sábado, 30 de octubre de 2021

UNA ANÉCDOTA: 100% CIVIL



Días atrás empiezo a planificar algo y cuando se lo comento a un amigo, aludiendo lo detallado me dice: “Usted es milico Ariel”. La ocurrencia, además de arrancarme una risa, me llevó a recordar esta anécdota. 

Estando en el extranjero, reunidos con militares de distintos países tuvo lugar una conversación que, por la lógica del rango, lideraban los generales allí presentes. 

En determinado momento quedo habilitado a hacer una observación y la hago, entonces uno de los generales aprobando lo dicho asiente con la cabeza y dice: “Tal como explica el coronel”. Había ocurrido que en función de quien me acompañaba el general supuso que yo debía ser coronel. Desde luego decido aclarar el error pero en la dinámica de la conversación, antes que yo pueda volver a hablar, toma la palabra otro general, y sentencia que efectivamente el “coronel” estaba en lo cierto. Y así, dale que dale con lo de “coronel”, hasta que al fin encuentro la oportunidad de volver a hablar y dirigiéndome al general del inicio le digo: “Mi general, debo aclararle que yo no soy coronel ni tengo rango militar, soy 100% civil”.

El general, sorprendido, me miró fijo a los ojos, me examinó de arriba a abajo y de abajo a arriba, giró luego la vista a otro de los generales, otra vez me inspeccionaron y, entonces uno, alzando las cejas sentenció: 

- ¿Civil? Bueno, pero convengamos que un civil muy raro…

Todos reímos y yo, 100% civil, desde mi gran aprecio por lo militar lo disfruté como un elogio; de los mejores que he recibido en mi vida.




Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

sábado, 23 de octubre de 2021

MIRIAM LEWIN, LA CENSORA DEL RÉGIMEN KIRCHNERISTA


"Cuando el humor ser pierda todo estará perdido"




La clave del humor absurdo, lo que hace reír, es que lo absurdo no sea parte de lo cotidiano. Nos reímos por imaginar cosas que sabemos o creemos no pueden pasar en la realidad. Y eso es lo normal, porque perder noción de lo absurdo es demencia. 

En Argentina, subvertida hasta la demencia, ya no queda ni el humor absurdo, todo puede ser real, especialmente lo absurdo. Y con eso lo absurdo pierde la gracia y se convierte en patético. 

El 17 de Octubre, intentando un ejercicio de humor absurdo, relacioné la llamada "grieta", cuestión de estricta esencia política, con la separación de Wanda e Icardi, tema de conocimiento público pero en definitiva asunto entre dos particulares completamente ajeno (más allá de lo que eventualmente puedan llevar esos particulares a disputa judicial) al interés del Estado y de ninguna manera asunto de la política. 


Y ese era el chiste: que la violencia con la que tiene que terminar la grieta política (algo que desde lo subjetivo, fruto del hartazgo, en este punto me parece inevitable y hasta deseable), se desencadenara finalmente porque los argentinos salieran de su estupefacción de agua en las venas ya no para tomar partido entre totalitarismo y República, sino entre Wanda y Mauro. Esta cuenta siempre con Wanda, que conste en actas!

Pero como aquí lo absurdo ocurre, resulta que uno de esos organismos estatales en impronta de novela orwelliana, con pretensión de polícia del pensamiento y que no debería exsitir, pero existe porque el kirchnerismo es un proyecto totalitario de corrupción estructural, y el totalitarismo es el intento de poner bajo control del Estado absolutamente todo hasta suprimir el pensamiento, entra en escena con la varita de la corrección política y la legislación adoctrinante.

Miriam Lewin dirige la Defensoría del Público desde donde impulsa el NODIO, Observatorio de la desinformación y violencia simbólica, burocracia orwelliana desde el nombre y que mejor sería llamarle "Oficina Estatal para la promoción de la censura previa". ¿La Constitución Nacional? Bien gracias, acá nadie le da bola.




Miriam Lewin dijo en TV Pública que la intevención del organismo que ella dirige se origina en una denuncia y que:  “Se trata de violencia digital y mediática. Esta categoría de violencia digital, todavía no está incorporada a la ley, no constituye por supuesto un delito, a pesar  de que  las organizaciones feministas lo caracterizaban como amenaza y eso sí constituiría un delito".

Escuchar a Lewin remite a su pasado terrorista en la intencionalidad de hacer del Estado un instrumento de aplicación de algo que, basado en que hay mandatos, como el feminismo, por encima de la Constitución Nacional, sería una suerte de "pre ley", para dar tratamiento simil de delito a cosas que no son delitos. Y otra vez: ¿La Constitución Nacional?, bien gracias, acá nadie le da bola.

El Estado subvertido y subvertidor se mete en cuestiones que son ajenas a su incumbencia, para generar distracciones y confusiones mientras la decadencia se profundiza por no atender aquello para lo que el Estado sí fue pensado por los Constuyentes. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

viernes, 22 de octubre de 2021

CONFLICTO RAM: GUERRA DE INTELIGENCIA Y RIESGO DE ESTADO FALLIDO.



El jueves 21 de Octubre de 2021, organizada por la UCEDE, tuvo lugar en su sede de Avenida Belgrano 1156, CABA, el evento "Conflicto Ram: violencia y soberanía", cuyo panel de expositores tuve el agrado de compartir de forma presencial con la Dra. Florencia Arietto y de manera virtual con el periodista Claudio Andrade desde Chile. 

Ariel Corbat, Florencia Arietto, Eduardo Bisognin y Marcelo Portas.

La iniciativa de la UCEDE no pudo resultar más oportuna, puesto que en estos días la cuestión RAM volvió a estar bajo la atención de la opinión pública, tanto por hechos de violencia generados en el sur, como por la manifiesta complicidad del gobierno nacional con los violentos. 

En tal sentido la carta de Alberto de la Fernández a la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, es una declaración de alevoso desconocimiento del Artículo 2 de la Ley de Seguridad Interior y evidencia de su parte otro claro incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos.



En razón de ello amplié la denuncia contra Alberto Fernández que, por abuso de autoridad y otros delitos que configuran subversión del orden constitucional, presenté a finales de Agosto ante la PIA (Procuraduría de Investigaciones Administrativas) y que tramita bajo el código de referencia OWCM-492 (ver denuncia).

La complicidad con el terrorismo -de ayer y de hoy- del régimen kirchnerista a través del gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista de Alberto de la Fernández, es más que evidente. 



