jueves, 26 de junio de 2008

HOY ME COMPRÉ UNA NARIZ DE PAYASO

Hoy me compré una nariz de payaso.

Otrora la infancia, las únicas narices de yosapa eran semiesferas plásticas sujetadas con amenazante bandita elástica que colocarse alrededor de la cabeza y por encima de las orejas. Ciertamente no había entonces tanto cotillón, aunque todavía se usan. La fuerza de la tradición, supongo. Ahora la oferta es mayor y la variedad de narizotas incluye diversidad de colores, modelos y tamaños. Frente al nariguerío exhibido sobre el mostrador opté por una de esponja que aunque clásica, roja y redondeada, no requiere de ninguna gomita para sostenerse. Los cuatro pesos del precio pudieron parecerme mucho, -soy tacaño, a veces miserable-, pero en cuanto engalané con ella el mío naso me di cuenta que incluso pagando cuarenta sería dinero bien invertido. En cualquier caso, una ganga.

Apenas me vi en el espejo abrí los ojos con expresión de asombro. Ensayé algunas morisquetas y, con mis ojazos verdes pegando una mirada tipo azul profundo de Derek Zoolander, me pareció asombroso que un tipo apuesto –soy bien parecido, a veces presumido- pueda tener tanta cara de payaso.

Flasheado de recuerdos volví a escuchar aquellos redobles rimbombantes de “Había una vez… un circo…” cuando la madre de un amigo llevó media barriada al cine para ver la película de Gaby, Fofó y Miliki, la misma emoción de cuando Papá me alzó con sus brazos para subirme al escenario en la Carpa de Marrone y junto al inefable Pepitito participé de aquella rutina legendaria “me saco el saco, me pongo el pongo”. ¿Se acuerdan esa película en que Jerry Lewis era un payaso obsesionado con hacer reír a un niño triste? No siempre es fácil hacer reír. Ah, el Circo. ¡Qué gran cosa el Circo! Añoro esa felicidad de ir al Circo. Ocupar una silla sobre el piso raso, en las primeras filas alrededor de la pista de cualquier troupe itinerante para reírse a carcajadas con los elementales cachetazos y el balde de papel picado. Desde el “¿Qué pachoooó?” de Firulete a Cañito, pasando por el “salta violeta” de Carlitos Scazziota hasta los gritos mañaneros de Malaonda, la sola figura del Payaso construye mágicamente un circo entero a su alrededor. Algo que supo expresar Horacio Ferrer –cuando no el Maestro- en “Soy un circo”, que si lo canta Rubén Juárez proyecta en mi cabeza un video completo.

Así, evocando esas sonrisas que tanto bien hacen al alma, hoy me compré una nariz de payaso. Improvisando hice reír a mis hijos, a los amigos, a los que quiero. Alguien preguntó qué me llevó a comprar nariz de Payaso. Le contesté que hace rato siento estar perdido en medio de un enorme Circo. Un Circo al que no me gusta ir y que de prepo me envuelve. Por un instante su sonrisa se hizo mueca. –Soy cáustico, a veces sutil-. Vivimos en el más grande circo de pulgas de todo el mundo: “¡Vengan y vean! ¡Qué suceso! ¡Qué suceso! En el grande circo nacional el grotesco no tiene límites… ¡Pasen y vean! La más grande de las tormentas en un vaso con agua…”.

Por eso, que puede ser bronca, hartazgo, frustración, más una sarta de malas palabras (no necesariamente las malas palabras) que ni Fontanarrosa se atrevería a redimir, es que hoy me compré mi nariz de payaso. Para construir un circo pequeñito, en el que al menos ríen los que quiero.

Ariel Corbat
La Pluma de la Derecha

jueves, 12 de junio de 2008

A CUALQUIERA SE LE ZAFA LA CADENA.

En tiempos de incertidumbre donde los ánimos tienden a estar crispados resulta comprensible que a cualquiera de nosotros se nos pueda zafar la cadena, y ni el más prevenido de los ciclistas queda al margen de sufrir ese percance.

