes que generan una situación institucional de acefalía que debe resolverse con urgencia. 

Pero, cualquiera puede comprender que no es igual lo que implica salir "de la ciudad" o viajar a Europa en 1860 que en 2024 con tecnología de globalización. Hoy a nadie se le ocurre pensar que el país está acéfalo si el Presidente se encuentra visitando Jujuy o la Antártida. Incluso volando a bordo de un avión sobre el océano en aguas internacionales el Presidente de la Nación dispone de instrumentos de comunicación suficientes para tomar decisiones tal como lo haría en su despacho de la Casa Rosada. Es ya un mero ritual, basado en costumbre antes que necesidad, que el Vicepresidente lo reemplace en casos de viajes al exterior. Porque sin incertidumbre ni conmoción no hay urgencia de traspaso. 

Luego, la necesaria firma del acta para formalizar el traspaso temporario puede demorarse sin consecuencias, porque no hay riesgo de acefalía cuando no hay urgencia ni conmoción. Como podría surgir en el hollywodense caso en que fuera secuestrado el avión en el que viaja el Presidente, por decir. Y por el contrario, ese acta tan necesaria en contexto de rutina propia de la función de gobierno, deja de ser necesaria y opera de inmediato el traspaso presidencial sin aguardar la firma de acta alguna en los casos de urgencia y conmoción, donde sí hay riesgo de acefalía. Nunca ocurrirá que a la muerte del Presidente funcionario alguno con dos dedos de frente se vaya a negar a acatar órdenes del Vicepresidente devenido Presidente en tanto no se cumplimente el acto formal, porque es más que claro el sentido en el que opera la previsión de los constituyentes.

Superada por mucho la época de las carretas y chasqui o el telégrafo, a nadie se le puede ocurrir que el país quede acéfalo porque el Presidente está de viaje a bordo de un avión. De ahí que la vicepresidente no se haya ido a meter a la Casa Rosada antes de firmar el acta, máxime siendo de público y notorio para el escribano de gobierno el lugar en el que se encontraba.

Esto es simplemente mi opinión jurídica volcada a boca de jarro, sin mayor elaboración, seguramente habrá otras y podríamos perder tiempo discutiendo el procedimiento de la suplencias presidenciales, ya que todo abogado encontrará por aquella media biblioteca, argumentos para tal o cual postura, pero no es el punto, ni en esta cuestión ni en ninguna de las otras que trata este escrito de mi pluma.

EL PUNTO ES QUE MILEI Y VILLARRUEL TIENEN QUE VOLVER A SER UN DÚO ARMÓNICO.

El punto es que hay que aflojar con las boludeces que hacen del oficialismo un cambalache, porque esto recién empieza. Y hasta ahora, a pesar de los esfuerzos de muchos por romper la fórmula presidencial, lo cierto mal que les pese es que todavía no se rompió nada que no pueda arreglarse. Son diez minutos lo que demanda cortar con tanta boludez.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

miércoles, 11 de diciembre de 2024

NO CULPEN A MILEI, CULPEN A ESA HORRIBLE LEY K DE SALUD MENTAL

El jefe de residentes de Terapia Intensiva del Hospital Güemes en Haedo, Áxel Vázquez, se suicidó el jueves 5 de Noviembre arrojándose a las vías del tren.


Tenía 31 años, padecía problemas psiquiátricos y dejó algo así como su explicación en Instagram: "Lamentablemente la salud en general es vista como un negocio y no bajo la perspectiva de derecho. La Salud Mental está en quiebra. Le agradezco a todos los que se preocuparon por ayudarme y no lo supe aprovechar. Hasta Siempre".

Obviando que se trata de un hospital provincial, han comenzado los kirchneristas una especie de campaña para endilgar esa muerte al Presidente Javier Milei. Y de paso exculpar al gobernador Áxel Kilociclo (quien no puede resolver problemas que importan a los bonaerenses pero se preocupa por repetir su desatino demagógico respecto de Aerolíneas Argentinas).

