Que Oscar Parrilli haya sido el jefe de la AFI, por lo tanto cabeza del Sistema de Inteligencia Nacional, es una de esas vergüenzas que, por sí solas, explican el grado de daño que el kirchnerismo le hizo a las instituciones, la cultura y el intelecto de los argentinos.
No voy a repetir aquí todo lo que se ha hecho público sobre Oscar Parrilli, por demás elocuente para describirlo en su persona que poco importa, y funcionalmente; es otra cosa lo que motiva estas breves líneas.
Sin ser un fundamentalista del idioma, pues todos usamos a veces expresiones sin reflexionar sobre su real contenido, rechazo que se utilice la expresión "payaso" pretendiendo que sirva de insulto o como sinónimo de inútil. Por eso no me gustó que Jaime Stiuso haya llamado "payaso" a Parrilli, porque francamente no creo que ningún payaso merezca ser comparado con eso. Para peor, la poca originalidad de Parrilli lo llevó a repetir el pretendido insulto en su intento por atacar al Fiscal Germán Moldes.
No admito que "payaso" sea un término que sirva para denostar a nadie. Más aún, hasta cuando recibía amenazas de muerte que incluían el "payaso" como insulto, me sentía halagado por ser llamado de esa manera. Saben los lectores de La Pluma de la Derecha, que siempre llevo conmigo una nariz de payaso. (Ver nota: "HOY ME COMPRÉ UNA NARIZ DE PAYASO")
Los payasos nos hacen mejores personas. Nos enseñan a afrontar las dificultades con una sonrisa, a reírnos de nosotros mismos, a no ponernos tan serios que perdamos la perspectiva sobre el sentido de la vida.
Ser payaso no es fácil, requiere talento y no cualquiera puede serlo. Los buenos payasos entienden la naturaleza humana igual o mejor que un filósofo, saben anticipar las reacciones del público, conocen que ocultar y que mostrar en el momento exacto para hacerlo.
No, payaso no puede ser un insulto. Inservible, sí lo es. Más aún, jamás cuestionaría por su sola condición en el caso que un Payaso llegara, alguna vez, a ser el jefe de nuestros servicios de Inteligencia. Los circos y los payasos tienen una larga, muy larga, tradición de espionaje.Ni la nariz ni el maquillaje son casualidad.
Sonrío cada vez que pienso en José Marrone, Jerry Lewis o Firulete. Y les doy gracias de todo lo bueno que hicieron por mi alma. Nuestras almas.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.
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