Lo importante, en todo caso, es que frente al hecho consumado se logre la debida racionalidad y hombría de bien para bajarse de la bicicleta volviendo a poner la cadena en su lugar. Así lo ha hecho el Licenciado Jorge Salvador Zappino, cuya retractación y disculpas he recibido por mail. Las acepto dando por finalizado el incidente.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.



miércoles, 11 de junio de 2008

LAS AMENAZAS DEL LICENCIADO ZAPPINO

La principales virtudes de internet son comunicar y permitir la libre expresión. Por supuesto, siempre ocurre, hay quienes ven con malos ojos cualquier herramienta que permita al común de los ciudadanos manifestarse libremente. No en vano tanto China como Cuba restringen a sus pueblos el acceso a la red.

Por estas latitudes ha dicho José Pablo Feinmann que "cualquier pelotudo tiene un blog", lo cual revela un pensamiento ciertamente chato pero sin embargo realista. Y es verdad, yo soy la mejor demostración de ello. El punto es que éste pelotudo, como cualquier otro, tiene el derecho de serlo y de escribirlo en su blog (ya que no todos logramos acceder más allá del mostrador de las editoriales o tenemos la suerte de ganar un concurso literario como Ricardito Piglia).

El afán de comunicar lo que escribimos nos impulsa a difundir en la búsqueda de ese otro que interesándose en conocer nuestras ideas quiera acompañarnos con la crítica para brindarnos su aprobación o rechazo. Somos, los pelotudos de la blogósfera, una suerte de vengadores de los que no son llamados a opinar, porque opinamos sin que nadie nos lo pida y además pedimos a los demás que también opinen.

Así vamos llenando entradas y cada tanto lanzamos masivos mail en la búsqueda de nuestros potenciales lectores. El envío de mail a desconocidos es un recurso lícito para tantear la posibilidad de eventuales afinidades y recabar impresiones acerca de nuestros escritos.

El recurso del mail me ha dado a mí grandes satisfacciones en el número y calidad de las respuestas obtenidas. En especial la anterior entrada de mi blog titulada "UNA LETRA SOBRE EL CHE GUEVARA, DEDICADA A BERNARDO NEUSTADT", que tal como me ha hecho notar Sabrina Dembrillo acaso haya sido el último homenaje que se le tributara en vida al reconocido periodista.

Analizando los mails que me enviaron los lectores del blog (mayoritariamente afines a mis ideas) y los que recibí en respuesta de los enviados por mí (donde sus ideas suelen ser incógnitas a revelar), llego a la sorprendente conclusión que la personalidad del Che Guevara resultó mucho menos polémica que la de Neustadt. Fueron más los mail recibidos haciendo eje en la figura de Neustadt que en la del Che. La segunda conclusión es que las diferencias son un buen punto de partida para entablar enriquecedores diálogos, por supuesto agradezco y doy la bienvenida a las felicitaciones, pero en los puntos de disenso es donde se funda el intercambio más productivo.

No sólo por política, sino también por Tango y literatura, he dado muchas veces el paso de ir a tomar un café con gente conocida por correo electrónico, al sólo efecto de intercambiar ideas, siempre con gratos resultados. Claro que no todo el mundo vive en el respeto por los demás, hay desde luego quienes confunden convicción con agravio y firmeza con violencia.

Ese parece ser el caso de Jorge Salvador Zappino, quien pese a haber egresado en 1992 de la Universidad de Buenos Aires con el título de Licenciado en Ciencias Políticas y ostentar una Maestría en Historia Económica y de las Políticas Económicas, parece no tener en claro las diferencias abismales entre un liberal y un fascista.

