Estamos a días, horas, de poder celebrar un estimulante triunfo de la honestidad. No será, por cierto, un hecho menor. El nuestro es el país por el cual se suicidó Favaloro, el país al que Ataque 77 le cantó "Western" con aquello de "los buenos mueren".
Pues bien, lo novedoso es que la maniobra de los peores no pudo con la honestidad. Podrá sonreír Discépolo por este golpe al cambalache, no es poca cosa saber que no vivimos todos en el mismo lodo; acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", porque al fin se hace realidad aquello que pedía Eladia Blázquez y cantaba el Negro Juárez: "Contame una historia distinta de todas, un lindo balurdo que invite a soñar".
Y vaya si invita a soñar que la integridad se imponga con la humildad y contundencia del deber ser. Como si nada, como si siempre.
Sabíamos los afines de pensamiento que así sería, lo cantamos en pleno pogo de Feeed!! con aquello de "te levantaste sin haber caído", pero también lo sabían otros, como mi amigo Rafael Bielsa cuando al inicio de este balurdo dijo sobre Gómez Centurión: "si no se puede creer en Juan José no se puede creer en nadie".
Y eso era exactamente lo que estaba en juego, la posibilidad de creer, de sentir verdad los versos del Himno.
Vence la honestidad, vence la Patria.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López.
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