lunes, 7 de abril de 2025

Es verdad aunque Usted no lo crea: LA PLUMA DE LA DERECHA EN DEFENSA DE LA ZURDA



Las convicciones liberales, para ser tales y no una parodia, exigen ser correspondidas con conductas principistas que rechacen tanto la comodidad como la cobardía de sólo esgrimirlas en defensa propia como si la Libertad fuera una mera conveniencia por la que bregar en favor nuestro negándosela a los otros. 

La frase: "Desapruebo lo que dices, pero defenderé a muerte tu derecho a decirlo", con la que Evelyn Beatrice Hall procuró resaltar el pensamiento de su biografíado Voltaire en "Los amigos de Voltaire", es un hito en la frontera moral que separa al liberalismo del totalitarismo.

Pretendiendo ser más exacto, yo me atrevo a completar esa frase con un añadido: "Desapruebo lo que dices, pero defenderé a muerte tu derecho a decirlo como mi propio derecho a rebatirlo". 

Sostengo que la libertad de expresión exige tolerancia, pero siendo una cuestión tan simple como complicada, que no acepta la censura previa, ni la persecución penal por las opiniones políticas, tampoco consiste (ni remotamente) en aceptar que lo que cualquiera diga deba ser tomado por los demás como verdadero e irrefutable, ni siquiera como respetable (no todas las opiniones son respetables). Luego está siempre claro que la tolerancia tiene por límite lo intolerable, razón por la cual no significa la libertad de expresión que deban ser impunes ofensas como la injuria y la calumnia o aquellos engaños que se dicen o publican como parte de alguna maquinación propia de las estafas. 

De mi Pluma es este poema titulado "Por ser libre", surgido luego del atentado terrorista contra la redacción de Charlie Hebdo en París:


POR SER LIBRE

Yo tengo en claro, por ser libre,
que la libertad de expresión es tan sagrada.
como ineludible la responsabilidad por lo expresado.

Yo tengo en claro, por ser libre,
que toda verdad y razón queda en la nada
cuando la risible afectación de la deidad es lo vengado.

Yo tengo en claro, por ser libre,
que la tempestad proyectó la llamarada
del fuego visible en el terror sin salvedad de un dios lisiado.

Yo tengo en claro, por ser libre,
que la criminal vocación de la manada
será susceptible de la acción y la crueldad de ser soldado.

Aquel atentado mostró la desmesurada imbecilidad de quienes proclamando creer en Dios todopoderoso, contradicen esa supuesta creencia que dicen profesar atribuyéndose el poder de tomar venganza en su nombre. Como si un dios todopoderoso necesitara de manos humanas para imponer sus designios.

Esa estupidez de asumir un dios lisiado, lo absurdo de la sangrienta "venganza", es una de las tantas formas violentas en que el oscurantismo totalitario busca eliminar libertades; pero no la única. Registra también otras formas en apariencia amables, al utilizar en su beneficio las normas de sociedades libres para el mismo propósito subversivo. Por caso así ocurre en Argentina cuando, en la falacia argumental de "defender la democracia", se reclaman leyes que impongan condenas penales por "negacionistas" a quienes no aceptamos repetir las mentiras sobre los años de plomo que el kirchnerismo y la izquierda intentaron imponer como verdades dogmáticas, con la siempre complicidad funcional e idiota de los progres.

Quienes propugnan sancionar tipos penales a efectos de cerrar debates públicos imponiendo tabúes y de hecho estableciendo a su respecto censuras previas, temen a la verdad. 

Temer a la verdad es una característica común a todos los enemigos de la Libertad. Y la razón es simple: se basan en mentiras. Saben que mienten y la Libertad los deja expuestos.

Por el contrario, quienes no tememos a la verdad no pretendemos leyes que sancionen opiniones políticas por ser mentiras. Pues llegado el caso estamos prestos a rebatirlas. Y alguien podría decir que la sociedad debe protegerse de los políticos que mienten, y ahí es cuando deben pesar los principios, porque creer en la Libertad significa también creer en la responsabilidad cívica como fortaleza de la República y la democracia. Las mentiras de los políticos no se previenen con leyes en las que esos mismos políticos determinen quien miente y quien no, se previenen con civismo. Sólo desde el civismo se pueden alcanzar virtudes cívicas.

Nuestra amada Patria en la búsqueda de la virtud necesita despojarse de miedos para transitar el largo y difícil camino de la reconstrucción cívica, sin andadores proteccionistas que consolidan la incapacidad, corriendo en ello todos los riesgos que acarrea la Libertad. Entonces, tal como ser adulto significa ser responsable de sí mismo, cada tropiezo podrá ser un aprendizaje y no una excusa. 