Pero en rigor de verdad, la responsabilidad por esa muerte cabe atribuirla a quienes redactaron, promovieron y sancionaron en el año 2010 la Ley de Salud Mental. Es que esa norma ha sido producto de la militancia activa de grupos de izquierda, como Madres de Plaza de Mayo, con la finalidad de "desmanicomializar" con el propósito de, tal como dijera la madre de terroristas Hebe de Bonafini: "normalizar la locura". Es una ley que responde a la prédica populista de Laclau buscando generar conflictos al interior de la sociedad en lugar de solucionarlos o al menos mitigarlos, que es para lo que deben servir las leyes.

Normalizar la locura no es ni más ni menos que subvertir la racionalidad de las sociedades democráticas, desde la intimidad de lo familiar hasta lo público de la política, lo que en parte se ha logrado con la anteposición de la “autopercepción” por sobre la realidad objetiva, por ejemplo. 

Normalizar la locura es socavar la cultura en detrimento del sentido común y del orden al que aspira el estilo de vida propuesto por la Constitución Nacional. Una sociedad desquiciada, es una sociedad débil. Lo cual describe la situación de la sociedad argentina tal como la dejó el kirchnerismo.

Con otra Ley de Salud Mental, el Dr. Vázquez posiblemente hubiera recibido la atención que requería, tal vez una internación. ¿Habrá sido esa la ayuda que le ofrecieron y no supo (o no pudo) aprovechar? Porque si su apreciación respecto a que "La salud mental está en quiebra" tiene mucho de certera realidad, es justamente por causa de esa infame Ley de Salud Mental que, por los problemas que genera, incluso hasta debe ser observada como una amenaza para la Seguridad Nacional.

El caso del Dr. Vázquez vuelve a decirnos que es necesario derogar esa nefasta ley marxista que en nombre de los derechos humanos desconoce los derechos humanos, para sancionar una nueva ley que en lugar de "normalizar la locura" le de contención y tratamiento.

Los kirchneristas y el resto de la izquierda, desde antes que se ahogara Santiago Maldonado andan buscando muertes que atribuir a gobiernos que ellos consideran "de Derecha". Otra demostración de la miseria moral que los caracteriza, porque hacer política con esas prácticas es absolutamente miserable. Y ellos lo son.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.



lunes, 9 de diciembre de 2024

MALOS MODOS, OTRA FORMA DE LA DERECHITA COBARDE


"Lo cortés no quita lo valiente".
-saber popular-





Tengo claro hace muchos años que la austeridad que necesita incorporar a su cultura la Nación Argentina necesita debe hacer parecer hedonistas a los espartanos.

Y ustedes saben: soy Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, un liberal que no habla de economía, por lo tanto no me refiero aquí al aspecto económico de la austeridad que acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", sea el más fácil de entender cuando se impone por necesidad. 

Por supuesto, la historia argentina registra que en este intento democrático iniciado en 1983 sencillamente se despreció el concepto de austeridad en todos sus aspectos. Desde que Raúl Alfonsín ganó las elecciones presidenciales predicando que la democracia era poco menos que sinónimo de abundancia, ya que con ella "se come, se cura y se educa", la austeridad ha sido mal vista. Tan mal vista que de nada le sirvió luego, fracaso económico mediante anunciar una improvisada "economía de guerra", porque el camino moral que había empezado a construir se cerraba sobre sí mismo sin llevar a ningún lado.

No se comprendió entonces el concepto de austeridad y mucho menos durante el régimen kirchnerista donde la ambición totalitaria, a través del uso faccioso de los recursos del Estado, adoctrinó a la población con el dogma del "Estado presente". No hay racionalidad alguna en los postulados del kirchnerismo, que exacerban hasta el infinito aquella frase que Eva Perón habría dicho el 1° de Mayo de 1950 sentenciando que "donde hay una necesidad surge un derecho". 

Para que la irracionalidad pudiera pasar por aceptable, en su pleno apogeo, allá por el 2010, el régimen K sancionó su Ley de Salud Mental con la declarada intención de "normalizar la locura", cosa que en gran parte logró. La locura se normalizó así de muchas maneras, ya sea impidiendo la internación de adictos, en repetir mentiras como verdades dogmáticas, falsear la historia imponiendo una desmemoria selectiva, desconocer la biología, hablar como idiotas con pretensiones de "lenguaje inclusivo", y un largo etcétera de calamidades que sería largo enumerar y sólo puede padecer una sociedad idiotizada. 

