Setiembre, aciago mes a la sombra de Octubre, va poniendo a prueba el golpeado ánimo de los que desde el llano somos opositores al kirchnerismo. Mientras el oficialismo hace su juego y sobre el falseamiento de la historia Cristina Fernández pretende mostrarse -entre humo, luces coloridas, una biblioteca de cartón, fuegos artificiales y los números circenses de Tecnópolis- como una estadista que gobierna vislumbrando el futuro, las fuerzas de la oposición se repliegan en desorden, confusas, atontadas, sin entender de las primarias de Agosto otra cosa más allá de la obvia derrota. Sus candidatos, y en especial Eduardo Duhalde –al que porque le doy mi apoyo dirijo esta crítica- no ven el planteo de la hora y consecuentemente no asumen el desafío, solamente se desbandan dando estériles gritos; gritos de ahogados que ningún votante escucha en la inmensidad gélida de la mar océana, allá, chapoteando entre las olas indiferentes de la lejanía.
Es necesario hacer una autocrítica severa para replantear la campaña electoral con audacia e imaginación. Creatividad para no morir dando discursos de berrinches perdidosos.Yo hice mi propuesta sobre lo que debería hacerse. No digo que sea el único camino para remontar este desastre, pero en cualquier caso es mejor que el camino del suicidio político que Duhalde parece haber elegido. Y no, Duhalde, así no es.
No está entendiendo. Significa que estamos mal y vamos peor.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
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