¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
Cambalache
Enrique Santos Discépolo
Libertad, Igualdad y Fraternidad son valores que reivindico. Estaban presentes en el ideario de los Revolucionarios de Mayo, quedaron expresados por la inspiradísima pluma del Bardo de la Libertad en la Marcha Patriótica que es nuestro Himno Nacional y fueron receptados por la Constitución Nacional de 1853. A pesar de los muchos pesares, los argentinos hicimos grandes cosas juntos y fueron esos valores los que hicieron posible el fin de la secesión de Buenos Aires y la organización nacional que alcanzó su esplendor con la Generación del 80.
Hay un momento de nuestra vida como Nación que me conmueve más que otros. Entre las luces y sombras que dejó la Guerra del Paraguay hubo algo admirable, propio de los grandes pueblos, cuando los hijos del poder usaron las influencias de sus padres. No lo hicieron para eludir las responsabilidades del ciudadano, sino para ser enviados al frente de batalla a poner el pecho por la Patria. Eligieron el sacrificio a la comodidad, tanto que algunos murieron por combatir en la primera línea. Teníamos más de leones que de corderos, íbamos camino a ser un gran país.
La historia argentina nunca fue simple, mucho menos lineal, patinamos y después del Centenario perdimos el rumbo. No pudimos, o no supimos, sentirnos fraternos, ni siquiera nos reconocimos como iguales, y así dejamos de lado la Libertad. No es posible la Libertad cuando se desconfía del otro, cuando hablan las armas, cuando la fuerza reemplaza al consenso, cuando vencer es más importante que convencer.
Con vocación fratricida derramamos más y más sangre a medida que a los tumbos avanzaba el Siglo XX. Llamamos Guerra Sucia a la última Guerra Civil. Derramamos, digo, porque no me siento neutral. La historia de mi Patria es mi propia historia y, como bien dijo de sí el Dr. Enrique Pinedo, también yo: "soy más tirio que troyano" (1). La Guerra de Malvinas, en 1982, nos hizo sentir fraternos por un rato y resultó ser una bisagra histórica. Hija del coraje en Malvinas, nuestra democracia lleva 30 años intentando ser.
Con motivo de ese aniversario el diario Clarín, cuya línea editorial e intereses son los del progresismo, publicó un suplemento especial incluyendo un notable artículo de Marcelo Birmajer titulado "En defensa de la Libertad". Lo acompaña una encuesta del propio diario que "revela cómo desde 1984 los argentinos cambiaron su prioridad por la libertad y ahora valoran más la igualdad". Reflexiona Birmajer que "mientras las búsqueda de la igualdad y la fraternidad han desatado toda clase de experimentos nocivos para el género humano -desde la Rusia de Stalin a la Camboya del Pol Pot- la búsqueda de la libertad, no siempre exitosa, ha sido menos tóxica", y añade "Creo que en las democracias capitalistas se ha alcanzado la más alta posición de libertad que ha conseguido la humanidad en toda su historia; abismalmente superior a la de las dictaduras de izquierda o de derecha".
Notable que tal declaración venga en el diario que más contribuye a consolidar el lenguaje de la izquierda. La orientación del multimedios Clarín la encuentro explicada en estas palabras del filósofo Silvio Maresca: "Después del derrumbamiento de la URSS los intelectuales marxistas han creído comprender, de acuerdo a las advertencias de Gramsci, que sólo un dominio basado en la cultura tiene posibilidad de sostenerse duraderamente. Para lograr pues la tan ansiada hegemonía es menester subvertir el sentido común de las masas, supuestamente cooptado por la 'cultura burguesa', esa que -de creer a Ernst Jünger- ya había dejado de existir hacia 1930. Y en eso están" (2). Clarín no es mi diario. Como muchos otros yo no tengo diario, soy de derecha, mala palabra para el periodismo progre en su extensión casi hegemónica.
Funcional al marxismo, el progresismo ha logrado en 30 años que la Igualdad se prefiera a la Libertad. Según los datos que arroja la propia encuesta de Clarín, por cierto muy superficiales desde que no define con precisión el concepto de Libertad e Igualdad que fue presentado a los encuestados, la Libertad era lo más importante para el 47% de los argentinos en 1984.
Para 1991, terminado el gobierno radical del Presidente Raúl Alfonsín y ya en la primera Presidencia de Carlos Menem, la Libertad como valor preponderante alcanzó su punto máximo con el 58% de adhesión. Bajó al 54% en 1995, luego de la reforma constitucional, y aunque siguió declinando en 1999, al término del menemismo, con 50% de preferencia se mantenía tres puntos por encima del porcentaje indicado durante el primer año siguiente al fin del último gobierno de facto.
