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| La lectura es un placer genial |
"... como lobos y hienas alrededor de una gran fogata". Leyó y cerró las tapas del libro mientras los ojos, que recorrieron cada letra de cada palabra, página a página desde principio hasta el final, buscaban el descanso de posarse sin ver al otro lado de la ventanilla. En el 68, bondi de Once a Puente Saavedra, el paisaje conocido de la Avenida Cabildo pasaba en segundo plano, quedando detrás, lejos y difuminado, por las vivas imágenes de la lectura regocijando al lector. Tantos renglones como sensaciones y ningún cuento de relleno. Talento, depurado por oficio en elevado estilo. El amante de la buena lectura celebra esos relatos que van desde la exquisita crueldad de aquel mordiscón, pasando por la picardía de una Magdalena, hasta la hermosa ternura de Martinito, y hay más. Porque lo excelso no tiene fin, las emociones se le hicieron niebla lacrimosa y opresión en la garganta conmovido por la lealtad de Tamay; entonces tuvo que quitar la vista del papel y respirar profundo, ahogando un suspiro que hizo girar cabezas en el colectivo. Ignoró las miradas buscando refugio en vidrieras fugaces, no iba a andar explicando que no hay diferencia alguna entre los soldados de la Independencia y los que combatieron en Malvinas. La Patria lo sabe, y seguro el dios Marte también.
Claro que, acaso (hermosa y a veces terrible palabra la palabra "acaso"), si Santiago Tamagnone bordeaba el llanto por la emoción, algunas lágrimas provenían del otro, el seudónimo. Pobre Ariel Corbat, con su pretensión de ser "La Pluma de la Derecha". ¿Qué puede hacer un viajero que nunca abandonó su aldea frente a otro que tuvo al mundo por aldea? Así, el placer de Santiago no hacía más que ahondar la frustración de Ariel; porque después de Manuel Mujica Láinez el adjetivo calificativo "escritor" es un título inalcanzable.
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| MISTERIOSA BUENOS AIRES Manuel Mujica Láinez |
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López
