Al proyecto de la Presidente eterna voceado por la stalinista Diana Conti, que Cristina Fernández soñó abrazada al dictador Fidel Castro, lo hirió de muerte el Frente Renovador liderado por Sergio Massa cuando restó la posibilidad matemática de reformar la Constitución Nacional.
La estocada final la recibió en las urnas el 25 de Octubre de 2015 con la derrota electoral de Aníbal Fernández como candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires y el virtual empate técnico del actual gobernador bonaerense Daniel Scioli en la elección presidencial.
El balotaje indica que el régimen entró ya en etapa residual y de franca descomposición. Cuando Aníbal Fernández, no pudiendo despojarse de esa soberbia recalcitrante que le hizo decir a toda jactancia que "of course" a María Eugenia Vidal le ganaba por 10 puntos, en lugar de asumirse mariscal de la derrota acusa la existencia de "traidores" y "fuego amigo", demuestra que el kirchnerismo está quebrado.
Y lo corrobora Florencio Randazzo al pasar factura porque el dedo de la líder Cristina Fernández se posó sobre Daniel Scioli en lugar de en él. La intención de Randazzo es reposicionarse al afirmar que la viuda de Néstor Kirchner no es infalible, cosa que en el fondo agradecen los sectores peronistas que agazapados tras Scioli se proponen ahora depurar al movimiento justicialista de la infiltración marxista representada por el kirchnerismo, empezando por pulverizar la pretensión continuista de "Scioli al gobierno, Cristina al poder". A pesar del pobre Daniel y su conflicto de identidad.
Y lo corrobora Florencio Randazzo al pasar factura porque el dedo de la líder Cristina Fernández se posó sobre Daniel Scioli en lugar de en él. La intención de Randazzo es reposicionarse al afirmar que la viuda de Néstor Kirchner no es infalible, cosa que en el fondo agradecen los sectores peronistas que agazapados tras Scioli se proponen ahora depurar al movimiento justicialista de la infiltración marxista representada por el kirchnerismo, empezando por pulverizar la pretensión continuista de "Scioli al gobierno, Cristina al poder". A pesar del pobre Daniel y su conflicto de identidad.
Vale acotar que lo de Randazzo resulta bien patético, al fin de cuentas no tuvo lo necesario para plantarse ante Cristina Fernández, coraje que sí tuvo Gabriela Michetti para presentarse a las PASO contradiciendo los deseos de Mauricio Macri. No es sutil esa diferencia, significa que el PRO tiene un germen democrático que acepta y da mérito a las diferencias y matices, mientras que en el kirchnerismo, como en todo proyecto totalitario el mérito es la obsecuencia; por lo menos hasta la derrota...
Algo que elige llamarse "Frente Para la Victoria" necesariamente no puede sobrellevar el estado de derrota. Además hay que tener conciencia que el peronismo empezó a elaborar una de sus tantas purgas y reconversiones, lo que implica dejar a quien en su nombre detentó el poder casi absoluto en una soledad sólo comparable a la de los leprosos medievales. Un dirigente peronista de toda la vida, me dijo hace algunos días: "Scioli puede ser un títere, pero si lo es: los hilos no los va a tener Cristina".
Aún ganando Daniel Scioli, Cristina Fernández intuye que la espera el ostracismo o un rol penoso como el de Carlos Ménem. No obstante el kirchnerismo, en su desesperación por el poder, apela a lo peor de los argentinos para conservar los privilegios rapiñados durante la déKada infame: el oscurantismo del miedo y la ignorancia.
Es muy evidente que la Presidente gasta sus últimos días en el Sillón de Rivadavia haciendo campaña para sí misma, planteando que toda alternativa a ella es el caos de algún pasado que retorna. Y que sólo ella podría dominar. Curioso que tras doce años de gobierno cualquier cambio eche por la borda los supuestos logros de un modelo que, dice La Cámpora, es "irreversible". Más allá de las palabras, que en boca de cualquier kirchenrista no dicen mucho, Cristina sigue presionando para que Scioli, casi un innombrable, resigne su postulación. Sobre la ambigüedad de la Presidente el núcleo duro, con Carlos Zannini a la cabeza, apuesta a generar tal miedo social hacia el "cuco amarillo" que permita dos cosas consecutivas: 1) vencer a Mauricio Macri el 22 de Noviembre, y 2) condicionar fuertemente la autonomía de Scioli como Presidente.