Necesitaba el kirchnerismo para perpetuarse, que la merma intelectual de los argentinos llegara al punto en el que ya no fuéramos capaces de advertir que en el sufrimiento que demanda el esfuerzo va la posibilidad de alejarnos del sufrimiento. 

Resistiendo esa degradación cultural que llevaba a celebrar la miseria creciente cual si fuera prosperidad, ensayé hace años una nueva definición de "austeridad" y de la "austeridad republicana".

AUSTERIDAD: Calidad de austero, criterioso. Cuidado de los sentidos y el espíritu. Valoración de lo esencial por sobre lo ornamental. Apego a la simpleza de la vida. Capacidad previsora para evitar complicaciones innecesarias. Moderación. Inteligencia. Camino de felicidad.

AUSTERIDAD REPUBLICANA: Decencia. Respeto por la calidad de vida y patrimonio de las futuras generaciones. 

Afortunadamente, y no porque yo lo predicara desde mi insignificante blog sino porque la irracionalidad kirchnerista se puso tan grosera como para humillarse a sí misma, la sociedad interpretó que el camino del kirchnerismo seguía el inconducente círculo cerrado iniciado por Alfonsín, pero empeorado por ser ya una espiral descendente hacia la miseria más profunda. 

En ese contexto surgió el fenómeno Milei que permitió la esperanzadora rareza de un candidato presidencial que ganó las elecciones prometiendo el mayor ajuste de la historia, mismo que anunciaba blandiendo una motosierra. 

Si el kirchnerismo hubiera moderado su afán de idiotizar, o sentido un mínimo de vergüenza por la mentira constante, tal vez el fenómeno Milei no hubiera ocurrido. Pero para cualquiera de esas dos cosas se requiere algo que el kirchnerismo perdió por completo, una pizca, un resabio, un mero recuerdo de lo que significa la decencia.

Así las cosas, para que yo pudiera arrepentirme de haber votado la fórmula presidencial Milei-Villarruel, deberían ocurrir dos cosas, en primer lugar debería perder la memoria, olvidando la historia que muy brevemente acabo de sintetizar, y segundo Milei debería declararse comunista y aborrecer el Himno Nacional igual que Myriam Bregman. 

Ahora bien, el apoyo que implica mi imposibilidad de arrepentimiento, no es incondicional. Por principio no puede serlo. En tal sentido, porque aprecio la lealtad tanto como desprecio la obsecuencia, soy -y me exijo ser- crítico del gobierno. 


Desde luego no critico el rumbo económico ni las medidas que lo instrumentan, porque mi saber económico es muy básico para pretender discutir medidas instrumentales y en lo poco que puedo entender se está yendo por donde hay que ir. Tampoco me espantan las desprolijidades varias que en el orden político muestra el oficialismo, eran esperables en un espacio nuevo armado al apuro con lo que se pudo. Lo que sí observo con preocupación es una desviación, acaso impulsada por esa mala consejera que es la soberbia, en la comprensión de los fines que se buscan alcanzar con la batalla cultural.

Sucede que la austeridad republicana es también una definición moral que exige sobriedad de gestos a quienes gobiernan. Conservar esa sobriedad es, a contrario de la gritería histérica, una demostración de temple. Algo que Milei logra muy fácilmente cuando deja el personaje histriónico y se pone en modo estadista. Ese es el mejor Milei, el que se muestra más seguro de sí mismo.

Autoproclamarse el mejor gobierno de la historia, además de falso, no es sano. Con apenas un año de gobierno, la Presidencia de Javier Milei todavía es un ensayo, y muy pero muy lejos está de poder subir al mismo podio que encabeza el Presidente Julio Argentino Roca. Contradice además aquello de venir a despertar leones en lugar de guiar corderos, porque si alguien dice hoy que este es el mejor gobierno de la historia habla desde la fe (en el mejor de los casos) y no desde los hechos. Hay que bajar del pony antes de alardear que se monta un pura sangre.

Un espacio republicano no puede apropiarse de los vicios del populismo como si ello definiera otra cosa que la autodegradación de los valores postulados. El fanatismo de creer que ya se solucionaron los problemas del país y que Milei es un líder mundial, sólo puede tener por resultado el ridículo. 