Desde luego hay un uso vulgar de la palabra fascista que en boca de un izquierdista significa "cualquier cosa a mi derecha", vale decir algo así como el 90% del mundo. Si sólo fuera por los agravios (recibo muchos) no me molestaría en escribir sobre Zappino. Lo que no puedo dejar pasar por alto son las amenazas. Aquí la cronología de los hechos:

El 07 de Junio en respuesta al envío de un mail con la entrada en cuestión, recibí desde la casilla jorge.zappino@fibertel.com.ar este mail con la fina prosa del Licenciado Zappino:

"POR QUE NO TE VAS A LA CONCHA DE TU REPUTA MADRE... FASCISTA REPUGNANTE...Y TE ACLARO ALGO, MEJOR BORRA MI DIRECCION DE CORREO DE TU AGENDA, PORQUE VOY A IR A BUSCARTE (SE DONDE VIVIS) Y TE VAS A ARREPENTIR DE HABER NACIDO, MAL PARIDO HIJO DE PUTA. JORGE ZAPPINO".

Me tomé un tiempo para meditar el asunto y el 10 de Junio le envié el siguiente mail con el título "Me debés una disculpa":

"Estimado Jorge Salvador: Me debés una disculpa. Los agravios y las amenazas no son de buena gente. Me alegra alborotar las pasiones cuando escribo, estoy acostumbrado a recibir enfervorizadas felicitaciones tanto como viscerales desaprobaciones. Ambas cosas me estimulan. Hay tipos que tienen una admirable capacidad para derrochar clase en la crítica, por caso el que desde las antípodas de mi pensamiento escribió: "Si vos sos la pluma de la derecha nos quedamos tranquilos, je-je". ¿Aprecías la ironía? Una demostración de talento para ser tan hiriente como elegante. Un caballero, alguien con quien puedo jactarme de rivalizar. Pero lo tuyo, no sólo no tiene clase sino que intenta meter miedo. Mal. Muy mal. Aquí debajo podés leer el mensaje que me enviaste. Te invito a recapacitar. Es muy pobre hasta para insulto, un Licenciado en Ciencias Políticas egresado de la UBA necesariamente debe tener mejores recursos que la bravata del patotero. Cordialmente, Ariel Corbat La Pluma de la Derecha".

Añadí debajo sus palabras, por las dudas que hubieran sido escritas durante algún arrebato y no las recordara. Pero como no contestó volví a enviarle el mail el 11 de Junio esta vez titulándolo "Reitero: me debés una disculpa". El Licenciado Zappino respondió inmediatamente, con estos términos:

"No te confundas: puedo discutir con un adversario político, y en caso de equivocarme, pedirle disculpas. Pero los fascistas como vos no son adversarios, son enemigos...y al enemigo, solo balas... ya llegará el momento. La historia sigue corriendo."

Como pueden observar, la persistencia de la amenaza descarta la tanada del arrebato en que cualquiera puede incurrir durante un mal momento. El hecho es que alguien que sabe donde vivo, me considera su enemigo y amenaza con venir a buscarme para dispararme más de un balazo.

Lo que más me apena es que el Licenciado Jorge Salvador Zappino, vecino del Estado Libre Asociado de Vicente López, ha dejado rastros en la web con los que se vislumbraba otra clase de persona, así supo escribir algunas cartas de lectores que despertaron mi simpatía, incluso fue firmante de una "Carta abierta al Señor Blumberg" en la que -¡vaya paradoja!- se advierte sobre los "procedimientos mafiosos".

Estoy ahora considerando la posiblidad de realizar denuncia penal, por amenazas fundadas en el odio ideológico, y tal vez una presentación ante el Inadi. Sin embargo todavía cabe la posiblidad de una retractación que permita dar por superado este penoso incidente.

Voy a cerrar con una frase de Bernardo Neustadt: "El odio es la violencia interior que no atiende sino a su propia voz". Y tampoco estaría de más aquella otra tan conocida de "No me dejen solo".


