domingo, 29 de septiembre de 2019

DEBATE PRESIDENCIAL: 3' PARA LA GLORIA O LA INDIFERENCIA




Contra todos los pronósticos de los encuestadores, las PASO -esa farsa electoral con la que la casta política finge una legitimidad de representación que no puede ni quiere tener-, dieron el resultado inesperado que, en su contundencia, trajo una paradoja argentina por efecto acumulativo del absurdo: la elección absurda convierte en absurda a la elección real. 

La proyección de las PASO es tan severa que sin haber elegido nada todo parece estar elegido. Pero no lo está; ese es el punto. 

No estando el resultado más que presupuesto, cabe la posibilidad de hechos y/o actos que lo modifiquen y con ello la proyección del resultado. Esa chance abierta insta al vencedor a congelar la escena, del mismo modo que desafía al derrotado a mostrar audacia e ingenio para patear el tablero, desordenar las piezas y cambiarle el final al cuento. 

Sin embargo, a la manera argentina de desafiar la lógica, la certeza de la victoria hizo que en el kirchnerismo se anticiparan las fricciones entre albertistas y cristinistas, entre los que actúan de peronistas moderados (sin que se pueda aún saber que tan moderados son) y los que son comunistas con ganas de mandar a Siberia a todo el que no lo sea, entre quienes dicen ser republicanos negándose a reformar la Constitución Nacional y los que quieren derogarla como a la República misma. Es decir, los que ganaron huelen el poder volviendo a sus manos y se muestran los dientes, como en una repetición farsesca de aquella vez en Ezeiza. 

Con la misma manera argentina de desafiar la lógica, el derrotado oficialismo reaccionó inicialmente haciendo pucheros de nene caprichoso, manteniendo el mismo staff de mariscales de la derrota y repitiendo intacto el discurso progre. 

Es decir, los que ganaron y deben cuidar que nada cambie se sienten tan ansiosos que llevan mala vibra al tablero como producto de las tensiones en su seno; con ello las piezas todavía no se desordenan, pero tiemblan. Y los que perdieron, que debían salir modificar significativamente la posición de las piezas y hasta la inclinación del tablero, parecen los guardianes del orden, dedicados a concientizar a sus fieles que haciendo exactamente lo mismo, pero con mucha fe, se producirá el milagro.

Así es como no se observa audacia en la campaña de CAMBIEMOS, no hay desde el Presidente Macri la profundidad de una autocrítica que lleve a tomar decisiones que puedan modificar el escenario proyectado por las PASO.

A tal punto, que iniciando la gira proselitista en Barrancas de Belgrano, lo que ofreció Horacio Rodríguez Larreta, casi asumiendo desde ahora que será él lo que le quede al PRO, apelando al optimismo sciolista afirmó estar en condiciones de demostrar que "podemos tener un país con valores un país en el que se habla de la verdad". El problema es que los valores del progresismo son contrarios a los de la Nación Argentina y se basan en mentiras.

Luego, allí mismo, Mauricio Macri al decir a uno de los asistentes: "Llorá, llorá porque eso es importante", demostró que lo único que tiene para ofrecer es catarsis colectiva y promesas de que, ahora sí, viene aquel segundo semestre que se extravió del almanaque en la impericia del mejor equipo de los últimos 50 años. 

Está claro que Macri luego de las elecciones tampoco es Churchill. Sigue estando más cerca del que asumió bailando que de la sombra de cualquier estadista. 

Y en la falta de autocrítica es incapaz de disimular sus contradicciones. Entonces arenga con que: "nos une decirle no a la impunidad", en una frase que sólo aplauden los devotos creyentes del milagro cambiemita, porque a los demás nos hace recordar que, además de ir a tirar flores al río por los terroristas que nos atacaron en los '70s, lleva de candidato a Vicepresidente a Miguel Ángel Pichetto, garante de los fueros parlamentarios que le otorgan impunidad y libertad a Cristina Fernández.

Para completar el cuadro, desde Salta, casi en paralelo con el acto oficialista, Alberto Fernández criticaba las promesas incumplidas de Mauricio Macri prometiendo a su vez un horizonte completamente ilusorio. 

