Miguel Savage, Soldado Clase 1962, VGM. |
Miguel Savage combatió en la Guerra de Malvinas, como soldado del Regimiento 7 de Infantería Mecanizada de La Plata con despliegue en Monte Longdon. Merece mi respeto y gratitud por ello. Se lo conoce públicamente por la "historia del pulóver", un suéter que durante el conflicto tomó para abrigarse de una casa kelper y que devolvió años después, en un viaje a las islas.
El testimonio de todo combatiente tiene valor histórico como vivencia personal, porque refiere en cada momento de su cronología la subjetividad de lo ocurrido en un punto determinado del conflicto. Para entender la complejidad de la Guerra de Malvinas es necesario escuchar la mayor cantidad de testimonios posibles. No sienten ni piensan de la misma manera todos los que estuvieron en combate. Savage prefiere presentarse como un "sobreviviente", lo que implica una definición, otros soldados se siguen viendo a sí mismos como "soldados" o "combatientes", lo que importa otra visión. Mientras Savage dice no poder perdonar a sus oficiales, a los duros infantes del Quinto de Marina los enorgullece haber servido a órdenes del Comandante Robacio, y en el Ejército los Bravos del 25 conservan lazos de estrecha camaradería con quienes fueron sus oficiales. Distintas vivencias, distintas emociones, distintos pensamientos.
La Guerra de Malvinas, como cualquier guerra, sirvió para que aflorase lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. Pretender que todos los argentinos estuvieron a la altura heroica del Teniente Roberto Estévez sería caer en un patrioterismo absurdo, tan nefasto como suponer que la Guerra de Malvinas fue un desastre generalizado de chicos estaqueados y finalmente liberados del maltrato por el buen invasor inglés. La realidad abarca una enorme cantidad de matices entre los contrastes de los extremos.
El kirchnerismo, un fraude en sí mismo, enarbolando con manos corruptas la bandera de los derechos humanos fomenta la línea antimilitar que pretende reemplazar el orgullo de los que fueron soldados por la lástima mendigante, porque el negocio de los derechos humanos funciona con víctimas, no con combatientes. Al combatiente se lo honra, a la víctima se la indemniza.
La cuestión es que el sábado 07 de Junio de 2014 Miguel Savage dio una charla en Tecnópolis, la feria circense en que los cartones pintados del relato kirchnerista arman la ilusión de una Argentina potencia, refundada por Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Muy curiosamente el público, alrededor de mil cien personas jóvenes, surgió de un casting organizado por Scouting Argentina:
Hagamos cuentas: 1.100 extras por 300$ son 330.000 pesos. Desconozco el monto total de los fondos requeridos por esa producción y si son de origen privado o estatal, pero en el escenario acompañaba la exposición de Miguel Savage el logo del PLAN PROGRESAR, lo que sumado al predio oficial hace suponer otra puesta en escena del aparato de propaganda y control social del kirchnerismo.
Algunos jóvenes lectores de este blog estuvieron allí presentes y me relataron lo ocurrido. Se trató de la filmación de una charla de Miguel Savage, en la que reiteró conceptos que hacen a la habitualidad de sus presentaciones, lo que él mismo define como "charlas motivacionales en variados ámbitos, contagiando mi alegría de vivir, los aprendizajes y la resiliencia". Miguel Savage le dijo en Tecnópolis al millar de extras que tenían la buena suerte de vivir bajo un gobierno kirchnerista.
No opino igual: creo que el kirchnerismo, esencialmente corrupto, es una desgracia nacional.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
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