Por ser libre y fiel a la Libertad, me toca en ocasiones bregar en defensa de la libertad de mis opuestos. Este es el caso tras leer en portales de noticias que juez federal Daniel Rafecas, un prevaricador que hace rato debió ser destituido, procesó a la diputada nacional Vanina Biasi (del FITU-PO) por violación a la ley antidiscriminatoria 23.592 en mensajes por X (Twitter) equiparando al Estado de Israel con el régimen nazi, y atribuyendo a ese Estado democrático el rol de genocida comparando el conflicto armado en esa región con el Holocausto.

A mis lectores habituales no necesito explicarles lo que aclaro aquí para la eventualidad de lectores desprevenidos: el bloque de izquierda en el que revista la diputada Biasi me parece un rejunte de inservibles apátridas que utilizan las libertades democráticas en perjuicio de la República y la democracia con la finalidad de establecer su dictadura totalitaria

Ahora bien, más allá de mi desprecio por la diputada Biasi, las opiniones por las que el seudo juez Rafecas la procesa son opiniones políticas a las que considero no punibles. Tiene derecho a decirlo sin ser perseguida por ello, como todos quienes así lo quieran tienen el derecho a refutarla. 

Téngase presente que la diputada Viasi es una de las que miente 30.000 desaparecidos y se la pasa hablando de los "genocidas" de un genocidio inexistente en Argentina. 

En tal sentido es interesante el endeble argumento con que Rafecas funda el procesamiento de Biasi: “El derecho a la libertad de expresión no es absoluto, ya que puede ser legítimamente limitado cuando entra en conflicto con otros derechos fundamentales. En este sentido, las manifestaciones que fomentan el odio, la violencia o la discriminación pueden quedar fuera de su amparo, pues atentan contra los valores democráticos y los derechos de terceros”.

En razón de ello surge una contradicción paradojal, ya que con los mismos endebles argumentos por los que Rafecas considera discurso de odio las expresiones de Biasi alusivas a Israel, debiera considerar discurso de odio las expresiones de Biasi en relación a sobredimensionar números trágicos para atribuir a la Argentina un genocidio inexistente. ¿O acaso no es un discurso de odio proclamar que los militares argentinos son genocidas como los nazis? ¿Y no es una banalización del Holocausto poner en el mismo lugar de víctimas que eran asesinadas en función de ser judíos con terroristas castristas aniquilados en función de lo que hacían?

Claramente atribuir a los militares argentinos ser genocidas es un discurso de odio antiargentino con banalización de verdaderos genocidios, pero ante ello Rafecas, parte del prevaricato sistematizado por el que se condena inconstitucionalmente a los vencedores del terrorismo castrista, nada habrá de decir. 

Como ya he manifestado en varias publicaciones, corresponde señalar que no siempre es posible combatir al terrorismo de manera incruenta para la sociedad civil, razón por la cual esos que como Biasi atacan a Israel por el modo en que ha respondido y responde a la violencia terrorista de Hamas deberían tener, al menos, la decencia de elogiar el modo quirúrgico y de muy bajo porcentaje de daño colateral con que Argentina combatió al terrorismo castrista en los años de plomo. 

Seguramente la diputada Vanina Biasi estará contenta con su procesamiento, por dos razones. La primera es que con ello se magnifican sus declaraciones y se le da tribuna más allá del mínimo de apátridas que la han votado. La segunda es que de manera ostensible Rafecas convalida que en la sociedad deben imponerse tabúes, cercos de censura alrededor de opiniones que no deben ser toleradas, algo que siempre impone la izquierda cuando llega al poder.

Los discursos de odio no tienen mayor trascendencia que exhibir la verdadera cara de quienes los producen. El problema no se soluciona a fuerza de censuras ni castigos penales, es un mal que se controla y reduce desde la acción política elevando la valoración de la Patria como garante de Libertad, República y democracia. Una identidad nacional fuerte es el mejor antídoto contra el odio, porque el patriota ama e intenta no odiar. 

Como epílogo de este artículo, sabrán reflexionar que más allá del llamativo título La Pluma de la Derecha nunca escribe en defensa de la izquierda, escribe siempre en defensa de la Libertad.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.


sábado, 5 de abril de 2025

NOSOTROS, LOS TANOS PASMAN DE MILEI


Apoyar al gobierno del Presidente Javier Milei es como ver una película y simpatizar con el protagonista, sos un espectador, querés que alcance el triunfo, pero lo ves cometer errores sin poder ayudarlo en nada porque obviamente le hablás a la pantalla y por mucho que grites no vas a modificar su guión.