Eso que Macri y Fernández exhiben es su pertenencia a la casta política. Emotividad sin ideas ni programas. Sólo mentiras.

Ya he dicho que, en mi opinión, el único camino que tiene el oficialismo para evitar el regreso del kirchnerismo es que Mauricio Macri resigne su candidatura en favor de Roberto Lavagna, por ser el único de los candidatos que, puesto en situación expectante, podría recuperar en su provecho parte del voto peronista que apoyó a Alberto Fernández en las PASO. Y aún así el resultado sería dudoso. 



He aclarado también que sería muy difícil que ello ocurra, porque esa decisión requiere un pensamiento con proyección de futuro y una noción de sacrificio -como en el ajedrez- que son extrañas a la personalidad de Mauricio Macri. 

Aún así, si se diera algo por el estilo, el momento propicio para patear el tablero sería el primero de los debates presidenciales, que tendrá lugar el 13 de octubre, desde las 21, en la Universidad del Litoral, en Santa Fe, donde los candidatos deberán hablar sobre Relaciones internacionales; Economía y finanzas; Derechos humanos, diversidad y género; y Educación y salud.

Allí los candidatos tendrán 3 minutos por ronda para decir lo suyo. Y el peor perfilado para el evento es Mauricio Macri, porque desde el debate con Daniel Scioli su fulminante pregunta: "¿en qué te han convertido?" da vueltas como un boomerang afilado que espera el momento de caerle encima.

Ahora bien, el presidente Mauricio Macri será el primero en exponer, debería pensar si quiere dedicar esos tres minutos para alcanzar la gloria o la indiferencia, a patear el tablero de manera que el partido vuelva a empezar o a cerrar el juego con la anunciada victoria de Fernández. Ninguno de los otros candidatos tiene ese poder. Ninguno.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López.




viernes, 27 de septiembre de 2019

MORIR POR LA PATRIA ES VIVIR POR SIEMPRE.


Por una feliz casualidad, este año en el aniversario de la Batalla de Curupaytí, acudí al cementerio de la Recoleta para llevar DOS FLORES POR LOS GUERREROS DEL PARAGUAY, coincidiendo con el homenaje del ESCUADRÓN DE CABALLERÍA HISTÓRICO y el emocionante discurso de Esteban Ocampo.



La Agrupación "Escuadrón de Caballería Histórica" fue creada al efecto de rendir homenaje a esos hombres que, montados en sus files corceles, cargaron siempre por la Gloria de nuestra Patria.

Mediante el uso de uniformes, banderas y armas traídas del pasado, recrea esos momentos de gloria de aquellos paisanos convertidos en soldados; porque la pasión por la historia, sus personajes y hechos que marcaron a esta tierra los lleva a recordarlos de esa manera.

Integrado por civiles de distintas edades, el grupo tiene como objetivo recrear la historia de nuestro país, sin ninguna connotación política o ideológica, tratando en todo momento de mostrar en los eventos su más fiel representación.



Y es así como un puñado de ciudadanos, por propia iniciativa, rindió homenaje en 2019 al Capitán Domingo Fidel Sarmiento, caído en combate en la Batalla de Curupaytí el 22 de Setiembre de 1866. Tenía razón cuando dijo que morir por la Patria es vivir por siempre. Más auténtico no se consigue.


¡VIVA LA PATRIA!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López.  


sábado, 21 de septiembre de 2019

DOS FLORES POR LOS GUERREROS DEL PARAGUAY


Se cumple un nuevo aniversario de la Batalla de Curupaytí, 22 de Septiembre de 1866, durante la Guerra del Paraguay. Allí cayó el bravo Capitán Domingo Fidel Sarmiento, el mismo día en que escribiera a su madre una carta en la que decía que morir por la Patria es vivir por siempre.

Asalto de la 3ra columna argentina a Curupaytí, de Cándido López. 1893. Museo Nacional de Bellas Artes.
Te invito a pasar el domingo por el cementerio de la Recoleta y dejar dos flores, una en la tumba del Capitán Sarmiento y la otra en el Panteón de los Guerreros del Paraguay.

