Una argentina, Juana Martínez madre de la actriz Natalia Streignard, fue arrestada en un allanamiento realizado por agentes de inteligencia del régimen chavista; y liberada horas después. No se conoce aún que la Cancillería Argentina, vergonzosamente alineada con Cuba y Venezuela, haya reaccionado ante este hecho reclamando por la integridad de nuestra compatriota.
No obstante, fuentes de La Pluma de la Derecha en Venezuela indican que la Embajada Argentina en Caracas, a cargo del Ing. Carlos Alberto Cheppi, a pesar de su identificación kirchnerista venía brindando cierta protección a los argentinos expuestos a los abusos del chavismo, por lo que sería de suponer que alguna gestión diplomática en favor de Martínez pudo existir. Desde la incómoda reserva que impone tratar con los aliados que se elige el gobierno.
Ocurre esto en momentos en que el régimen chavista ha decidido ajustar sus tuercas en otra vuelta de radicalización. Acuciado por el desmadre de su economía, el régimen necesita conspiradores. Dos hechos indican el paso franco hacia una dictadura a imagen y semejanza de Cuba: el arbitrario despojar de su condición de parlamentaria a la Diputada María Corina Machado, y el anuncio de Nicolás Maduro respecto a la detención, acusados de formar parte de una conspiración golpista, de "tres generales que veníamos investigando gracias a la poderosa moral de nuestra fuerza armada bolivariana" y que actuaban vinculados a sectores de la oposición. La moral que alude Maduro, es la de los alcahuetes.
En todo sistema totalitario las paranoias sirven de excusa para escalar posiciones mediante purgas. Sin importar que los cargos sean fundados o no, las delaciones brindan la oportunidad de eliminar indeseables, recortar mayores libertades, infundir miedo y tirar de la rienda. Razones de seguridad que se justifican, siempre, con la existencia de un Snowball, aquel cerdito disidente de "Rebelión en la granja" al que se atribuía participación en cuanta conspiración inventaba la camarilla de cerdos gobernantes; para terror del resto de los animales. Claro que como la realidad venezolana está más cerca de "1984", en vez de Snowball deberíamos citar a Emmanuel Goldstein.
En ese oscuro contexto orwelliano, el régimen chavista mantuvo prisionera a una mujer de nacionalidad argentina. Hay otra mujer, también argentina, que sin salir de su país corre el riesgo de quedar más prisionera que aquella. Quedar pegada, es la expresión que le cabe.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López