lunes, 22 de noviembre de 2021

VIOLENCIA EN RÍO NEGRO: ARABELA CARRERAS, LA GOBERNADORA DE LA INGENUIDAD PERVERSA


Un país que condena a sus defensores queda a merced del enemigo y se condena a no tener futuro


Cuando llegue al final de este artículo entenderá la raíz de lo que está mal en el abordaje político y mediático de la cuestión del secesionismo mapuche, eso mismo que se censura y se impide debatir por "corrección política", eso mismo que está haciendo de la Argentina una constante y abrumadora decadencia. 

Puerto Patriada - Chubut.
 

Hace ya mucho tiempo necesitaba tomarme un descanso y en vísperas de presentar desde la UCEDE "Iniciativa L" (Seguridad para la Libertad) me pareció oportuno respirar el aire limpio del sur. 

Me esperaban a lo largo del camino amigos, contactos y grupos de personas con los que tenía interés en hablar personalmente. Pude combinar así la curiosidad del turista con los requerimientos del analista, porque al fin de cuentas luchar contra la propia naturaleza no sería descansar. 

A los lectores de La Pluma de la Derecha les consta que vengo sosteniendo desde hace años un mismo enfoque sobre esta cuestión. Para los que no, vuelvo a repetir el concepto que explica todo: La Seguridad Interior consiste en garantizar el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional. 

Y en consecuencia de esa clara definición resumo que la llamada "cuestión mapuche" es en rigor de verdad un problema mínimo. Sin embargo sigue creciendo, con una proyección preocupante, porque la casta política (toda ella) aborrece la Constitución Nacional y atenta contra la identidad argentina. Aquí gobierna el enemigo. Un enemigo que ha hecho del intento democrático iniciado en 1983 una democracia fallida y que de seguir por este rumbo convertirá a la Argentina en un Estado fallido. 

Lo que voy a reseñar en esta nota (a la que seguirán otras) no es nada reservado, ni que requiera descorrer ningún telón, es algo muy simple de observar: la palmaria contradicción ideológica entre el "deber ser" de la Constitución Nacional y el "ser" de los gobiernos que tanto la socavan directamente como siendo complacientes con la militancia subversiva.

Está más que ratificado a partir de la autopsia del ahogado Santiago Maldonado que la izquierda (kirchnerismo incluido) milita contra la verdad. Todas sus banderas representan mentiras. Mentiras a las que hay que responder siempre con vigor y claridad: No fueron 30.000, ni fueron inocentes. Tanto en la guerra antisubversiva como antaño en la Campaña al Desierto no se perpetró ningún genocidio. Luego Santiago Maldonado se ahogó y Rafael Nahuel fue abatido en un enfrentamiento; fueron dos fichas en un juego que los excede, idiotas útiles no muy distintos de los montoneros mandados al muere por jefes que se escondieron en Cuba durante la estúpida "contraofensiva montonera". Porque fue Cuba, y lo sigue siendo. ¿O alguien cree que por pura casualidad hay montoneros asistiendo al secesionismo mapuche?

Andando por el sur uno se choca a cada paso con la militancia de la mentira. La que, si se quiere, empezó con Osvaldo Bayer falsificando la historia, para reclamar quitar los monumentos a Julio Argentino Roca y borrar así de la memoria que la Nación Argentina conoció la prosperidad y la grandeza con la gloriosa Generación del 80. 

Odian a Roca porque afirmó la soberanía argentina y el Estado de Derecho. Odian a Roca porque no fue un caudillo sino un Presidente republicano que dio ejemplo de civismo a lo largo de toda su vida. Odian a Roca porque es civilización y no barbarie. Odian a Roca porque no son argentinos.

George Orwell supo explicar mejor que nadie ("Rebelión en la granja" y "1984") que el totalitarismo construye poder en base a mentiras y desmemoria. Y en Argentina la mentira como la desmemoria tienen rango oficial. Uno la encuentra en todos lados, como esta que todavía persiste pese a estar acreditada la inocencia del oficial de la Gendarmería Nacional al que quisieron cargarle la muerte de Maldonado.



O en este mural en El Bolsón que entroniza a Santiago Maldonado como una especie de ridículo Indiana Jones del anarquismo y que lleva al pie una cita del terrorista Severino Di Giovanni, un criminal debidamente fusilado (Buenos Aires - 1931) por actos de terrorismo en los que murieron 11 personas. Eso reivindican: la violencia de iluminados intolerantes que combaten el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional. Apología del crimen y el totalitarismo a la vista del que quiera verlo.