Lo que te propongo no es un homenaje público, un acto, discursos. Nada de eso. Se trata de algo íntimo, personal, entre cada uno de nosotros y la historia, porque al esplendor alcanzado por la Generación del 80, lo precedió el entendimiento de la Patria como algo tan trascendente que, cual dijera el Capitán Domingo Fidel Sarmiento, morir por ella es vivir por siempre.


Te propongo, conservar el romanticismo y recordar para emular a la Generación que nos hizo grandes.

Leandro Alem, combatiente en la Guerra del Paraguay.

Los hombres de la generación del 80 fueron los jóvenes que combatieron en la Guerra del Paraguay, soldados profesionales como Julio Argentino Roca, soldados voluntarios como Leandro Alem, unidos por la misma convicción patriótica sintetizada por el bravo Martín Viñales que, tras ser herido en Curupaytí, dijo al saber que le amputarían un brazo: “Poca cosa, la Patria merece más”.

Hicieron un gran país; y las odiosas comparaciones me ahorran largos párrafos.

Capitán Domingo Fidel Sarmiento. 

¡Patria y Libertad!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López

lunes, 9 de septiembre de 2019

UNA SALIDA DIGNA PARA MAURICIO MACRI



La catarsis emotiva como acto político no alcanza para modificar lo que el escenario proyecta luego de las PASO.

Ni Mauricio Macri ni María Eugenia Vidal, emocionados con sus respectivas plazas colmadas de suplicantes, han recuperado chances de ser reelectos. 

Y nada indica que puedan recuperar competividad electoral. 

Tampoco mejoran las chances del resto de los candidatos cambiemitas por despegarse de Macri. Porque Macri es ahora el único actor que puede modificar el escenario político, el único con capacidad de maniobra para ocasionar un cimbronazo que cambie todo. No hay, entonces, "sálvese quien pueda", ese barco depende del hombre al timón.


Cristina Fernández compartió ese mismo poder y ya lo usó. Jugó bien su carta aprovechando esa misma capacidad, con la astucia de fingir humildad para esconderse detrás de Alberto Fernández y usarlo como mascarón de proa para el caballo de troya kirchnerista, que viene cargado de camporistas y comunistas. 

Si ese presente griego atraviesa los muros de la Casa Rosada, no desembarcarán con sutilezas sino que irán por todo desde el primer día, con un objetivo de máxima que es derogar la Constitución Nacional. 

Y digo derogar porque no piensan reformas sino cambiarla por completo. 

Macri no puede ganar, pero puede darse una salida digna salvando a la República, tal vez también a Vidal, y hasta conservar relevancia como líder político si resignase su candidatura a favor de Roberto Lavagna. Pero ese gesto requiere autocrítica, visión y grandeza, tres cosas que hasta ahora no demostró tener. 

Sé que a muchos no les gusta la idea, pero no tienen otra mejor. Macri insistiendo es un callejón sin salida, para la República y para su propia relevancia política. Sin lograr que Fernández pierda votantes no hay forma de impedir que llegue a la Presidencia. 

La cuestión aquí no es lo que nos gustaría, el punto es simple: el único candidato que puesto en posición expectante puede arrebatarle votos a Fernández, y por eso ganarle, es Lavagna. 

A mi me encantaría que fuera Juan José Gómez Centurión, pero es Lavagna. Y cualquier otro enroque que no sea Macri por Lavagna no modifica el resultado previsto. 

En el primer debate presidencial, que es el domingo 13 de Octubre Macri tiene el marco ideal para patear el tablero y hacer la heroica, la del renunciamiento por la República. Pero no creo que lo haga, y por eso la va a pasar muy mal en el debate. Tiene todas las de perder.

La supuesta moderación de Alberto Fernández es, como el mismo Alberto, completamente decorativa. Podría rebelarse, sí. Pero hasta ahora no evidencia la fortaleza para hacerlo.

Ante los hechos tal como se presentan conviene concientizar desde ahora en la necesidad de sostener la última línea de defensa de la República, que es el tercio más uno que se requiere del Congreso para impedir el manoseo de la Constitución Nacional.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López.

¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
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