El discurso exacerbado se justifica diciendo que las formas no importan porque "no podemos ser una derechita cobarde", como si fueran las palabras y no las acciones las que definen a un espacio como de Derecha o derechita cobarde. Y las formas sí importan en tanto hacen al debido funcionamiento del sistema republicano.

Si en su primer año de gobierno la Presidencia de Javier Milei muestra logros considerables, también exhibe contrasentidos que son propios de una "derechita cobarde". Por supuesto no incluyo en esto la incorporación al gobierno de Patricia Bullrich y otros progres del PRO porque se comprende el pragmatismo impuesto por la necesidad electoral del balotaje en ese acuerdo. A pesar de aquello sobre la imposibilidad de una Argentina distinta con los mismos de siempre. Lo que señalo son contrasentidos políticos sin ningún sentido, propios de una "derechita cobarde", entre los que elijo enumerar unas pocas:

1°.- Si alguien representa lo más repugnante y rancio de la casta política es Daniel Scioli, el felpudo de Kirchner, que reputado falto de toda dignidad fue incorporado al gobierno sin ninguna necesidad ni contraprestación valiosa. No suma votos Scioli y es otro sapo difícil de tragar para los que cantábamos aquello de "la casta tiene miedo".

2°.-  Nominar a un prevaricador como Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación es eludir dar la pelea contra los que convirtieron al Poder Judicial en un Poder Pevaricador, es convalidar el funcionamiento corporativo de una parte esencial de la casta política. Y es que desde 2003 se perpetra un prevaricato sistematizado en los llamados juicios de lesa, que sirvió y sigue sirviendo como cortina para la corrupción kirchnerista. Son esos jueces tiempistas que llevan procesos atendiendo al viento político antes que al Derecho, son esos jueces que convalidaron el golpe de Estado del 19MAR20 que dio inicio a la infeKtadura, son esos jueces que por ser mayoritariamente corruptos, permitieron el daño institucional, la degradación cultural y la miseria tanto material como intelectual que alcanzó la Argentina. Y frente a ellos ¿dónde está la derecha brava? Disculpen si huelo en el aire un cierto tufillo a "derechita cobarde". Expresión que, por cierto, utilizo muy poco porque de Derecha se es o no se es. 

3°.- Vinculado a lo anterior, la visita de un grupo de diputados libertarios a los presos del prevaricato, el Capitán Alfredo Astiz entre ellos, dejó un tendal de heridos en campo propio y pocos que se animaron a alzar la voz para respaldar ese accionar. Aquí le cabe una crítica por "derechita cobarde" al inexplicable silencio de Victoria Villarruel. Defraudó escudándose, tal vez, en que era asunto de la Cámara de Diputados y no del Senado, porque era un asunto político más allá de las bancas altas o bajas. Entre decepciones varias, desnudó la visita que en las filas de este gobierno de Derecha abundan los progres, y no hubo contra esos infiltrados ideológicos una reacción que revele por parte de Javier Milei una conducción política que merezca decirse Derecha. Callaron los diputados de la visita a Ezeiza y se perdió vergonzosamente la posibilidad de plantear en la agenda política la cuestión del prevaricato. 

4°.- Así como se puede atribuir el fracaso de la Presidencia de Mauricio Macri, que sólo fue un interregno progre dentro del Régimen K, a eludir confrontar en lo esencial con el kirchnerismo, y hasta pretender congraciarse con quienes nunca le iban a votar, actitud pusilánime que también se ha calificado como "derechita cobarde", el presidente Milei que prometió ponerle el último clavo a al ataúd del kirchnerismo con Cristina Fernández adentro, parece estar desviándose de su propósito por especulaciones electoralistas, queriendo polarizar la elección con la condenada corrupta que debería ser un cadáver político y estar presa cuando sean las elecciones. Las especulaciones electorales de esa clase, ponerle el respirador al zombie en lugar de decapitarlo, son también una actitud de "derechita cobarde". Y ojalá le salga bien esa insensatez de preservar al monstruo para lucirse en la arena.

Finalmente, en Argentina la batalla cultural no es por apropiarse de los vicios del kirchnerismo ni de la progresía, sino por alcanzar y sostener la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional con toda la eterna lucha que impone defender la Libertad desde las formas austeras de la República. Contra viento y marea. 

Y sin tomar prisioneros...

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.


¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
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