En esto, como en otras cuestiones, se puede apreciar (como con acierto e ironía explicó alguna vez Juan José Gómez Centurión) que los argentinos obramos como si todos al unísono hubiésemos recibido un golpe en la cabeza a partir del cual entendemos todo al revés. Solamente en un país delirante se explica que el Ministerio de Seguridad de la Nación haya denunciado penalmente a vecinos que pedían hacer cesar los delitos, y es ese mismo país donde toda la opereta del Caso Maldonado se sintetiza en el absurdo chiste de humor negro que significa la existencia del "Natatorio Santiago Maldonado", a lo que ahora se suma un seudo presidente que se dice abogado y desconoce elementales obligaciones que la Constitución Nacional y las leyes de la República imponen al Presidente de la Nación. 

Tras esta introducción, que da contexto al momento de la charla, comparto el apunte que a través de imágenes preparé pretendiendo exponer en forma ordenada, con algunas observaciones para cada imagen.

En esta cuestión confluyen tantos temas relevantes por sí, que es muy fácil salirse de foco y extraviarse en consideraciones ya históricas, políticas o técnicas, porque todas ellas son interesantes. Por eso necesitaba una guía a la cual ajustarme estrictamente para explicar del modo más claro posible lo anunciado desde el título de mi exposición.



GUERRA DE INTELIGENCIA Y RIESGO DE ESTADO FALLIDO, por Ariel Corbat.


El grueso de la opinión pública se anotició del conflicto RAM de manera muy confusa y sensacionalista a través del Caso Maldonado. Confusión sostenida intencionalmente cuya persistencia en el tiempo es un claro indicador de país profundamente subvertido, que evidencia socavadas tanto su identidad, que es su voluntad de ser, como sus convicciones sobre el deber ser. Por eso el absurdo de comprobar en los hechos que un esbozo de orden jurídico primitivo, el Az Mapu, se utilice como brulote contra el Derecho Argentino. Lo inverosímil no es ficción en Argentina.

Los hechos que constatan esa sorprendente vulnerabilidad son muchos y variados. Tantos que hacer una mera enumeración sería por demás largo. Para intentar sintetizar lo esencial de ellos, recurrí al práctico método de condensar la idea mediante la métrica y la rima. Empecé a escribir desde la intención satírica, con sarcasmo, pero la risa superficial fue de inmediato superada por la amargura profunda de lo que estaba describiendo, así que decidí darle un giro esperanzador sobre el final, lo que determinó el título en alusión directa a esos laureles que ordena el Himno Nacional sean eternos. 

Luego me pregunté si resultaba apropiado que leyera versos propios como parte de la charla. Entonces recordé que emulando a Nerón, el seudo presidente Alberto de la Fernández no tuvo reparos en compartir con todos nosotros la canción por él compuesta, que -ideal para cantar viendo los incendios del sur mientras se toca la lira-, dice:  “Si me pierdo, yo me encuentro. Si me caigo, me levanto. El secreto en esta vida es seguir cantando”. Sublime, ¿verdad?

De modo que si hay un Nerón, hay lugar para un Petronio. Así que emulando a Petronio, comparto estos versos de mi pluma:

LAUREL

Al sur de Bolivia y Paraguay
en la tierra de los nadies
o el reino del revés,
al policía cachean
los delincuentes junto al juez.

Justo ahí, entre Chile y Uruguay
lo denuncian al que pide
que se cumpla la ley,
porque los ministros cuidan
no al honrado sino a su grey.

No se sabe si argentinos hay,
dicen, que hubo alguna vez,
con Bandera Himno y ley.
Es difícil que se crea,
pero sepan: queda el laurel.




Y el laurel es nuestro deber ser y es Julio Argentino Roca, el mejor Presidente en la historia de la Nación Argentina, quien en su discurso del 12 de Octubre de 1880, dijo esta síntesis perfecta de lo que la República Argentina necesita entender hoy: 

"No hay felizmente un solo argentino, en estos momentos, que no comprenda que el secreto de nuestra prosperidad consiste en la conservación de la paz y el acatamiento absoluto a la Constitución; y no se necesitan seguramente las sobresalientes calidades de los hombres superiores para hacer un gobierno recto, honesto y progresista. Puedo así sin jactancia y con verdad deciros que la divisa de mi gobierno será: Paz y Administración". 

Téngase presente al analizar estas palabras que las dijo un hombre de 37 años que alcanzó el rango de General a los 31 años, pero lejos de tentarse con alguna pretensión cesarista se subordina por completo a la Constitución Nacional. 

Obsérvese también, que no les echa ninguna culpa a gobiernos anteriores, no se presenta como el salvador de la Patria, ni propone refundarla, ni siquiera presume de alguna superioridad. Su "receta" es simplemente el sentido común de cumplir lo ordenado por los constituyentes, ese valor que compartía plenamente la gloriosa Generación del 80 (a mi entender la mejor generación de argentinos), cuando ser "progresista" era trabajar para el progreso y no, como en el presente, ser un declamativo idiota útil de la manipulación comunista. 

Roca, abanderado de la Generación del 80, representa todo lo que estuvo, está y estará bien en la historia de la República Argentina. 



Tener claros los conceptos permite discernir la metodología y sostenerla de manera coherente y austera (racional) en la aplicación de los instrumentos. 

En concepto de Seguridad Interior es así lo primero que hay que tener claro antes de abordar cualquier cuestión de las genéricamente catalogadas como "inseguridad".

La Seguridad Interior consiste en garantizar el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional. 

Es así desde toda lógica y no puede ser de otra manera. El Estado es un orden jurídico y el carácter coercitivo de la norma jurídica es lo que da razón de ser al monopolio de la violencia por parte del Estado. Por ende la función del gobierno no es otra que lograr la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional. 

Y esto significa, entre otras cosas, que todo el gobierno y el Estado debe obrar armónicamente con esa finalidad. Significa también que para alcanzar la Seguridad Interior no basta con el buen empleo de los recursos específicamente asignados a la Seguridad. No es racional que un mismo Estado atente contra sí mismo. No es racional que un gobierno destine recursos del Estado a fomentar aquello que debe ser combatido por las fuerzas del Estado. La defensa del orden establecido es deber y razón de ser del gobierno en tanto poder constituido y no poder constituyente. 

Esa noción se ha perdido por completo en Argentina, con gobernantes que dicen creer que su función es ampliar derechos y en nombre de esa desviación subversiva de los fines del gobierno han convertido al Estado en un gigante morbosamente obeso al que, además, han vuelto esquizofrénico y bipolar.

