Estimada Patricia Bullrich:
Leo con interés declaraciones suyas que reproduce Perfil bajo el título: "Bullrich cruzó a Firmenich, pero cuestionó también a Villarruel: 'La agenda no es abrir el pasado'".
En principio comparto el concepto que Ud. expresa, porque nuestro país lleva mucho tiempo empantanado de pasado. A tal punto lo comparto que en esta cuestión disiento con Victoria Villarruel.
Ocurre que como jurista tengo posición tomada respecto a que los llamados "juicios de lesa" son absolutamente inconstitucionales, por lo que igualmente inconstitucionales serían juicios semejantes contra terroristas castristas.
Por ello, durante la campaña electoral cuando Ud. era candidata a Presidente, elogié abiertamente su "Carta de Compromiso" para las Fuerzas Armadas que prometía una “salida justa” al trato “inequitativo y en ocasiones inhumano” que reciben los militares retirados por una “herida histórica que no termina de cicatrizar”.
Esa promesa suya reconoce, al igual que lo hizo Elisa Carrió en 2017, la existencia de la injusticia como regla de esos juicios inconstitucionales; injusticia que exhibe obscenamente el prevaricato sistematizado desde el año 2003 a partir de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida (algo que fue impulsado por la propia Carrió, de ahí la importancia de su planteo). Se trata del más alevoso prevaricato de la historia judicial argentina, en el que son cómplices ministros de la CSJN, jueces federales y políticos.
Ahora bien, Ud. ha dicho: "Imagínese si yo en este momento tendría que estar persiguiendo a la década del 70 en vez de a los narcos de Rosario o de Buenos Aires".
El problema con lo que Ud. señala, ministro, es que el pasado ya está abierto. Mal abierto, además. A medias. Y Ud. debe saber mejor que yo que el Ministerio de Seguridad de la Nación, en cumplimiento de mandatos judiciales, destina recursos a la persecución de la década del 70. Por lo tanto Ud. está hoy persiguiendo a la década del 70.
Note Ud. que Firmenich, quien como jefe local de la organización terrorista castrista Montoneros se atribuyó en los años de plomo la potestad de decidir sobre la vida y muerte de los argentinos, reaparece ahora gozando de su libertad reivindicando al terrorismo montonero. Mientras tanto el Servicio Penitenciario Federal conserva "represores" en calidad de presos políticos y el prevaricato sistematizado sigue ensañándose en un festival de perpetuas contra subalternos, como cabos y subtenientes, que en aquellos años no hicieron más que cumplir con su deber y no tenían capacidad alguna para decidir por sí mismos.
No hay mayor injusticia que ver libre al jefe montonero que ordenaba asesinatos, secuestros, atentados, ataques a regimientos, mientras pasan sus días en la cárcel quienes nos defendieron de aquellos actos.
No basta entonces ministro con decir que "la agenda no puede ser abrir el pasado", es preciso hacer saber que el pasado tiene que cerrarse y ello no será posible mientras el Poder Judicial siga siendo corrupto. Porque ningún país con mayoría de jueces honorables, probos y eficientes, alcanza el grado de daño institucional, degradación cultural y hasta miseria intelectual que exhibe hace años la Nación Argentina. La corrupción judicial es evidente.
Le toca a Ud., por segunda vez, la responsabilidad de llevar adelante el Ministerio de Seguridad de la Nación, debe saber entonces que un país que condena implacablemente y sin posibilidad de perdón a sus defensores, entrega su futuro al enemigo. Es lo que hizo y sigue haciendo la Argentina.
Sin otro particular que bregar por la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional y la libertad de los presos del prevaricato, saludo a Ud. con la cordialidad de siempre.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.