Acompañado de este otro dedicado al "waichafe" (guerrero) Rafael Nahuel. Y si Santiago Maldonado murió por meterse a un río sin saber nadar (donde, acaso, alguno de los secesionistas le soltó la mano y dejó que se ahogue) Rafael Nahuel murió en un enfrentamiento, con lo cual homenajearlo como "guerrero" es hacer la apología de los que combaten contra la Nación Argentina. Imposible ver esto sin recordar que siendo Agustín Rossi ministro de Defensa ordenó borrar un tuit con que el Ejército Argentino honraba a dos de sus muertos en combate. El tuit fue borrado sin que ningún general haya plantado protesta y/o renuncia, todos acataron mansamente la indignidad. Cuando un Ejército se avergüenza de sus muertos en combate exhibe la descomposición moral que, de no intervenirse, no puede llevarlo a otra cosa que dejar de ser un Ejército. Tengo muy claro que no hay ya generales en el Ejército Argentino. De hecho, a veces dudo que existan Fuerzas Armadas.




Y por acá, hilando estas cosas, vamos yendo, sin salir todavía de El Bolsón, hacia el punto de esta nota que va a explicar, con la aberración observada en Ingeniero Jacobacci, que la batalla es principalmente cultural, que el enemigo está en el gobierno y que es imposible que el Estado cumpla sus funciones si lo dirigen quienes aborrecen el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional; o que sin aborrecerlo no tienen la mínima convicción para defenderlo porque son prisioneros de la corrección política con que los totalitarios arrean a progres y pusilánimes. 

Como en tantas instituciones y espacios públicos del país, también en El Bolsón son homenajeadas, bajo la falsa consigna "memoria, verdad y justicia" las madres de los terroristas, las que lejos de reconocer los crímenes de sus hijos, esbirros de la dictadura castrista, los reivindican haciendo de sus muertes el más corrupto de los negociados y que popularmente se conoce como "el curro de los derechos humanos". 




Todos los terroristas del ERP, Montoneros y demás bandas de delincuentes terroristas dirigidos desde Cuba son enemigos de la Nación Argentina y de la Constitución Nacional. Lamentar sus muertes condenando a quienes nos defendieron de sus ataques no tiene ningún sentido. ¿Alguien imagina un monumento a Adolfo Hitler en Varsovia? No. Tampoco que Estados Unidos condene a los suyos por haber matado y hecho desaparecer a Osama Bin Laden. Cosas que en países normales serían inadmisibles, intolerables e indecentes ocurren en la Argentina. Un país tan reino del revés que se tiran flores al río por los terroristas derrotados mientras sus vencedores padecen el encarcelamiento más injusto de toda la historia argentina. Y esto, de lo que la inmensa mayoría del periodismo no quiere decir ni una palabra, tiene que ver con el presente. Todo que ver. Esto, exactamente esto, es lo que la casta política y los medios progres no quieren relacionar porque se caen todos sus relatos. 

De esto mismo se desprende que la educación haya sido reemplazada por el adoctrinamiento en las mentiras. Procedimiento miserable que también remite a Cuba y que debe recordarnos la intromisión de la embajada cubana adoctrinando niños argentinos en ideas comunistas a través de "Propuesta Tatú". 

Las fotos que siguen fueron tomadas en Ingeniero Jacobacci, Río Negro, un pueblo copado por el afirmacionismo de la mentira. 




En la vía pública, sobre lo que podríamos denominar el paredón de las falacias, se encuentra este mural recordando a Carlos Surraco, integrante del Ejército Revolucionario del Pueblo que fuera neutralizado en 1978 en Ingeniero Jacobacci. 

Para entender la gravedad de tolerar estas apologías del terror, baste señalar que Santucho, el jefe del ERP, por lo tanto comandante de Surraco, calculaba tener que matar un millón de argentinos para imponer la dictadura socialista. No 6.000, tampoco 30.000 de mentira: un millón, que en números se escribe así: 1.000.000. Y eso sí que hubiera sido un genocidio, uno de estilo camboyano. 

El paralelo es evidente. Y lo que sigue son fotos de la Escuela Primaria Nº 356, que como gran paradoja parece tener por lema "los niños primero".




Paradoja que deja de serlo si se interpreta que las autoridades de la Escuela Primaria Nº 356 y el Ministerio de Educación de Río Negro entienden que a los niños hay que adoctrinarlos desde primer grado, como lo demuestra la siguiente imagen del frente del establecimiento: 




Préstese atención que la afinidad con la madre de los terroristas se plantea a niños de primer grado. Repito: ¡primer grado! Cuando el raciocinio no está desarrollado y todo lo que les presenta la escuela, el lugar al que sus padres los envían para aprender, les llega para instalarse como una verdad indiscutible. De ahí que al mejor estilo de la neolengua de Orwell con una alevosa expresión del doblepensar orwelliano les digan a esas criaturas que les están plantando "semillitas de memoria para la Libertad", cuando en realidad los están adoctrinando para que en base a mentiras tengan por buenos a los terroristas enemigos de la Libertad. El estilo de dibujo infantil completa la aberración con la estúpida idealización que hace parecer algo lindo ser madre de terroristas. Esas buenas señoras usan las muertes de sus hijos en beneficio propio, fomentan el odio, avalan cuanto grupo terrorista pulula por el mundo y hacen de la corrupción estatal una bandera.

