domingo, 2 de marzo de 2025

SOBRE EL FUTURO POLÍTICO DE VICTORIA VILLARRUEL



Viendo que la relación entre el Presidente Javier Milei y la Vicepresidente Victoria Villarruel se iba desgastando, algunos, especialmente aquellos que votamos una fórmula presidencial antes que un presidente, bregamos por recomponer ese vínculo; lo que muy notoriamente no ha ocurrido.

La conexión entre ambos ha quedado limitada a lo mínimo que demandan las formalidades de sus cargos, lo cual abre un interrogante sobre el futuro político de Victoria Villarruel; si es que lo tiene.

En principio, por el sólo hecho de recordar que se accedió al gobierno por medio de una coalición y no por un partido, coalición que incluso se amplió por la necesidad del acuerdo previo al balotaje, lo razonable y conveniente sería que Villarruel representara un espacio político distinto al de Milei. Ello hubiera ratificado el consenso entre distintos que suponía la fórmula presidencial, algo explicitado en la campaña por el mismo Javier Milei que encargaba a Villarruel las áreas de Defensa y Seguridad. Las mismas áreas que al ampliarse la coalición pactando con Bullrich entregó a los amarillos.

Nunca entendí la razón por la que los mileistas se escandalizaron cuando en la campaña aparecieron aquellas banderas con logo propio de la V con la bandera como tilde. Pareciera que les costaba entonces, como les cuesta hoy, asumir que no todo votante de la fórmula presidencial era libertario ni estaba fascinado por Milei. 




Yo mismo había decidido no votar a Milei después que dijo que los militares debían cumplir las condenas, convalidando de esa manera la corrupción judicial del prevaricato sistematizado. Pero del otro lado estaba Massa y al lado de Milei estaba Villarruel, así que finalmente voté esa fórmula que prometía poner fin al kirchnerismo.

Villarruel sumaba votos en la campaña y contenía en el ejercicio del gobierno a muchos de los que Milei decepcionaba, como decepcionó designando al prevaricador Lijo en la CSJN. 

Pero ahora Villarruel, que sirvió y servía de escudo, ni suma ni contiene porque su accionar se ha enclaustrado en el Senado, como monja de clausura con voto de silencio. 

Confía Milei que aquel escudo no le será necesario, suponiendo no sin soberbia que el espanto que genera el kirchnerismo le asegura suficientes votos cautivos y se potencia polarizando con Kicillof.

En este contexto el interrogante sobre el futuro en la vida pública de Victoria Villarruel plantea la necesidad de una voluntad política de su parte que todavía no se ha expresado abiertamente.

Se la atribuyen ambiciones presidenciales, lo cual no tiene nada de raro ni objetable porque es la ambición que comparten todos los políticos pero que guardan o exponen según sus chances y conveniencia.

Su situación actual plantea la disyuntiva de someterse al capricho presidencial licuando en el sometimiento su capital político o rebelarse y revelarse como esa parte del oficialismo que no siendo mileista reclama tener voz en la coalición de gobierno. 

Tiene a su favor el fanatismo cuasi kirchnerista que han abrazado muchos libertarios como devotos acríticos del Presidente, capaces de justificar sin siquiera un mínimo rubor decisiones del líder por ser el líder... Y no haré nombres porque abundan y son conocidos, así que cada quien hará su propia lista de militantes de la obsecuencia.

En el sometimiento Villarruel decepciona a quienes apuestan por su futuro político. Fue importante su voz alzándose contra la designación del prevaricador Lijo, una voz que la lealtad clamaba hacerle escuchar al Presidente, pero esa misma voz se llamó a silencio cuando diputados de la Libertad Avanza visitaron en el Penal de Ezeiza a militares prisioneros del prevaricato. 

Y fue ese silencio lo que más dañó la confianza en Villarruel dentro del espacio que sin ser libertario votó y apoya con críticas al gobierno.

Ciertamente Victoria Villarruel ha dejado un tendal de "heridos" en las distintas etapas de su vida pública. En tal sentido las críticas de quienes la han acompañado en otros momentos se centran en su incapacidad para trabajar en equipo. Algo que, sin dejar de reconocer sus méritos, repiten tanto antiguos colaboradores del CELTYV como miembros del Partido Demócrata. 

Lo curioso del caso es que -en su generalidad- esos mismos heridos que ha ido dejando estarían dispuestos a darle apoyo si decidiera liderar en la coalición de gobierno a los sectores críticos que apoyan al Presidente sin resignar convicciones republicanas ni principios éticos.

Claro está, a partir del Libragate, que el Presidente Milei es vulnerable y que esa vulnerabilidad es en gran parte efecto del entorno con el que ha elegido rodearse. Más allá de lo que importe o no a los mercados, el Presidente quedó expuesto en condición de estafador o estafado, y cualquiera de las dos opciones es perjudicial para la República. 

Solamente los necios, los obsecuentes y los corruptos que se benefician de la vulnerabilidad presidencial pueden afirmar que es necesario silenciar las voces críticas dentro del oficialismo. Alrededor del Presidente hay un cerco con elementos tóxicos como Santiago Caputo que son la clase de ayudas que en nada ayudan.

Victoria Villarruel está así en este punto de encrucijada que definirá su futuro político. Frente a ella hay  tres caminos, el de la intrascendencia, el de la constante humillación que sin ninguna dignidad transitó y sigue transitando Daniel Scioli, o el de la lealtad a las ideas de quien afirma darlo todo por Argentina. 

Hija de un Veterano de la Guerra de Malvinas, seguramente ha de saber Victoria Villarruel aquella verdad que supo escribir Jorge Luis Borges: "Entre las cosas hay una de la que no se arrepiente nadie en la tierra. Esa cosa es haber sido valiente".

De ella depende. 

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
Ariel Corbat