El rancio aroma de la podredumbre llega de aquí hasta Dinamarca cuando, por ejemplo, los usurpadores llegan a las tomas de tierras en vehículos oficiales. Esas incoherencias hacen de nuestro país una suerte de experimento donde se gobierna para averiguar cuánto tiempo puede sobrevivir un Estado atentando contra sí mismo.


El otro concepto a tener claro es el de Inteligencia. La inteligencia, en todo el alcance de la palabra, se ha convertido en algo que Argentina repele. Y eso se nota muy específicamente en relación a la actividad de Inteligencia, que ha sido demonizada a extremos de idiotez descomunal.

Inteligencia es, muy simplemente, el proceso racional que antecede la toma decisiones, consistente en reunir y analizar información para esa finalidad y previendo escenarios futuros.

Inteligencia es la más común de las actividades humanas, la realiza en forma natural cualquier persona que piensa y decide su futuro. Así, por caso, una pareja joven que decide hacer de su amor un proyecto de vida, se proyecta en el tiempo alcanzando distintas metas tales como adquirir cierto bienestar, tener hijos, educarlos, envejecer juntos. Tómese nota pues, que quienes constituyen familia pueden proyectar lo que aspiran a ser en 50 o más años adelante. 

Si esos son los horizontes del futuro en la más elemental organización humana, se comprenderá que los términos de proyección de organizaciones complejas, como un Estado o grandes empresas, son cuánto menos similares y en general se extienden más allá de una generación. Los países que ocupan un lugar en el mundo, en su voluntad de seguir existiendo, se plantean que lugar quieren ocupar dentro de un siglo, y en ello contemplan también, como ocurre en todo entorno competitivo, las razonables aspiraciones de los otros países. Y por lógica cuando perciben que un país actual no ocupará ningún lugar en el futuro, pujan por abarcar ese espacio vacío.

Por eso la Inteligencia es un atributo de la soberanía, porque en definitiva la soberanía no es otra cosa que la capacidad de decidir el propio destino. 

Argentina no es hoy un país soberano. El gobierno de Alberto de la Fernández es un gobierno títere de la dictadura castrista, y basta ver el alineamiento argentino en materia de política exterior para entender que las decisiones de la Cancillería Argentina se toman en La Habana. No por casualidad, la misma capital en la que la organización terrorista Montoneros tuvo su comandancia, entre 1978 y 1982, ubicada en el inmueble dispuesto al efecto por el servicio de Inteligencia de la tiranía castrista, dependiente de la URSS en el marco de la guerra fría. 

En consecuencia la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en cabeza de la castrista Cristina Caamaño, quien abiertamente delinquió al hacer pública información reservada que expuso intencionalmente actas de los cuatro años del interregno macrista, como si el Estado no fuera una continuidad histórica y debiera refundarse con cada cambio de gobierno, hizo de la AFI el único servicio de Inteligencia del mundo que en lugar de proyectar escenarios futuros, mirando uno, cinco, diez, cincuenta años adelante, escarba en su pasado buscando mugre para incriminarse alimentando al negociado de los derechos humanos. 

El concepto de Inteligencia es tan desconocido que es muy común escuchar de boca de personas que se supone formadas, como periodistas o funcionarios de los tres poderes del Estado, estupideces absolutas como que "está prohibido hacer Inteligencia interior" o que "para hacer Inteligencia se requiere una orden judicial". 

Tan atributo de la soberanía son los servicios de Inteligencia que es imposible adquirir eficiencia en Defensa o Seguridad sin soporte de Inteligencia. "Toda cuestión requiere un conocimiento previo" enseñó el General chino Sun Tzu hace unos 2400 años. El General José de San Martín, un aplicado discípulo de Sun Tzu, siguiendo sus enseñanzas logró afirmar en el campo de batalla la Independencia de los argentinos. Sin Inteligencia no volveremos a ser un país independiente, sino uno gobernado por sátrapas, indefenso e inseguro. 

En otras palabras: el principal problema de la Argentina, el que permite y potencia todos los demás, es que estamos cayendo bajo un régimen totalitario de corrupción estructural implementado desde un gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista. 



Sobre los conceptos enunciados cabe preguntarnos: ¿cómo se llega a que el Derecho Argentino resulte desafiado por un orden jurídico primitivo?

Y la respuesta requiere contemplar la historia en forma dinámica. Los araucanos acunaron el término "huinca", que significa "nuevo inca" para referirse al hombre blanco, al español de la conquista. Y ello tiene su explicación en que fueron migrando hacia el sur para no caer bajo dominio del Imperio Incaico primero y del Imperio Español después. Eso hizo que acentuaran su carácter nómade generando normas, reglas de conducta de tipo consuetudinario, que los afianzaron como tribus incivilizadas y primitivas. Incivilizadas desde el sentido literal de la palabra, por no haberse asentado construyendo ciudades (para evitar ser sometidos) y primitivas en tanto no desarrollaron más que una economía de subsistencia como recolectores y cazadores. 

El sistema normativo araucano conocido como Az Mapu, por esa necesidad de fuga impedía desde creencias animistas y gran cantidad de tabúes que cualquier miembro de la tribu pudiera obrar con la mínima libertad para reconocerse como individuo, por ende tampoco desarrollaron el concepto de propiedad privada. Esos son aspectos que facilitan la exacerbación y el uso del resentimiento desde la izquierda, pues en la idealización artificiosa de esa idiosincrasia, se pretende que los "mapuches", palara que se traduce como gente de la tierra, brotes de la tierra o, simplemente, la gente, vivían armonía con la naturaleza. Se crea así un mito del paraíso mapuche que guarda una sutil diferencia con el mito bíblico del paraíso, pues mientras que en el mito bíblico Adán y Eva fueron expulsados del paraíso por un acto de Libertad en el mito araucano el estado de naturaleza se quiebra por la irrupción del hombre blanco que desvanece el pretendido paraíso mapuche. El paraíso mapuche es pues la negación de la identidad individual y el ejercicio del libre albedrío, es no trascender el estado de naturaleza; es atraso.

La dificultad del araucano para adaptarse a la cultura del conquistador español, notoriamente más avanzada que la cultura incaica y mucho más aún del araucano que todavía usaba herramientas de piedra, fue una fuente de constante conflicto, para el español primero y para el Estado Chileno después. 

Y aquí es preciso puntualizar que todo Estado es un orden jurídico, no todo orden jurídico es un Estado. El Az Mapu, en tanto orden jurídico primitivo, no tuvo tiempo de evolucionar ni siquiera para constituir un proto Estado. En consecuencia nunca existió un Estado araucano.  

