Queriendo explicar los equívocos y malentendidos en la historia reciente de los argentinos, el historiador Luis Alberto Romero ha perpetrado un desatino con forma de artículo que, curiosamente, lleva un título interesante: “Conmemorar Malvinas, sí, pero hacerlo el 14 de Junio”; publicado por el diario Clarín en su edición del 22 de Marzo de 2012.
En la lectura del texto se hace evidente que Romero no alcanza a comprender a la Argentina como país; mucho menos como Patria.
Con pretensiones de esclarecido, se incluye entre quienes rechazan la sola idea de provocar una muerte; una linda moralina que no significa nada cuando la historia es conflictos aquí y ahora. Resulta muy llamativo en un historiador desconocer que matar o morir es una de las cosas que pueden justificarse o no según los contextos, y todavía más que condene como un equívoco propio de los ’70 la idea de que una muerte heroica es valiosa si la causa la justifica. Sepa el Sargento Cabral, que según Romero murió por nada.
Con el mismo criterio superficial, y que parece más interesado en provocar que en reflexionar, lo que Romero propone (tanto en este como en otros artículos) es que los argentinos nos deshagamos de la Causa de Malvinas, porque al fin de cuentas le parece una locura colectiva, para peor invención del nacionalismo antidemocrático.
Despidiendo un cierto tufillo a… ¿qué sería? ¿traición?, confiesa Romero que “En 1982 pensé que un triunfo militar sería nefasto. No lo dije, pero fui un derrotista, y el 14 de Junio sentí un enorme alivio. La realidad había arrasado al relato. La soberbia y la paranoia habían sido derrotadas. La nefasta vía hacia la dictadura nacionalista y populista se había interrumpido. Otro camino era posible”. De allí que proponga desterrar de la memoria el 2 de Abril, exaltando en cambio al 14 de Junio como el “día de la realidad” para “retomar el camino de la democracia institucional”.
Decían Los Redondos que en su afán de lucirse cualquier cerdo puede comerse un jamón, Romero en pose de intelectual opositor al kirchnerismo lleva la desmemoria a un extremo absurdo, pues si el relato kirchnerista de la historia argentina es mentiroso -que lo es- e implica deteriorar la calidad institucional de la democracia, la visión de Romero es todavía peor: conduce lisa y llanamente a la negación de la Patria. La Patria, y en tanto historiador Romero debería entenderlo, no es una salida cómoda para las dificultades de la coyuntura, es el riesgoso mandato de la historia que cada argentino afronta en su presente para seguir siendo argentinos mañana. Razones jurídicas, convicciones ideológicas y sentimientos profundamente arraigados en la historia nos hacen querer seguir siendo argentinos; pero la Patria es también llamados irracionales, como el de la emoción que le pone lágrimas al Himno Nacional escrito por Don Vicente López, cantado por todas las generaciones de argentinos (ver “Teoría Romántica del Derecho Argentino”, Calvo & Tamagnone).
El patriotismo hace de la causa de Malvinas y la democracia dos banderas irrenunciables. Es falso que una implique abandonar a la otra, cosa que insinúa Romero a través de su derrotismo crónico; mismo que le impide reconocer la existencia de héroes en la Guerra de Malvinas pretendiendo así que todos nuestros combatientes sean reducidos a meras víctimas del Estado Argentino. Pero claro, para él Cabral murió en vano.
Como se ve, la cuestión de la fecha es lo menos importante en el artículo de Romero, de hecho yo soy de los que creen que también debe conmemorarse el 14 de Junio, pero por una sencilla razón a contramano de lo que argumenta: La causa de Malvinas no es solamente honrar a nuestros muertos, es la cuestión ética fundamental de impedir que el ladrón se quede con la billetera; por eso debemos superar la derrota y recuperar el territorio usurpado.
Luis Alberto Romero se dice historiador… ¡Já! Pobre hombrecito ilustrado, su mirada intelectualoide es incapaz de entender las razones y las sinrazones por las que la Patria existe y no tiene fecha de vencimiento.
¡Honor a los combatientes y Gloria a los caídos!.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.