jueves, 19 de octubre de 2023

PARA PONER EN SU REAL CONTEXTO LOS DICHOS DE BENEGAS LYNCH SOBRE ROMPER RELACIONES DIPLOMÁTICAS CON EL VATICANO




La mejor parte del discurso de Benegas Lynch en el cierre de Milei, que escuché atentamente en el Movistar Arena, fue cuando subrayó que entre liberales se aceptan las disidencias, que no todos opinamos lo mismo.

Tengo marcadas diferencias con Benegas Lynch, a quien no considero un prócer (porque tampoco coincido en todo con Milei). Por caso la interpretación que hizo en el acto del Teorema de Baglini difiere de la mía, pero eso es algo que dejo para otro momento.

Entre otras diferencias he criticado a Benegas Lynch por su furibundo antiperonismo.

Como puede apreciarse no es una disidencia menor entre su pensamiento y el mío. Yo no soy antiperonista y no considero peronismo al kirchnerismo.

El peronismo ya no existe: murió a manos del kirchnerismo, la fase superior y final del entrismo castrista al movimiento peronista.

Lo que señalo con esto es que ningún liberal se puede ofender por lo que opina otro liberal, y mucho menos cuando, como hizo Benegas Lynch al referirse al Papa, aclara enfáticamente que habla a título estrictamente personal y en su condición de católico.

Entonces: ¿Quienes actúan de ofendidos por esto?

Más allá de algún liberal de liberalómetro fácil, calibrado con muy progre corrección política, los que actúan de ofendidos son los mismos que celebraron o callaron todo repudio cuando Hebe de Bonafini cagó (literal) en el atrio de la Catedral de Buenos Aires.

Seguramente también hay católicos que honestamente se sienten ofendidos, pero ellos no actúan. 

No son esos otros que insultaban a Bergoglio hasta que Bergoglio se convirtió en Francisco y empezó a repartir rosarios a cuanto corrupto kirchnerista quedaba en apuros con riesgo de cárcel.

Esos rosarios no fueron una acción evangelizadora del Papa llamando al arrepentimiento de los corruptos para salvar sus almas, fueron una declaración política como tantas otras que nada tienen que ver con la fe.

El Papa es un Jefe de Estado, un líder político, y como tal ha demostrado en ese rol que no es Juan Pablo II.

Políticamente Francisco es la antítesis de Juan Pablo II, aquel Papa que contribuyó a la Libertad de Polonia y a la victoria del mundo libre en la Guerra Fría contra el comunismo soviético.

Distinguiendo política de fe religiosa, las juicios de valor son más claros.

Reiteradas veces he manfestado mi oposición a cualquier reforma constitucional (hay que cumplirla primero para poder reformarla con bien) y mi adhesión, siendo ateo, al Artículo 2° de la CN que (fundado en nuestra historia) reconoce preferencia por la Iglesia Católica.

Pero eso no impide entender, como lo entendió el Presidente Julio Argentino Roca, que el Estado Vaticano es un Estado extranjero y en lo que hace a cuestiones políticas merece el mismo trato que cualquier otro. 

Luego también en esto opino distinto que Benegas Lynch, y marco variante:

No opino que haya que romper relaciones con el Vaticano, ni está eso en la propuesta de la LLA, lo que sí opino y sostengo es que hay que romper relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela porque hace años interfieren en nuestras cuestiones internas acogidos por el régimen K.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

1 comentario:

  1. Ni MIlei va a romper relaciones con Cuba y Venezuela. Son todos astillas del mismo palo.

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