Así, mediante el parlamento de Quillín, el 6 de Enero de 1641, que falazmente se interpreta desde el indigenismo aparateado por la izquierda como un reconocimiento de España a la independencia araucana, los caciques araucanos lejos de afirmar su independencia se aceptaron vasallos del Rey de España. Y dos siglos después, en 1860, varios caciques araucanos volvieron a reconocerse vasallos, pero esta vez del aventurero francés Orélie Antoine de Tounens, quien intentó realizar su fantasía de ser coronado rey de una Nueva Francia a la que luego llamó Reino de la Araucanía y poco más tarde, conforme a su delirio de grandeza, Reino de la Araucanía y la Patagonia. A ese reino de fantasía le puso fin el Comandante chileno Cornelio Saavedra, nieto del que fuera jefe de Patricios. 

La pacificación de la Araucanía en Chile y la Campaña al Desierto en Argentina, donde los araucanos obraban como verdaderos piratas terrestres dedicados, malón mediante, al saqueo, robo de ganado, secuestro de mujeres, etc, reafirmó que en el sur de la América solamente tienen derechos dos Estados, Chile al oeste de la Cordillera de los Andes, y Argentina al este. Acá no hubo, no hay, ni habrá margen jurídico alguno para argumentar la existencia de un Estado mapuche. 

Sobre esa historia y ya desde comienzos del Siglo XX los comunistas comenzaron a explotar el resentimiento araucano, a pesar de los muchos araucanos integrados y reconocidos como patriotas chilenos. Ya más acá en el tiempo, durante el gobierno de Salvador Allende, que pretendió hacer de Chile el portaaviones de la revolución castrista, el gobierno comunista intentó falsear la historia chilena, pretendiendo, contra toda evidencia de la historia documentada, que los araucanos eran la base de Chile al tiempo que se incentivaban conflictos por la propiedad de la tierra. El patriótico golpe de Estado liderado por el General Augusto Pinochet devolvió la racionalidad a Chile, retomándose la senda del integracionismo. Reivindicando el mismo Pinochet a los araucanos/mapuches como originarios de Chile.

La violencia ideologizada que hoy se manifiesta a uno y otro lado de la cordillera, comenzó a ser fogoneada de forma constante cuando (a la caída del infame muro de Berlín y el colapso de la URSS) los intelectuales comunistas asumieron que el proletariado prefería siempre el confort capitalista a cualquier paraíso socialista. En función de esa derrota, plantearon la necesidad de un nuevo sujeto revolucionario, que sería difuso: cualquier actor capaz de generar conflictividad y plantear contradicciones al interior de las sociedades libres y capitalistas. 

Esa acción subversiva comenzó a operarse sobre la cultura, idealizando con fines de captación a todo actor social que pudiera canalizar rencor, tanto difundiendo falacias como aplicando elementos de dialéctica negativa, que paulatinamente fueron pasando de la teoría a la práctica mediante la violencia como ensayo revolucionario. 

Este resumen histórico, permite apreciar que no estamos ante un conflicto espontáneo, de raíces originales y argumentos reales, sino ante una construcción artificial que descubre, en el disfraz de poncho y sombra roja, la existencia de una Guerra de Inteligencia.




Ahora bien, antes de explicar en qué consiste una Guerra de Inteligencia y como se libra, es preciso aclarar que la Nación Argentina es blanco de ataques pero víctima de nada. 

La sola idea de aceptarse víctima refleja un pensamiento pusilánime, de vasallos, de sometidos que abandonan o resignan su destino a las decisiones de terceros. Es indigno y estúpido no defender el propio interés y llorar porque los demás no lo defienden por nosotros. Y en este punto no hay cabida alguna para la autocomplacencia.

Si obramos como un país de subnormales, gobernados por el muñeco a hilo de una bipolar y aceptamos eso en lugar de hacer lo que debemos hacer, que es vivir como fue pensado desde el Himno en 1813 y por los constituyentes de 1853/60, no podemos culpar a nadie más que nosotros por la decadencia de ser un país dañado en sus instituciones, degradado en su cultura y con miseria tanto material como intelectual. 


Una Guerra de Inteligencia es la puja solapada entre distintos actores de un mismo escenario por lograr que sus decisiones prevalezcan en función del futuro proyectado por sobre las decisiones y proyección de cualquier oponente.

En su curso las organizaciones de Inteligencia sostienen operaciones de Inteligencia y Contrainteligencia ofensiva, no hay reglas convenidas y puede manifestarse en forma violenta, incluso con otros tipos de guerras.

La Guerra Fría, por su magnitud, es el ejemplo clásico de Guerra de Inteligencia.



Las guerras de Inteligencia se caracterizan por: 

- Ser deliberadas y planificarse prolongadas en el tiempo.

- Los actores principales evitan mostrarse.

- Las acciones que se hacen públicas se presentan bajo cobertura de pretextos que disimulan la motivación real.

- Se dan por finalizadas cuando el adversario ya no está en condiciones de afectar con sus decisiones el interés a resguardar en el escenario proyectado.

- Para un Estado, perder una guerra de Inteligencia puede significar ser considerado un Estado fallido. 



La acción subversiva contra una Nación busca antes que nada herir la identidad nacional, algo que parte desde el marco teórico buscando legitimarse en las aulas universitarias y ambientes intelectualoides dando entidad de saberes a consignas que tienden a la desmoralización. Subvertir la cultura tiene un objetivo próximo que es convertir las convicciones en dudas y el orgullo en vergüenza y culpa. Así a la Nación Argentina fue logrado, desde la mentira de los 30.000 desaparecidos, que se sienta culpa por habernos defendido del terrorismo castrista. Con esa culpa absurda se logró estigmatizar y aborrecer a nuestros propios soldados, porque un país que condena a sus defensores se condena a no tener futuro. Y en la misma lógica se pretende hacer pasar por genocidio la Campaña al Desierto, lo cual lleva a creer que la Argentina misma es una idea criminal. Y ello porque el objetivo final de toda operación subversiva a escala nacional es el exterminio de la Nación subvertida. 


La comandancia desde la que hoy se ataca a la Nación Argentina es Cuba. Esa dictadura a la que toda la progresía latinoamericana nunca llama dictadura, y donde se da la curiosa casualidad que acuden por atención médica, propia o de familiares, personajes como Evo Morales y Cristina Fernández de Kirchner.

