Cometo muchos errores como para no ser tolerante con yerros de otros.
Pero mi tolerancia encuentra limite cuando la sucesión de errores demuestra desvío ideológico e ignorancia deliberada.
La Constitución Nacional es sagrada para mí.
Cuando José Luis Espert dijo aquella burrada sobre Malvinas por supuesto que me molestó, pero se retractó reconociendo el mandato constitucional. Y reconocer los errores siempre es valioso, permite seguir avanzando.
Pero en un reciente posteo en Twitter ha dicho Espert que "en la Constitución está TODO y ella dice que todos los extranjeros que viven en Argentina son CIUDADANOS argentinos. Así que la xenofobia y los revanchismos métanselos bien en el tujes".
La Constitución no dice en ningún lugar que todos los extranjeros que viven en Argentina sean ciudadanos. Al contrario, diferencia muy bien ciudadanos de extranjeros. Basta leerla para saberlo.
Y además no se necesita ser abogado para entender el texto constitucional porque los constituyentes de 1853 pensaron, con razón, que sus palabras debían ser comprensibles para cualquiera.
Grave entonces que un diputado nacional no sepa lo que significa ser "ciudadano". Y más grave que sea un diputado de extracción liberal. Con ese posteo Espert demuestra ser otro progre del montón confundiendo orden con xenofobia.
El anterior error de Espert había sido prestar su firma al pésimo proyecto de Ley de Juntos por el Cambio para crear un mamarracho de Agencia Federal Antinarcóticos inspirado en Rincón del Vago.
Ahora el último es esta declaración de ignorancia militante con la que, al fin de cuentas, avala el proyecto "Patria Grande" del kirchnerismo llamando "ciudadanos" a todos los extranjeros que ingresan al país.
Espert ya es casta. Y yo no apoyo a ningún político de casta.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
