Supongamos que un colimba, lo llamaremos Canuto Cañete, hizo la conscripción entre 1975 y 1983. Sabemos que en esos días terribles vio cosas que no hubiera querido ver, y estaría buenísimo que le dieran espacio para contar su verdad.
Pensemos que estuvo en Formosa cuando Montoneros mató a 12 de los nuestros intentando copar el Regimiento de Monte 29, que también participó de la defensa del Batallón de Monte Chingolo frenando a los apátridas del ERP, que supo de bombas de la guerrilla urbana que mataban por doquier y que fue uno de los victoriosos soldados que sacaron la mugre guevarista que pretendía hacer flamear un sucio trapo rojo en el monte tucumano.
Sí, ciertamente sería interesante para la verdad histórica se reconozcan los méritos de los soldados conscriptos que combatieron contra los terroristas de Montoneros y el ERP. Algún día la mano presidencial debería poner medallas en esos pechos. La República Argentina lo debe.
Pero si Canuto Cañete se comunicara con los responsables de la campaña "Si fuiste colimba entre 1975 y 1983", para contar que tiene el orgullo de haber combatido contra los guerrilleros que querían imponer en la Argentina una dictadura eterna, sin lugar a dudas le responderían que no, que su caso no aplica, que lo que buscan son colimbas traidores como Mayol o Invernizzi, cualquiera que vaya a decir que el cabo tal o el subteniente cual eran feos, sucios y malos.
Canuto Cañete, hermano en armas del heroico Soldado Hermindo Luna, vio cosas que no hubiera querido ver: vio guerrilleros que lo querían muerto. Por suerte los vio a través de la mira de su fusil.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López