Entendiendo ello la atención puesta en los hechos del sur no debe hacer olvidar que durante los cuatro años del gobierno del presidente Mauricio Macri, el entonces embajador cubano en Argentina ofició como jefe de la oposición, sosteniendo un perfil muy alto con evidente intromisión en asuntos internos de la República Argentina. Estos hechos fueron denunciados en su momento a la Cancillería por la agrupación de abogados Bloque Constitucional, sin que el gobierno hiciera nada al respecto. 

Las acciones incluían, entre otras, el adoctrinamiento de niños en ideas comunistas bajo el pretexto humanitario de la Propuesta Tatú, mediante la cual médicos recibidos en Cuba (la medicina es utilizada como propaganda y tapadera de operaciones de Inteligencia por la dictadura castrista) despliegan actividades en zonas donde, siempre casualmente, hay tomas de tierras y otros conflictos. Por caso, en Guatemala, en la Región del Biobío en Chile y en nuestro país en las provincias de Santiago del Estero y Buenos Aires.

Y ello sin olvidar casos como el de la Escuela Emerenciano en Chaco, donde se idolatra al criminal Ernesto Guevara y se izan en un mismo mástil las banderas argentina y cubana. 

El fomento de ideas contrarias a la Constitución Nacional y que se adoctrine con ellas a niños, es algo que ocurre sin consecuencias en esta Argentina que desmemoriada y falta de voluntad permite que la despojen abiertamente de su identidad y soberanía.

Con el retorno del kirchnerismo al poder, el alto perfil del embajador Orestes Pérez ya no tenía necesidad de ser, motivo por el cual fue reemplazado por Pedro Pablo Prada Quintero quien, formado en la URSS, adoptó un perfil de menor exposición. La Inteligencia cubana sigue operando con disciplina y métodos de la KGB, que el embajador Prada conoce muy bien.



Todo lo expuesto demuestra que en la actualidad el principal problema que padece la Nación Argentina es el gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista de Alberto de la Fernández, exponente miserable de una casta política cuya existencia sentencia como fallido al intento democrático iniciado en 1983, y que de mantenerse en el poder implica un serio riesgo de desembocar en un Estado fallido, lo que hará de la otrora orgullosa Nación Argentina otra satrapía castrista como la triste Venezuela.

No otra cosa puede esperarse de un gobierno cuyo mascarón de proa es quien en 2018 afirmó que "Un tipo que reivindica a Roca es solamente un pelotudo". 

Esa frase, que revela una soberbia e ignorancia imperdonable, explica el fracaso y traición a la Patria de los que no volvieron mejores, como prometían a los incautos, sino peores.


Sin embargo, cabe admitir que al final de cuentas aquel Alberto Fernández tenía razón: resultó muy cierto que "un tipo que reivindica a Roca es solamente un pelotudo", porque nada reivindica más al Presidente Julio Argentino Roca, que ver a Alberto de la Fernández, un tremendo pelotudo, en la Casa Rosada.

Cualquier percha tiene más capacidad y dignidad para sostener la investidura presidencial que este Nerón de guitarra en vez de lira. 

La enfermedad que amenaza la existencia de la Nación Argentina está en el gobierno, el remedio está al alcance de la mano si activamos a tiempo la reacción republicana: 

¡CONSTITUCIÓN O MUERTE!
PAZ Y ADMINISTRACIÓN





Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

 



sábado, 9 de octubre de 2021

Yo te avisé! Y vos no me escuchaste...


En el anterior artículo de este blog, publicado hace apenas unos días y titulado: "EL ESPÍA INGLÉS", UNA PELÍCULA PARA VER CON OJOS ARGENTINOS, expresé esta definición: 

"La AFI no es ni la sombra de la SIDE. Es un patético hazmerreír."

Y si alguien no entendió porque lo decía, ahora tiene esto para entenderlo: 

https://noticias.perfil.com/noticias/politica/espionaje-de-la-afi-a-secretaria-irani-internas-y-papelones.phtml


Hacer un seguimiento no es ponerse atrás de alguien. Siempre fue un oficio y arte complejo, mucho más hoy con la tecnología haciendo del espacio público espacio vigilado.

La Escuela Nacional de Inteligencia (ENI), entre otras cosas, está para capacitar agentes de AFI en esas tareas.

Y por encima de los agentes que hicieron mal su trabajo (cosas que pasan, tampoco es tan dramático), hay 2 cuestiones claves: 

1º Un Estado falto de armonía que en lugar de complementar funciones las opone.

y

2º La AFI está bajo intervención castrista para ser desprestigiada.

Cristina Caamaño cometió el grave delito de hacer pública información que debía ser reservada. Y no por casualidad expuso justo las actas de los cuatro años del gobierno anterior...

Hay una obvia intencionalidad para mantener a la Argentina sin soporte de Inteligencia.

Y ahora la Agencia Federal de Inteligencia, único servicio de Inteligencia del mundo que busca mugre en su pasado para incriminarse y alimentar el negociado de los derechos humanos, también se muestra incapaz de cumplir las tareas más elementales que todo servicio de Inteligencia del mundo cumple.

Monitorear actividad de agentes de Inteligencia extranjeros es una prioridad operativa de contrainteligencia. Hace al rol de los servicios de Inteligencia como atributo de soberanía nacional.

Argentina no es ya un país soberano, entre razones varias porque tiene un gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista, como parte del cual Cristina Caamaño degrada la AFI.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

jueves, 7 de octubre de 2021

SOLIDARIDAD CON JULIO LAGOS





Manifiesto mi total solidaridad hacia Julio Lagos y el más completo repudio al intento de los simpatizantes de la organización terrorista Montoneros, Osvaldo Nemirovsci y Milcíades Peña, por erigirse en policía del pensamiento y censurar la participación de Lagos en la TV Pública.

No reconozco autoridad moral a ningún afirmacionista de la mentira de los 30.000 desaparecidos, ni a reivindicador alguno de las bandas de delicuentes subversivos, ni a cualquier simpatizante de la tiranía castrista, ni a ningún kirchnerista (corrupto por definición) para pretender erigirse en dedo acusador de las opiniones de cualquier argentino, sean las que fueren. 

Si la dictadura militar argentina fue mala, lo fue porque todas las dictaduras lo son, pero a diferencia de las dictaduras comunistas el Proceso de Reorganización Nacional no se estableció para quedarse eternamente.

Y yo, ciudadano argentino, agradezco la victoria militar sobre las organizaciones terroristas al módico costo de menos de 6000 desaparecidos para evitar la masacre de un millón de argentinos que calculaba Santucho, jefe del ERP, iba a requerir para imponer el socialismo en la Argentina. 