En este caso no pueden decir los padres que no saben lo que hacen los docentes con sus hijos, porque ven esa marca del adoctrinamiento cada vez que los llevan a clases. Tal vez no les importe, tal vez estén resignados, tal vez crean lo mismo, tal vez tengan miedo. Tal vez. Estas situaciones traen consecuencias. Porque fueron docentes adoctrinadores, como los que dañan la educación dentro de la Escuela Primaria 356 de Ingeniero Jacobacci los que sumándose a la opereta del Caso Maldonado no vacilaron en hacer llorar a hijos de gendarmes diciéndoles que sus padres eran asesinos. 

Llamar memoria al relato faccioso, verdad a la mentira comprobada y justicia al prevaricato de jueces sin probidad, es vivir en la irracionalidad. Y la irracionalidad es funcional al totalitarismo, atenta contra la Libertad, la República, la Democracia y el futuro que toda persona decente quiere ofrecer a sus hijos.


ESCALADA DE VIOLENCIA

La Guerra de Inteligencia que sobrevuela los escenarios de guerra civil molecular sucediéndose en la Patagonia se libra con prescindencia del Estado Argentino. La sanata del "Estado presente" es solamente una herramienta discursiva para justificar el malgasto en cuestiones absurdas, pero en las cuestiones que realmente hacen al interés nacional quedan expuestas la parálisis de un Estado bobo y las consecuencias de la subversión cultural.

Esto se ve blanco sobre negro en las contradicciones de la gobernadora de Río Negro Arabela Carreras, quien denunciando terrorismo ante las acciones de los secesionistas mapuches pidió asistencia del gobierno nacional. El mismo gobierno nacional que denunció penalmente a vecinos de Bariloche y Villa Mascardi por reclamar que se ponga fin a las usurpaciones, el mismo gobierno que niega que los terroristas sean terroristas, el mismo gobierno que presta auxilio a los terroristas en diversas formas y hasta dispone de autos oficiales para que puedan usurpar terrenos. El mismo gobierno que intentó desentenderse del asunto y que como una graciosa concesión dispuso el envío de algunos gendarmes para cubrir las apariencias.

Ese envío fue percibido por muchos pobladores como una tomadura de pelo, otra más de las tantas que han soportado. Y si bien hay mucho miedo en el sur, la irritación por el desprecio que destilan los gobiernos inutilizando al Estado frente a obligaciones básicas está empujando a que el miedo sea desafiado por el hartazgo. Fue ese preciso hartazgo el que hizo que en la noche del 21 de Noviembre de 2021 los vecinos de El Bolsón salieran a disolver por las suyas la violenta y provocadora manifestación a favor de los secesionistas mapuches. Ya no esperan que los gobiernos cumplan con su deber y la idea del Far West Criollo es bastante más que una sensación.

Aunque dicen que es inteligente -no me consta-, Arabela Carreras obra con una torpeza descomunal o una hipocresía extrema: no sólo mendiga la ayuda que como gobernadora debería exigir, sino que manifiesta querer enfrentar al terrorismo asumiendo un rol pasivo y abrazando a quienes fomentan el terrorismo; porque sus anteojeras ideológicas le hacen ver a las madres de terroristas de manera idílica. Tal como le enseñan en las escuelas de Río Negro a los niños desde primer grado, por no decir jardín de infantes. Arabela Carreras en esto, obra tan cándida como una alumna de primer grado... 

O eso quiere hacer creer desde su ingenuidad perversa.




Esa inconsistencia, de profunda raíz cultural, es lo que alimenta la previsible escalada de la violencia. 

En la tarde del domingo 21 de Noviembre, en el predio que usurpa el autodenominado Lof Quemquentreu en Cuesta del Ternero, en cercanías de El Bolsón, Elías Garay, quien participaba de la toma. resultó muerto por disparos de calibre 22 en un hecho todavía no esclarecido. 

Puedo asegurar que situaciones así van a repetirse. El gobierno nacional y los provinciales de la región afectada son responsables de cualquier violencia por venir, pues durante años no se han dedicado a otra cosa más que socavar la vigencia de la Constitución Nacional dejando en total indefensión a los honrados pobladores que anhelan lo más elemental: vivir al amparo de las leyes de la Nación. 




Cierro esta nota gritando a los progres: 

- ¡ES LA CULTURA, IDIOTAS!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.