Especial para MNews, de su corresponsal en Buenos Aires Paxiano Vespaciano:
En pocas horas la escalada de un conflicto policial determinó en Argentina el cruento fin del gobierno kirchnerista. La sucesión de eventos que llevaron a la súbita caída de Alberto Fernández no entraba en las previsiones de ningún analista local ni observador extranjero.
El escándalo por la existencia de Centros de Aislamiento Preventivo que obraban como campos de concentración en la Provincia de Formosa, parecía próximo a diluirse tal como implacablemente se venía diluyendo en Argentina toda situación anómala.
Se creía constatada fehacientemente la indiferencia de los argentinos por su propio destino.
Nadie sospechó que en su afán de liberar de culpas al gobernador Gildo Insfrán, verdadero señor feudal de ese territorio fronterizo, la decisión del gobierno nacional de acusar a varios policías de la provincia por la violación de los derechos humanos iba a provocar un alzamiento policial.
Menos aún sospechó alguien que las Fuerzas de Seguridad Federales iban a negarse a reprimir a los policías formoseños, o que el sólo intento gubernamental de movilizar a la Prefectura y la Gendarmería iba a desatar acuartelamientos y protestas de distintas policías provinciales en solidaridad con "los chivos expiatorios de Formosa"; comenzando por la de la Provincia de Buenos Aires, que por sí sola reúne a 90.000 efectivos, casi el doble que el Ejército Argentino.
Con los cuerpos de policía en rebeldía la ciudadanía volvió a salir a la calle protestando contra el kirchnerismo. Cuando la Plaza de Mayo reclamaba ya la renuncia en pleno del gobierno gritando "que se vayan todos", los mandos de las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado ratificando su prescindencia.
Al conocer que el presidente no contaba con mando militar, Cristina Fernández intentó abandonar la Ciudad de Buenos Aires y refugiarse en la Embajada de Cuba o alguna otra, pero sus custodios no pudieron evacuarla. Se produjeron a partir de ese momento algunos enfrentamientos provocados por militantes del núcleo duro kirchnerista, movilizados con la consigna de rescatarla. Los primeros muertos de la jornada se registraron en refriegas callejeras.
Ya anocheciendo y acaso por primera vez sin recibir órdenes de Cristina Fernández Alberto Fernández ofreció su renuncia, lo que precipitó la formación de un gobierno provisional que adoptó durante la madrugada el nombre de "Revolución Republicana". Al amanecer fue ejecutado junto con Cristina Fernández, Sergio Massa y los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En el interior del país se han replicado escenas similares, además de disturbios varios que al correr de las horas se han ido apaciguando por la sostenida reacción de ciudadanos y policías.
El gobierno provisional anunciará hoy mismo su proclama revolucionaria, en la que argumentará que ha puesto fin al régimen totalitario iniciado con el golpe de Estado del 19 de Marzo de 2020 y que no espera de la comunidad internacional más que la misma solidaridad que recibió Rumania al librarse de Nicolae Ceausescu.
Significativamente, nadie ha reclamado el cadáver de Fernández.
De momento reina una calma expectante.
*Texto de ficción. O catarsis, si quien lee así lo interpreta.