Tanto agradezco esa victoria que cuando veo esos sucios pañuelos blancos exhibidos como logo del negociado de los derechos humanos y reivindicación del terrorismo apátrida de los esbirros de la dictadura castrista enlistados en Montoneros y ERP, digo "un terrorista menos, y con suerte dos".

Frente a la pretensión zurda de apropiarse de la conciencia de los argentinos, es preciso responder sin dar un paso atrás y redoblando la apuesta. Porque de otro modo vamos  a seguir empantanados en el pasado con policías del pensamiento que llegan tarde por más de cuarenta años, y que en su gigantesca hipocresía acusan de antidemocráticos cuando ellos son la dictadura castrista, el muro de Berlín y todas las infamias del comunismo contra la humanidad.

No fueron 30.000, ni fueron inocentes, no fue genocidio fue guerra y a llorar sus muertos a Cuba. Ni olvido ni perdón. 

Esta solidaridad que manifiesto vale para cualquier argentino perseguido por la izquierda.

Vaya pues un muy fuerte abrazo solidario para Julio Lagos, a quien sólo traté en la oportunidad que muestra la foto ambos como invitados en el programa de Cristina Mirabelli.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.

miércoles, 6 de octubre de 2021

"EL ESPÍA INGLÉS", UNA PELÍCULA PARA VER CON OJOS ARGENTINOS





INTRODUCCIÓN:


No soy afecto a leer novelas ni a ver películas sobre espionaje. Suelen causarme rechazo porque las encuentro aburridas o delirantes. Es ese un género al que prefiero verlo abordado desde el humor en la parodia, porque encontrarle la comicidad al asunto es -en mi personal opinión- el mejor modo de entender la cuestión de fondo. En tal sentido recomiendo "Le Grand Blond avec une chaussure noire" (Alto, rubio con un zapato negro), porque luego de sus muchas y sostenidas risas deja enseñanzas que todavía hoy requieren ser aprendidas. 

Esta breve introducción viene a cuento de haber visto en estos días, y a pesar del rechazo premeditado, "The Courier" (El espía inglés). Se trata de una película sobria y muy bien actuada que narra una operación real, uno de esos casos en los que el espionaje fue noticia; y casi siempre que eso ocurre es porque algo no salió bien. 

Si alguien está leyendo esto sin haber visto la película ni conoce el caso, le sugiero detener aquí la lectura para completarla luego de disfrutar del filme. 

A quienes ya la vieron, les aseguro que lo que sigue no lo vieron en la película ni es mi intención volver a hablar de ella. El interés de este artículo es observar que el "Caso Penkowsky" es uno de los clásicos referidos por todas las publicaciones periódicas de Inteligencia y, por supuesto, tenía el recuerdo de haber leído sobre él en varios ejemplares del viejo y muy querido "Manual de Informaciones", revista editada por el Comando en Jefe del Ejército Argentino a través de la Jefatura II de Inteligencia para difusión del quehacer de los servicios de Inteligencia y de la Inteligencia misma como actividad de interés para empresas y opinión pública. 

Hago aquí un aparte y remarco: Argentina necesita con urgencia empezar a salir de su miseria intelectual, y ello implica -entre otras cosas- abandonar la ignorancia y los estúpidos prejuicios con que la casta política ha denigrado la actividad de Inteligencia.


ESPIONAJE RUSO EN LA ARGENTINA


En 1959 Argentina a través de sus servicios de Inteligencia había detectado actividad soviética y de otros países comunistas destinada a fogonear conflictos internos, lo que determinó una crisis diplomática y afectó tratativas iniciadas en 1958 alrededor de un préstamo de 100 millones de dólares ofrecidos por los soviéticos para la adquisición de maquinaria a Rusia, de esas negociaciones, continuadas con la intención de superar el incidente, participaban en 1960 los agregados comerciales de la Embajada soviética en Buenos Aires: Iván Larchenko y Anatolio Manenok.

En 1962 el Manual de Informaciones publicó un artículo titulado "¿Diplomacia o Espionaje?". 

Antes, el viernes 28 de Julio de 1961, el diario Correo de la Tarde, fundado en 1958 por Francisco Manrique quien lo dirigió hasta su cierre en 1963, tituló su edición con grandes letras de molde: "ESPÍAS RUSOS EN EL SUR" y debajo, junto a un mapa con un círculo abarcado el sur argentino desde Chubut hasta la península antártica las fotos de Alexander Abronov e Iván Larchenko. 


Esa tapa refería una de las más habituales maniobras que caracterizaron a la Guerra Fría, el uso de fachadas comerciales para realizar tareas de Inteligencia. Y con ese pretexto el titular de la soviética Oficina para Asuntos Comerciales en Latinoamérica, Iván Larchenko, acompañado por Alexandre Abronov y Vladimir Coloulin viajaron el 10 de Enero de 1961 a Río Gallegos, transgrediendo normas diplomáticas entonces vigentes. 

Téngase presente estos párrafos del artículo del Manual de Informaciones: 

"En la 'democrática' Unión Soviética, en el 'paraíso de los trabajadores' los diplomáticos extranjeros están obligados a solicitar por escrito la debida autorización para trasladarse a más de 40 kilómetros del centro de Moscú, única ciudad de dicho país en que pueden residir y estar acreditados. Tal es la manía obsesiva del trámite escrito, que para realizar cualquier clase de reparaciones internas de la Embajada como ser, reparación de la red eléctrica, de la instalación de gas, de los teléfonos, del agua corriente, etc., se debe cursar una solicitud a la Cancillería moscovita. Fue precisamente este descomedido y arbitrario trato lesivo a la dignidad nacional el que obligó a nuestro gobierno a la reciprocidad de procederes con los diplomáticos soviéticos acreditados en nuestro país.

De más está decir que mientras nuestros representantes se hallan estrictamente controlados por el KGB y no pueden despegarse de la cercana vigilancia de sus agentes, los diplomáticos soviéticos en la Argentina, a pesar de las disposiciones existentes, violan constantemente esas normas burlándose de la buena fe de nuestras autoridades".

Como algunas cosas nunca cambian, y la mala fe de los comunistas es una de ellas, en la actualidad y desde hace años las embajadas de Cuba y Venezuela operan abiertamente para que la fallida democracia argentina se convierta en otra dictadura comunista.

