El principal problema de la Seguridad en Argentina es que no se cumple con la Constitución Nacional.
En ese contexto Rosario evidencia la esencia cultural del problema.
Y este mural adoctrinante grafica la subversión cultural comunista que victimiza a la delincuencia.
El daño institucional, la degradación cultural y la miseria intelectual del país se profundizan de forma constante desde la implantación del régimen K.
Porque para la compulsión de Néstor Kirchner por las cajas fuertes se requería el manto de un relato.
Y ese relato fue construido a partir de la mentira de los 30.000 desaparecidos romantizando a los terroristas castristas, primero como víctimas y luego como modelo.
Cuando una Nación se apena por haberse defendido de sus enemigos pierde su voluntad de ser y prevalecer.
El proyecto totalitario de corrupción estructural que desde Cuba se impone a la Argentina a través del kirchnerismo hace al mismo plan de dominación que padece Venezuela.
Confundir e idiotizarnos resultó para la dictadura cubana más sencillo y efectivo que bombas y guerrillas.
Terminar de quebrar la voluntad de la Nación Argentina exige profundizar la subversión cultural en todo extremo; borrar la moral y la idea misma de la decencia desde la niñez, adoctrinamiento mediante.
Desde 2003 hacen uso faccioso de los recursos del Estado para ese fin.
Desde Laclau entienden los comunistas que una sociedad culposa, que se apiada de terroristas y delincuentes, se torna conflictuada y vulnerable.
Por eso la concejal comunista Nórma López quiere chicos que teman a la policía y que se pongan la otra gorra: la de la delincuencia.