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López

miércoles, 4 de junio de 2008

UNA LETRA SOBRE EL CHE GUEVARA, DEDICADA A BERNARDO NEUSTADT

El 14 de Junio, en la Ciudad de Rosario, será emplazada una estatua en bronce del guerrillero cubano de origen argentino Ernesto Guevara. Cosa extraña siendo que nada aportó ese comunista fanático al bienestar y progreso del pueblo argentino. Muchos, argentinos de verdad, serían mejores destinatarios del bronce malgastado en su figura; de hecho, pensando en la fecha, cualquiera de los que dieron su vida por la Patria en Malvinas. Pero la retórica izquierdista empeñada en hacer pasar por idealismo romántico la sanguinaria prepotencia del que, aborreciendo las libertades democráticas y deseando castigar a Latinoamérica con mil Vietnams, quiso imponer sus ideas por la fuerza, ha logrado que la estupidez compre nuevamente un producto marketinero. El Che, compartiendo espacio con las hojas de marihuana y sin que se sepa bien significando qué, abunda en tatuajes, posters y remeras. No hay que ser muy perspicaz para vislumbrar que tras que se instale el monumento al "chacal de la cabaña"- cuyas andanzas afortunadamente terminaron relativamente temprano al ser ajusticiado en Bolivia-, pretenderán erigir otros dedicados a sus émulos de las fracasadas guerrillas locales.

Es menester que, prevenidos de lo que vendrá, no nos hagamos los distraídos. Aplaudamos pues que la estupidez y la mentira tengan al fin su monumento, allá irán en procesión los progres de frases hechas, los revolucionarios por alzar el puño en pose anacrónica, todos esos que ni en pedo se irían a vivir a Cuba, los nostálgicos del Muro de Berlín y con algún payaso post perestroika del Circo de Moscú los que creen que es democráticamente cool aplaudir el pintoresquismo de la zurda.

Nosotros también deberíamos ir, y cantar con la música de ellos, que por cierto no es esa maravillosa música en los oídos del General. Cantemos, sí. Saquemos esa guitarra olvidada en el ropero, y al compás de la vigüela pongámonos a cantar. Dejemos en claro que la alegría es nuestra, porque ellos, al fin y al cabo, no podrán mentir eternamente. Aunque desafinemos cantemos, como Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero de Peter Capusotto. Esta democracia, imperfecta, insuficiente, inmadura y vapuleada por las mentiras, es con todos sus defectos lo suficientemente buena y fuerte como para que les duela saber que jamás, jamás, podrán imponer aquí la dictadura de sus sueños. Ese montón de bronce, como en la emblemática foto de Korda, mirará extraviado a ningún lado. Nada. Nada es lo que ha dejado, y nada es lo que obtendrá.


Dichas estas palabras y mientras preparo la guitarra quiero dedicar esta letra a Don Bernardo Neustadt, quien con sus ocho décadas a cuestas critica lúcidamente que seamos espectadores silenciosos de la realidad. Por eso, y por el gusto de leer tu columna de cada miércoles, querido Bernie, cantemos juntos esta canción inspirada en otra muy reconocible canción:



MALSONANTE CHE GUEVARA

Acudimos a vencerte
donde tanto odio y locura
desde tu cruel catadura
saltó vivando a la muerte.

Aquí nos quedan arcadas,
la intragable repugnancia
por tu jodida demencia,
malsonante Che Guevara.

Tu fama oprobiosa y triste
sobre la sangre amasada,
es la última dentellada
del pasado que subsiste.

Aquí nos quedan arcadas,
la intragable repugnancia
por tu jodida demencia,
malsonante Che Guevara.

Muerta que muere sin prisa,
tu gesta es esa remera
que se exhibe en la vidriera
con tu cara sin sonrisa.

Aquí nos quedan arcadas,
la intragable repugnancia
por tu jodida demencia,
malsonante Che Guevara.

Tuyo el rencor sanguinario,
tu semilla de maleza
sólo crece en las macetas
del encierro autoritario.

Aquí nos quedan arcadas,
la intragable repugnancia
por tu jodida demencia,
malsonante Che Guevara.

Ante el bronce petulante
viéndote siempre vencido
con jolgorio te decimos:
“¡Ahí te quedas malsonante!”

Aquí nos quedan arcadas,
la intragable repugnancia
por tu jodida demencia,
malsonante Che Guevara.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com 
Estado Libre Asociado de Vicente López


- 04 de Juniode 2008

¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
Ariel Corbat