Durante toda la Guerra Fría los soviéticos intentaron desestabilizar países occidentales tanto por la vía armada fomentando guerrillas con organizaciones terroristas, como saboteando recursos económicos a través de maniobras desleales como el dumping. Argentina fue objeto de esas agresiones por parte del imperialismo soviético, al igual que toda Latinoamérica. 

Obviamente Cuba, desde la llegada al poder de Fidel Castro cuando se declaró abiertamente comunista, se convirtió rápidamente en enclave de la URSS y desde allí se dirigió contra la región todo tipo de operaciones de Inteligencia ofensiva para expandir el imperio soviético. Ello quedó bien advertido por el cierre a la citada nota del Manual de Informaciones con estas proféticas palabras: 

"Así es el comunismo internacional, y de esa manera la guerra fría (o 'paz caliente', como algunos han dado en llamar ahora) ha trasladado sus campos de combate a nuestras costas de paz y trabajo, obligando a nuestros servicios de seguridad y nuestra Cancillería a permanecer alertas para evitar que nuestra Patria se hunda en el caos de la subversión marxista leninista y la guerra revolucionaria, hábilmente preparadas por la actitud de los agentes secretos bolcheviques secundados por la complicidad ingenua o deliberada de los 'compañeros de ruta' e 'idiotas útiles' que aún creen en la coexistencia pacífica del mal con el bien, de la libertad con la opresión".

Ese concepto todavía hoy, 2021, a pesar de la caída del infame Muro de Berlín, el colapso de la Unión Soviética, la evidente perversidad de la dictadura china y el fracaso tanto material como moral de la tiranía castrista, sigue teniendo vigencia en esta decadente y subvertida República Argentina, o lo que queda de ella, pues bajo el dominio de una casta política decadente se entrega al dominio cultural y político de las porquerías del marxismo residual. 

Pero volvamos a comienzos de los sesentas. Para entonces, en ese marco en el que se desató la crisis de los misiles en Cuba, los servicios de Inteligencia argentinos ya habían detectado, infiltrado, dominado y en algunos casos desmantelado redes de espionaje soviéticas tendidas a través de su embajada y las de sus países satélites. Y esos logros no dejaban ignorar (por supuesto) que debían existir otras redes operando sin ser detectadas.

Todo el planeta sirvió de escenario a la Guerra Fría, con razón llamada la Tercera Guerra Mundial, y Argentina no fue ninguna excepción, ni en lo frío ni en lo caliente.


LA CRISIS DE LOS MISILES


Literalmente los rusos invadieron Cuba en 1962. Fidel Castro había reclamado ayuda militar soviética enviando a Moscú a dos de sus secuaces: su hermano Raúl y Ernesto Guevara. El pedido fue alegremente recibido por el Kremlin y el General Slazenko se instaló en La Habana como jefe de esa fuerza de ocupación extracontinental.

Nikita Kruschev, sucesor de Stalin, se encontró gracias a Castro en condiciones de amenazar a Estados Unidos desde territorio americano y decidió jugar fuerte: emplazó misiles nucleares en Cuba. 

Cuando Estados Unidos tomó conocimiento de la amenaza y pudo acreditarla, la tensión entre las dos superpotencias alcanzó uno de sus puntos más altos. 

Era, ciertamente, una mera cuestión de tiempo que los estadounidenses percibieran la actividad enemiga y por ello la apuesta rusa era la política del hecho consumado, ya que se trataba claramente de una maniobra de intimidación y negociación que como tal debía darse a conocer en determinado momento: cuando los soviéticos lo creyeran oportuno. 

En el contexto de la Guerra Fría, donde se jugaba con el temor a un holocausto nuclear, el juego del espionaje abarcaba todos los ámbitos por lo que los distintos servicios de Inteligencia reunían información constante de infinidad de fuentes. Se tenía claro que dejar de ver, parpadear, podía representar el fin del equilibrio precario que no estaba determinado por una paridad matemática de fuerzas, sino por consideraciones de diversa índole. Un principio elemental de Inteligencia es que muchas nadas hacen algo, eso significa que todo tiene importancia. Por aplicación de ese principio casi toda acción del oponente resultaba previamente sospechada y eso, más allá de la narrativa literaria o cinematográfica, hace difícil atribuir a tal o cual actor de los eventos el haber lanzado la primera advertencia. Se comprenderá que la historia de lo obrado por servicios de Inteligencia siempre guarda pliegues a la luz pública, sin importar cuántos años pasen ni las transformaciones del escenario. Como corresponde, algunos secretos nunca serán revelados.

Sin embargo, hay hechos que demuestran y recuerdan que en algún suceso alguien tuvo, como mínimo, un rol protagónico o decisivo. 


EL TRAIDOR PENKOSKY, PERO ¿QUÉ COSA ES UN TRAIDOR?

Registra el Manual de Informaciones, a través de "La masonería poder invisible", una interesante y extensa nota del periodista Jacques Tuyau que da cuenta de la participación de masones en distintas conspiraciones entre jerarcas de la URSS, ya que la masonería desde el Siglo XVIII tenía presencia en Rusia, incluyendo al Zar Pedro III, y con distintas vicisitudes continuaron activas incluso después de la Revolución de Octubre a la que algunos financiaron apoyando a Lenin y Trotsky. 

Una de esas conspiraciones con participación masónica fue precisamente para reemplazar a Stalin por Trotsky y terminó en 1937 con el Mariscal Tujachevsky ejecutado en un calabozo de la NKVD en Lefortovo. 

A su turno, el sucesor de Stalin, Nikita Kruschev también fue blanco de una conspiración en la que participaron masones. La importancia del artículo de Tuyau es mayor por la oportunidad en que fue escrito: un mes antes de la caída de Kruschev: 

"Cuando los primeros rayos del sol soviético del 16 de Mayo de 1963 pintaron con su luz las torres del Kremlin, un hombre vestido de civil, entrado en años, atravesó los pasillos de la Lubianka con dos guardias a los costados. En unos minutos, Oleg Penkowsky, coronel del ejército soviético, cayó bajo las balas de dos soldados de la policía secreta.

Esa misma tarde los diarios de Moscú informaban que había sido fusilado un coronel del ejército rojo, de 43 años, por traidor y espía. El corresponsal del 'New York Times' escribió que el gobierno soviético daba escasos detalles del caso; solamente la confesión del mismo Penkowsky podría dar alguna pista: 'Tengo muchos defectos, me gusta la buena vida, por eso me corrompieron...'

