ASÍ ME LLAMO
Era ya una ciudad sin nada de alegría,
de fúnebre silencio en sótanos de miedo.
la gente, buena, penando bajo las ruinas,
esperando, siempre esperando el nuevo día
y entre la lluvia caía la artillería.
Sí caminé como un fantasma en esas calles
fue que ni sus voces ni su guerra eran mías,
sin embargo, alguien atinó a silbar un tango,
y me estremecí pensando en mi propio barrio,
aunque el mercenario debe ir anestesiado
puse en mis labios ese mismo y viejo tango,
para extrañar mi tierra florida y su amparo.
Al pasar me dijo "Tango"; y así me llamo.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López