Cuando hice ese comentario en Twitter, Marcos Avella sintetizo la imagen y el sentimiento con un comentario clarificador: "Uno es el tano Pasman frente al tv 😁". 




Somos exactamente eso: los tanos Pasman de Milei. ¿Quiénes? Pues los que apoyamos al gobierno por principios éticos y convicciones políticas que preceden por mucho al propio Milei. Los que no vamos a convertirnos en esos fanáticos que aplauden todo a su alrededor porque no tenemos vocación de focas, como han abundado en los gobiernos anteriores y también en este. Los que recordamos a diario que las consignas de la campaña, principiando por aquella de "Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre", no estaban equivocadas. Los que conocemos y entendemos la realidad argentina para saber que hacer un buen gobierno es equivalente a capturar una colina en poder del enemigo, cuesta arriba y enlodada. Los que nunca dijimos que iba a ser fácil y por eso mismo no esperamos resultados mágicos ni curitas milagrosas tras 20 años de régimen kirchnerista causando daño. Los que no degradamos la lealtad a obsecuencia.

El rechazo de los pliegos de Lijo y García Mansilla para la Corte Suprema de Justicia de la Nación revela, como en situaciones anteriores que sería largo enumerar aquí, errores no forzados que bien pudieron evitarse. Y en este caso en particular con abundancia de advertencias que fueron desestimadas por el Presidente, que al fin y al cabo es quien elige su entorno y único responsable por las decisiones que surgen de ese círculo íntimo de apariencia blindada.

Me río leyendo ahora a los que tras el rechazo de esos pliegos argumentan, cual si de un descubrimiento inesperado se tratara, que "el Senado es el refugio de la casta". Me río porque quienes dicen eso han olvidado lo que sabíamos machacar en la campaña; todas las instituciones fueron coptadas y se conviertieron en refugio de la casta, principiando por el Poder Judicial devenido Poder Prevaricador. Y una vez más (y todas las que sean necesarias) reitero: Ningún país con mayoría de jueces honorables, probos y eficientes, alcanza el grado de daño institucional, degradación cultural, quebranto material y hasta miseria intelectual como la que exhibe hace años nuestra amada Patria. 

Y siendo que el prevaricador Ariel Lijo es de lo peorcito de la casta judicial, vuelvo a reír cuando la ministro Patricia Bullrich, haciendo de la obsecuencia un culto, llama "golpe parlamentario" a tener una votación adversa en el Senado (donde por definición se aprueba o rechaza), no sólo dice una estupidez insostenible desde lo normativo institucional sino que patalea de modo inaceptable contra el normal funcionamiento del Poder Legislativo como si no supiera la clase de trastes que ocupan esas bancas. 

Ningún político puede jugar a desconocer que la política está viciada de una corrupción de complicidades estrechas para que el sistema republicano no sea más que un decorado endeble. Más aún, ningún ciudadano lo ignora y por eso sabemos que nos toman de idiotas cuando se rasgan las vestiduras por lo mismo que han corrompido.

Los ejemplos abundan. Hace unos 15 años el Congreso deroga de facto el Art. 86 de la Constitución Nacional al mantener inutilizado por acefalía al Defensor del Pueblo de la Nación. Sólo unos pocos lo tenemos presente y entre los jueces ninguno.

¿De verdad hay quienes se sorprenden porque el Senado demoraba pliegos para la CSJN y rechazó estos dos?

El Presidente Milei eligió una estrategia directa, el decreto, para nutrir la CSJN. Fue un error porque pronunció su consabida debilidad en las cámaras como ha quedado expuesto. Y otro error fue nominar al prevaricador Lijo, algo que repudiamos buena parte de sus votantes.

Debió usar una estrategia indirecta, por ejemplo poner en agenda solucionar la acefalía del Defesor del Pueblo de la Nación y hacer campaña de acción política para exponer con ello los muchos incumplimientos del Congreso.

La presión ciudadana, de opinión pública y de organismos intermedios debía ir toda sobre el Congreso, no sobre el Presidente; al que hay que cuidar como al Rey en el ajedrez y mantenerle la tropa unida.

Y para no hacer largo el texto, cierro: si el estratega del gobierno va a seguir siendo Santiago Caputo los fracasos van a hilvanar un pesado collar en el cuello del Presidente.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.






¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
Ariel Corbat