El 'affaire' Penkowsky tiene cierta similitud con el caso Tujachevsky pero esta vez la víctima era Jruschov. Penkowsky no era un simple militar como pintan las informaciones interesadas. Era un héroe militar de la última guerra. Obtuvo el grado de teniente coronel a los 26 años, y una docena de condecoraciones, entre las que se cuentan la Orden de la Estrella Roja, dos de la Bandera Roja, otra de la Guerra Patriótica y, además la Orden de Alejandro Nevsky. Se destacó como oficial de espionaje militar (GRU), y actuó como agregado militar en Ankara (Turquía) en 1955/56, lugar de citas de espías y complots internacionales. Sus contactos con el mundo diplomático y político le dieron un panorama de suma importancia para su trabajo. Pero Penkowsky era ambicioso y odiaba a Jruschov, lo que admitía sin vacilaciones en reuniones con altas personalidades. El puesto de Director para las Investigaciones Científicas le permitió viajar por el exterior y establecer contactos con el Intelligence Service a través de importantes personalidades de la Gran Logia Unida, donde fue introducido mediante el rito de iniciación. En Octubre de 1962 fue arrestado secretamente por la KGB, y puesto en una solitaria celda de Lubianka. En ese mismo momento varias decenas de agentes soviéticos fueron llamados a Moscú, entre ellos se contaba el viceagregado naval en Londres, Capitán Ivanov, ex amante de Christine Keller. Ivanov había conocido a Penkowsky durante los primeros años de su carrera en la escuela de espionaje militar. Ivanov se equivocó hábilmente confesando algunos puntos importantes.

La verdad fue dibujándose en las investigaciones. Figuras de la talla del Mariscal Matvel Zajarov, Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Soviéticas, el General Iván Serov, Jefe de la Policía Secreta KGB meses antes; el mariscal Sergei Varentsov, comandante de la artillería y la cohetería y D H Gvishieni uno de los científicos rusos más capaces, fueron todos detenidos en una acción policial sin precedentes".

Oleg Penkowsky

Los complotados habían descartado matar a Kruschev prefiriendo que se viera obligado a renunciar por maniobras políticas y de propaganda, buscando en ello que fuera reemplazado por Alexander Kosygin, quien ignoraba el asunto. Kruschev pudo celebrar su victoria sobre la conspiración sonriendo burlonamente el 1º de Mayo al mostrarse acompañado por Fidel Castro de visita en Moscú. 

Pero la historia no se detuvo allí. El retroceso soviético que puso fin a la crisis de los misiles en Cuba mermó el prestigio de Kruschev quien de ser considerado duro frente a Occidente pasó a ser denostado por cobarde. Así salió del poder en 1964. Tuvo Kruschev, no obstante, mejor suerte que Penkowsky y tantos otros a los que la lucha poder en Rusia les cobró la vida, ejecutados por disparos o muertes de un sadismo brutal. Vivió como un jubilado de buen pasar y murió en 1971 por causas naturales. 

Oleg Penkowsky murió como un traidor. Y desde el punto de vista de Kruschev sin duda lo fue, pero ¿era realmente un traidor? Las disputas por el poder en la Unión Soviética no se dirimían abiertamente, opinando con libertad y votando, desde el vamos se resolvieron conspirando, algo que podía terminar con algún Beria disparando un tiro en la cabeza de los derrotados. Penkowsky era parte de una conspiración no muy distinta de otras en las que participó el propio Kruschev.

Luego y al paso del tiempo, el colapso de la URSS abre las perspectivas de un nuevo enfoque que quizás contribuya a deformar la realidad: suponer que todo disidente soviético aspiraba a terminar con el comunismo, estaba identificado con las ideas de la Libertad o tenía principios para ser más un héroe de la humanidad que de su propio país. 

Penkowsky jugaba el juego. Y como todos los que jugaban el juego tenía una o más fachadas para esconder sus motivaciones reales. Entendiendo eso resulta lo mismo decirse agregado de comercio en una embajada o formar parte de comisiones dedicadas a la industria, llevar misiles a Cuba como desplegar guerrillas desde allí o recopilar información de valor estratégico en el sur de la Argentina, los jugadores juegan con las reglas del juego. Y los jugadores comunistas jugaban (juegan) desde la total paranoia hacia adentro y hacia fuera.

Posiblemente no corresponda calificar de traidor a Penkowsky, pero tampoco considerarlo como un benefactor de la humanidad. Era un coronel soviético haciendo lo que creía que un coronel soviético debía hacer. Si el complot contra Kruschev tenía éxito ¿iba a desertar a Occidente o a quedarse siendo parte del nuevo esquema de poder ruso? Y aun en caso de lo uno o de lo otro, ¿qué definiría eso? Nada.

Es que, al fin del cuento, la pregunta ¿qué es un traidor? obliga a pensar, necesariamente en la lealtad, a definirla y  entenderla. Recién cuando se puede precisar el significado de la lealtad para alguien se puede empezar a considerar la posibilidad de la traición. Y eso no siempre queda claro.


BREVE CONSIDERACIÓN FINAL

En el presente la República Argentina no cuenta con servicios de Inteligencia. La Agencia Federal de Inteligencia se encuentra intervenida y es el único servicio de Inteligencia del mundo que, en lugar de dedicarse a anticipar escenarios futuros, dedica su tiempo a revisar el pasado buscando mugre para incriminarse alimentando el negociado de los derechos humanos.

La AFI no es ni la sombra de la SIDE. Es un patético hazmerreír.

La ausencia de Inteligencia demuestra además que el gobierno de Alberto de la Fernández no toma decisiones. 

Los servicios de Inteligencia son un atributo de la soberanía, y sólo son soberanos los países cuando toman sus propias decisiones. 

Argentina no tiene servicio de Inteligencia porque padece un gobierno títere. Argentina no es hoy un país soberano. 

Y si en algún momento, la Nación Argentina reacciona honrando su identidad para recuperar la soberanía, volverá a reorganizar su servicio de Inteligencia para contribuir al proceso racional de toma de decisiones. 

Si de algo pueden servir a ojos argentinos las novelas y películas de espionaje, como la que dio origen a este artículo, es para cobrar conciencia de la importancia de entender que la soberanía consiste en tomar decisiones propias, y que la Inteligencia siendo el proceso racional que antecede la toma de decisiones hace de todo servicio de Inteligencia un atributo de la soberanía.

En el pasado los servicios de Inteligencia de la Argentina han sabido cumplir su función. Es preciso recordarlo enfáticamente, con la idea de recuperarlos para el futuro si es que todavía queremos que Argentina sea Patria.






Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.











¿Qué es la Derecha?

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La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

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