domingo, 28 de junio de 2009
DEBER CIVICO
domingo, 14 de junio de 2009
14 de Junio, día de las convicciones patrias.
Esta entrada está dedicada a la memoria del periodista y patriota argentino Manfred Schonfeld.
El 14 de Junio podría quedar estanco en la tristeza de la derrota y convertirse en una mera fecha de lamentaciones, lo cual sería muy del agrado de aquellos que no parecen encontrar otro sentido a la vida que regar lágrimas -falsas las más de las veces- y no hacer nada.
Prefiero ser de los que eligen otra opción y ver esta fecha como el día de las convicciones, un día para preguntarnos: ¿Qué tanto estamos dispuestos a dar por nuestro país? ¿Tenemos la entereza de vivir como pensamos?.
Son preguntas de apariencia simple, pero de compleja práctica. Es fácil arengar y sentirse acompañado desde la victoria, las derrotas en cambio son un desafío al temple.
Si el despliegue de tecnología bélica lanzado durante la Guerra del Golfo dejó en evidencia que la aspiración de volver a intentar Malvinas por la vía armada -dada la insalvable brecha existente entre nuestras capacidades y las del enemigo- está hoy abismalmente mucho más lejos de la realidad que en 1982, también sirve para revalorizar el esfuerzo enorme de nuestros combatientes.
Sin una clara conducción estratégica, las tropas argentinas en una guerra corta y furiosa hundieron barcos, derribaron aviones y combatieron cuerpo a cuerpo.
Los mezquinos de miras cortas podrán buscar, encontrar, y mostrar, mucha mierda para seguir desmalvinizando el espíritu de un pueblo agobiado por las penurias del día a día, pero nunca van a lograr eclipsar el coraje de los que tuvieron su hora con la Patria y poniéndole el pecho a todas las adversidades enfrentaron al invasor allí donde las palabras se traducen en hechos. Podría listar el nombre de los muertos, y sería en esencia la enumeración de virtudes que requiere nuestra sociedad para salir adelante: valor, abnegación, camaradería, sacrificio, disciplina, solidaridad, etc, etc, etc, y Libertad. Sí, digo Libertad. Porque incluso en la guerra, o mejor dicho, sobre todo en la guerra, hay un punto en el que el hombre elige ser lo que debe ser o no ser nada, y los nuestros, por notoria y abrumadora mayoría eligieron ser lo que debían ser.
Desde los correntinos del doce que cavaron trincheras con los cascos, pasando por los pilotos que surfearon las olas para atacar a la flota, hasta los bravos del quinto de marina que combatiendo hasta después del final lograron replegarse ordenadamente con las armas al hombro, todos sin excepción intentaron lo imposible. Es cierto e innegable que perdimos la guerra, aún así hay que reconocerle a los combatientes argentinos el mérito monumental de haber salvado el honor.
No es poca cosa el honor, y acaso -que hermosa es la palabra "acaso"- acaso digo, lo sea todo.
Algunos hablan de "derrota" con una estrechez mental que confina a quedarse vencidos por siempre, -al fin de cuentas piensa el cobarde que el encierro es un lugar seguro- desde luego no digo que haya que "festejar" el 14 de Junio, pero vale tenerlo bien marcado en el almanaque como un llamado imperioso a superar nuestras propias limitaciones. El generoso y desinteresado patriotismo de quienes combatieron en Malvinas debe ser una motivación para afrontar el presente, ya desde lo social como desde lo personal ¿qué son nuestros problemas comparados con la circunstancia en la que ellos se vieron inmersos?. Poca cosa, realmente poca cosa. Tratando de arrimarnos apenas un poquito al alma de quienes combatieron en Malvinas podemos hacer un país muchísimo mejor.
Pensar Malvinas es mirar el futuro, ahora ¿querés pensar como se vive o querés vivir como pensás? ¿Tenés lo que hay que tener? ¿Lo tienes...?
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.
lunes, 1 de junio de 2009
Unitario y salvaje!
No hay motivo, simplemente surgió sentarse y escribir. No digo que haya sido porque sí, ni porque no.
Puedo suponer que acaso por soñarme el payador de Lavalle, que en 1840 -según cuenta el vals de Enrique Maciel y Héctor Pedro Blomberg- se llevó consigo a la pulpera de Santa Lucía para tristeza de los mazorqueros, o porque igual que a Armando Villador me hubiera gustado ver a Carlos Gardel "alentar con tus triunfos, las fuerzas de Lavalle que vibran al conjuro de tu hermosa guitarra", o sencillamente porque tengo corazón unitario (uno de los pocos unitarios confesos de la República Argentina, y conste que la mayoría lo es de hecho pero no lo dice).
Hoy sin capricho de efemérides me levanté tarareando en un rango de tango cercano a la milonga, y con algún aire campero, unas cuantas palabras alrededor del nombre admirado. Jorge Luis Borges pudo cantar lo que se cifra en en el nombre -alguna vez dejado caer- de Jacinto Chiclana, asegurando que "nadie habrá habido como él en el amor y en la guerra", permitánme traer en esta letra lo que evidencian los hechos confirmados de un nombre que reconocidamente proclama valentía y patriotismo: Juan Galo Lavalle.
Capitán de valientes,
bravura en la sangre
y la furia en tu espada.
León de Riobamba
por la gloria y la Patria
esa épica carga
de porteña arrogancia
es tu hora de bronce.
Pero eliges ser hombre;
carne de batalla
en sudor de mujeres,
pecho de pasiones,
no rostro de medalla
ni héroe, ni prócer:
Alma de amaneceres,
uno, entre millones.
"Espada sin cabeza"
osaron juzgarte,
por tu poncho celeste
con sombra de muerte.
Tus yerros, tus aciertos,
hacían la historia;
cuando es "aquí y ahora"
hay final abierto.
General Juan Lavalle,
Señor del coraje:
¡Unitario y salvaje
me siento al cantarte!
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
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