De 1999 al 2013, período que incluye la fallida Presidencia de Fernando De la Rúa, la muy grave crisis del 2001, la salida constitucional con el Presidente Eduardo Duhalde y la década kirchnerista, la preferencia por la Libertad cayó 11 puntos, con lo que al presente se ubica en un escuálido 39%.
Si tomamos el valor igualdad, en 1984 era priorizado por el 35%, subió dos puntos hacia 1991 y trepó hasta el 42% en 1995. Los cinco puntos que creció entre 1991 y 1995 marcan el período más favorable para la reconsideración de la Igualdad, pues luego subió dos puntos hasta 1999 y sólo 1 entre 1999 y 2013 llegando al 45%.
La brecha entre ambos valores, que era de 12 puntos a favor de la Libertad en 1984, creció hasta alcanzar su mayor rango con 21 puntos en 1991, volvió a los 12 puntos en 1995, ser redujo a 6 puntos para 1999, y por la caída del valor Libertad se revirtió de allí al presente quedando 6 puntos a favor de la Igualdad.
Ese cambio de tendencia es grave. Al margen que pueda haber alguna imprecisión en los conceptos de la encuesta, cuyos datos técnicos no conozco, una sociedad que prioriza a la Igualdad por sobre la Libertad necesariamente va a tener dificultades para desarrollarse en todos los ámbitos. No se trata de valores incompatibles, pero hay una cuestión de proporciones que no puede soslayarse.
Entre la Libertad y la Fraternidad el rol de la Igualdad es marcar un piso, la medida por debajo de la cual no se quiere dejar caer a nadie, y el mismo punto desde donde las individualidades desarrollan sus propias capacidades. Impedir esas diferencias no es Igualdad, es chatura. Naturalmente, y esa es su gran fuerza, la Libertad genera diferencias que establecen jerarquías, de allí que la función de la Igualdad sea garantizar el juego limpio: para que esas diferencias resulten producto del mérito y no de la arbitrariedad. El "ved en trono a la noble igualdad" es la expresión poética con que el Dr. Vicente López anticipó la doctrina que iba a ser plasmada en en el Art. 16 de la Constitución Nacional: "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas".
Esa sana doctrina de la igualdad republicana viene siendo atacada por la manifiesta arbitrariedad populista, y la encuesta estaría mostrando el clima social para que así sea. Repito una vez más que la historia se asume, no se descuelga, y ningún gobierno llegó a serlo por generación espontánea. Tampoco el actual.
Allá por 2011 Alicia Kirchner hizo la más mentirosa de todas las declaraciones dichas alguna vez por un funcionario kirchnerista, al decir: "El proyecto político iniciado en 2003 por Néstor Kirchner y que ahora profundiza nuestra presidenta Cristina Fernández levanta las banderas de libertad, igualdad y fraternidad que los padres fundadores de la Argentina alzaron en 1810". Hay que ser bien caradura para mentir de semejante manera mientras se impulsa un proyecto totalitario.
El kirchnerismo, un fraude en sí mismo, ha cercenado libertades so pretexto de mayor igualdad. La Igualdad está en el discurso del gobierno, la usan para dar nombre a planes, para la declamación constante de la pretendida reivindicación histórica, puro parloteo, porque lo cierto es que presentándose como reparadores de la desigualdad interpretan a la Igualdad con la misma intención de los cerdos de Orwell, y así la expresión "década ganada" sirve como aplicación práctica de que "algunos animales son más iguales que otros".
Sin la Libertad como prioridad y guía, la Igualdad no tiene razón de ser; tampoco la Fraternidad. Definir la continuidad de la Nación Argentina depende de volver a poner estos tres valores en su proporción republicana. Hay que redoblar esfuerzos para revertir la tendencia.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
1.- "Malvinas: su extraño destino", Enrique Pinedo, Corregidor, 1994, pág. 156.
2.- Revista Consensos, Año 3, N° 3, Invierno 2013, Silvio Maresca, "Situación cultural de la Argentina", pág. 67.
IMPECABLE...! Los cerdos de Orwell o "La reveliòn en la granja"... para quienes recordamos aquella pelìcula memorable, pinta de manera "impresionante" la situaciòn escandalosa de un gobierno corrupto....!!!!
ResponderEliminar