Esa campaña, que incluye el anuncio de catástrofes económicas para cualquier gobierno que se desvíe del "todo pensado" por Axel Kicillof, aparece en estas horas centrada sobre la gobernadora electa María Eugenia Vidal, a la que atribuyen haber suprimido ya el Plan Fines (Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación) y el Plan Envión (destinado a jóvenes en estado de vulnerabilidad social de 12 a 21 años y dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires. Así, el pasquín oficialista "Diario Registrado" publicó que "Vidal no asumió y ya echó a 2000 docentes de la provincia de Buenos Aires"; mentira que lo delata como medio de propaganda y acción psicológica, no de noticias.
He visto con mucha preocupación el penoso efecto que esta campaña sucia de desinformación ha logrado causar entre jóvenes bonaerenses quienes, como las ovejas de "Rebelión en la granja", se dejan manipular por el aparato de propaganda y control social montado en estos doce años y, sin reflexionar, repiten tanto las mentiras como los insultos que difunde el régimen. Una clara muestra de la pobre capacidad de pensar por sí mismos que exhiben los adoctrinados por el régimen.
Por lo pronto el Plan Fines no depende de Provincia sino de Nación. Es legalmente imposible que María Eugenia Vidal, gobernadora electa y no en ejercicio, haya dispuesto cosa alguna sobre su continuidad. Lo mismo puede decirse del Plan Envión aunque sea de origen provincial, pero en este caso hubo una desmentida oficial a través de Facebook: "El Programa ENVIÓN Informa de manera oficial que no hay ninguna determinación de parte de las autoridades actuales respecto de la continuidad o no del Programa. Solicitamos, SIEMPRE ser cautelosos al momento de replicar este tipo de información ya que afecta a todos los jóvenes que forman parte del Programa ENVIÓN en la Provincia de Buenos Aires".
Naturalmente, el contenido de esta campaña sucia no tardó en ser desmentido por la propia María Eugenia Vidal, categórica al señalar que: "En los últimos días, en las redes sociales fueron publicadas muchas mentiras. Algunas aseguran que estuve en La Plata, en el Ministerio de Desarrollo Social para cerrar escuelas, eliminar planes sociales o despedir docentes. ¡ES MENTIRA! Dicen cosas que ni yo ni nadie de mi equipo dice o piensa. Desde Cambiemos no hacemos campaña con mentiras o apostando al miedo. Los argentinos ya perdimos el miedo y la resignación y votamos desde la esperanza y las ganas de estar mejor".
Está claro que no existe el tan mentado "cuco amarillo" con el que el aparato de propaganda kirchnerista pretende asustar a la población. También es claro que no es un éxito sino un fracaso lo que se defiende cuando tras doce años de gobierno se necesitan más y más planes sociales.
A falta de "cuco amarillo", lo que sí existe y se nota es el miedo del kirchnerismo a la racionalidad y el esfuerzo. Los jóvenes que insultan a Vidal o Macri repitiendo consignas de odio, no son culpables. Durante 12 años, que para esa juventud es más de la mitad de sus vidas, les han inculcado desde un Estado faccioso que todo el que no comulga con el régimen es un golpista, un oligarca, un traidor, un buitre, un vendepatria, un enemigo al que hay que defenestrar sin margen de reconciliación. Ninguno de ellos recibió elementos para pensar por sí mismo, en cambiar eso debe estar centrada la revolución cultural y reforma educativa de la República Argentina en los años por venir.
A falta de "cuco amarillo", lo que sí existe y se nota es el miedo del kirchnerismo a la racionalidad y el esfuerzo. Los jóvenes que insultan a Vidal o Macri repitiendo consignas de odio, no son culpables. Durante 12 años, que para esa juventud es más de la mitad de sus vidas, les han inculcado desde un Estado faccioso que todo el que no comulga con el régimen es un golpista, un oligarca, un traidor, un buitre, un vendepatria, un enemigo al que hay que defenestrar sin margen de reconciliación. Ninguno de ellos recibió elementos para pensar por sí mismo, en cambiar eso debe estar centrada la revolución cultural y reforma educativa de la República Argentina en los años por venir.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
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